"Los mejores momentos de mi vida los viví en Belgrano", recordó Pérez.

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Hace 15 años se fue Armando Belgrano

04/07/2020 | 13:44 | El 30 de junio de 2005, Pérez compraba a la empresa Córdoba Celeste y desde ahí, y por 12 años, un recorrido institucional y deportivo que vio crecer al club de Alberdi. Escuchá. 

Gabriel Rodríguez

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"Los mejores momentos de mi vida los viví en Belgrano", recordó Pérez.

Vamos a estar de acuerdo en que el 18 de setiembre de 2001 no fue y no será nunca un día más en la vida de Belgrano, porque aquella vez se declaró en quiebra institucional. También coincidiremos en que el 1 de julio de 2011, cinco días después del histórico ascenso en cancha de River, cuando el club volvió a los socios habrá sido el más feliz en una década.

Pero también hay un día patente: el 30 de junio de 2005, hace 15 años, llegaba a Belgrano una especie de mecenas. Armando Valentín Pérez, cordobés de nacimiento, empresario propietario de TSU Cosméticos y representante en el país de productos NBA, compraba el 70 por ciento de las acciones de la gerenciadora Córdoba Celeste en 900 mil dólares.

Y aquí nos detenemos apenas 15 segundos: más allá de cualquier juicio de valor que se pueda hacer de su gestión de 12 años al frente del club, es incuestionable que marcó un antes y un después. No hay ninguna duda.

“Cambiamos mucho, a medida que íbamos creciendo, el paradigma de los clubes de Córdoba. Los mejores momentos de mi vida los viví en Belgrano, me trataron muy bien”, recordó Pérez en diálogo con Cadena 3.

La pregunta surge sola: ¿por qué asumió el riesgo de dirigir a Belgrano tres años después de declinar presentarse a los pliegos de licitación? La institución estaba quebrada y siguió en competencia bajo el régimen de la ley 25.284 de Salvataje de Entidades Deportivas, con un fideicomiso que convocó a un gerenciamiento, que manejó la Córdoba Celeste original con Castaños, Manzanares y Bustos.

Los mejores momentos de mi vida los viví en Belgrano.

O sea, Pérez tenía mucho más para perder que para ganar porque había demasiado por hacer, pagar una deuda gigante, revertir el funcionamiento y lavar la imagen de un club maltratado. Luego compraría el 30 por ciento restante de las acciones de la empresa y su primer acto fue asumir a su primer entrenador. Y el elegido fue un hombre con poco rodaje y apenas unos partidos en Argentina como técnico de Tiro Federal de Rosario: Julio Alberto Zamora, quien arribó tras presentar unas carpetas. No le fue bien, apenas dos victorias con cinco empates y cinco derrotas, lo hicieron salir del cargo.El ex presidente del "Pirata" aseguró que “venía ayudando a Belgrano de antes, y Manzanares me contó que no iban a seguir porque si el club se iba a la quiebra se la quedaban ellos”, y agregó que “los hinchas estaban dormidos y se habían dejado arrebatar el club”.

“Mi llegada a Belgrano se da por currículum, yo me sentí realmente muy bien con el mandato de Pérez. Creo que me costó llegarle a la gente, el club necesitaba imperiosamente el ascenso y el primer entrenador de Armando Pérez tenía que pagar los platos rotos”, opinó Zamora.

Los hinchas estaban dormidos y se habían dejado arrebatar el club.

La segunda medida fue buscar un lugar para entrenar y asumió la concesión de un predio en Villa Esquiú, que más tarde se lo compraría al también empresario y ex presidente de Racing, Jorge Petrone. Y aquello se convirtió en la cantera del club. Y vaya si acertó, porque bajo su gestión Belgrano vendió a Bolatti, Ríos, Peppino, Montoya, Suárez, Chavarría, Melano, Vázquez, Lollo, Rigoni, Zelarayán… No todos, pero algunos de ellos formados en el hoy predio “Armando Pérez”.

Y ese primer año al frente de Belgrano, por esas cosas del destino, terminó ascendiendo en la fría noche de Bahía Blanca luego de perder la chance del segundo ascenso ante Nueva Chicago, para desatar al día siguiente una Córdoba bien celeste.

“Fui aprendiendo lo que significaba una institución de fútbol. No me sentía representado siendo un gerenciador, abogué para poder terminar con la quiebra y llamar a elecciones”, recordó el ex mandatario. Pérez aseguró que “Belgrano estaba en una gran acefalía” antes de su llegada, y destaca como su mayor logro el aumento de la masa societaria.

En el medio, la quiebra pasó al juez Saúl Silvestre; en 2007 se realizaron tres proyectos de distribución por casi 10 millones de pesos cancelando las acreencias privilegiadas, por diferencias el juez le pidió la renuncia al fiduciario José Rufeil, enemistado con Pérez, y en 2008 luego de amagos de renuncia Pérez confirmó que permanecía como gerenciador hasta 2011.

Belgrano estaba en una gran acefalía.

Bajo su ala hubo otros once técnicos: Griguol, Ramacciotti, Primo, Guyón, Ferraro, Gómez, Giovagnoli, Labruna, Zielinski, “Teté” González y Madelón. Sin embargo, la sociedad que armó con el “Ruso” Zielinski fue la clave para abrir la caja fuerte del éxito: ascenso, dos segundos puestos, consolidación del equipo en Primera División y dos clasificaciones a la Sudamericana.

Nadie es perfecto, claro que hubo errores. Uno de ellos quizá haya sido quedar al frente de AFA y dejar a Belgrano en segundo plano pero el más grande, palpable, fue dejar ir a Zielinski. Porque nada, desde lo deportivo, fue lo mismo.

Pérez admite que “con el diario del lunes, Zielinski tendría que haberse quedado”, pero señaló que en ese momento la dirigencia consideró que “un cambio era razonable”.

Queremos devolverle a Belgrano la mística que había logrado.

Cuando lanzó su candidatura a presidente, declaró que su entrenador era Zielinski, lo que provocó una respuesta del “Ruso”, cierta, poca esperanzadora aunque apelando al sentimentalismo. “Siempre voy a estar para Belgrano, pero no le di mi palabra a nadie”, aclaró el técnico a Cadena 3.

Hubo una gestión y debe analizarse porque además de levantar una quiebra, pagar las deudas y mantener a Belgrano sin obligaciones incumplidas en los últimos años; consiguió una media de 25 mil socios con un pico de 33 mil, amplió el predio y lo dotó de una gran infraestructura para la práctica de más de 500 futbolistas e involucró a los socios en aquel ambicioso proyecto de la tribuna sobre el pasaje Hualfin.

Armando Pérez, quien aspira a ser nuevamente presidente del “Pirata”, aseguró que el club “está en un momento difícil” y su objetivo es devolverle a Belgrano “la mística que se había logrado”.

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