Zelarayán, Pavón y Reynoso, de Córdoba a la MLS

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¿Hasta dónde llegará el fútbol en Estados Unidos?

04/10/2020 | 14:20 | Desde su creación en los ‘90, la Major League Soccer no para de crecer: el gran objetivo es llegar al Mundial 2026 como una de las mejores ligas del planeta. La opinión de sus protagonistas.

Mauricio Coccolo

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Zelarayán, Pavón y Reynoso, de Córdoba a la MLS

Cuentan las leyendas en las crónicas de la época que después del primer partido de Estados Unidos en el Mundial 94, a través de los altoparlantes, tuvieron que pedirle a la gente que abandonara el estadio porque el juego ya había terminado. Los yanquis no entendían el marcador empatado en uno porque para ellos en los deportes siempre tenía que haber un ganador.

Casi tres décadas después de haber creado una liga de fútbol profesional para cumplir con las exigencias de la FIFA, que a cambio les dio la organización de la Copa del Mundo, los Estados Unidos asisten a una transformación del deporte más popular del planeta que está floreciendo impensadamente en una tierra dominada por el fútbol americano, el béisbol, el hockey sobre hielo y la NBA.

La expansión de la Major League Soccer puede resumirse con un número: en 1996, cuando se jugó la primera temporada, había solamente 10 equipos mientras que el año próximo serán 30. Los organizadores tuvieron que triplicar la cantidad de franquicias para satisfacer la creciente demanda de los futboleros de Estados Unidos y Canadá.

La temporada actual es la número 25 de la historia del incipiente soccer estadounidense y recibió el impulso de algunos fichajes resonantes entre los que se destaca el arribo de Gonzalo Higuaín, que después de haber jugado 14 años en el primer nivel europeo eligió saltar el charco hacia el gran país del norte.

El detalle para el “Pipita” Higuaín es que en Estados Unidos tiene un competidor impensado: su hermano Federico. El mayor de los Higuaín lleva ocho años en la MLS, donde fue tres veces campeón, y dice que lo mejor del torneo es que los jugadores solo tienen que dedicarse a jugar. Además, asegura que las semanas son mucho más tranquilas que en Argentina.

Actualmente hay 42 argentinos jugando en Estados Unidos, más del doble de los que había hace cuatro años, lo que convierte a la Argentina en el principal proveedor de futbolistas de la MLS. Uno de los más reconocidos es Diego Valeri, que se consagró campeón junto a Sebastián Blanco en la burbuja de Orlando. El ex Lanús destaca el nivel organizativo y marketinero de la liga.

La importancia de la comunidad latina en los Estados Unidos también se percibe en el fútbol. Favio Álvarez, que jugó un año en el equipo de Guillermo Barros Schelotto y actualmente está en México, supo contar cómo se agrupaban todos los jugadores que no entendían mucho el inglés para no quedarse afuera de las charlas técnicas.

A Favio Álvarez le tocó compartir equipo en Los Ángeles con Zlatan Ibrahimovic: el sueco jugó dos años en la MLS y fue una de las grandes figuras de la competencia. Con Favio tuvieron buenas conexiones en la cancha y el ex futbolista de Talleres lo recuerda como un compañero competitivo y exigente.

La cultura yanqui tiene muchas particularidades y los deportes no son la excepción: ideas y conceptos muy comunes en otras partes del mundo para ellos no existen. En el fútbol, por ejemplo, no cuentan con divisiones inferiores, tampoco juegan con ascensos y descensos, los clubes son franquicias y los lugares en los campeonatos superiores solamente se consiguen con inversiones económicas. Alguien que conoce de cerca todos estos aspectos es José Luis Villarreal, que dirige a un equipo de la cuarta división de Estados Unidos, y lo dice claramente: “Ellos no podrán ascender sin plata”.

Entre todos los argentinos que juegan en Estados Unidos se destaca el subgrupo de los cordobeses. Cristian Pavón es uno de los más importantes, junto a Bebelo Reynoso, Pablo Piatti y Lucas Zelarayán. Precisamente, el Chino, que se incorporó al Columbus, hace referencia a la impresionante infraestructura de los clubes norteamericanos.

Así como el Mundial 94 dio el puntapié inicial del fútbol en los Estados Unidos, la Copa América del Centenario en 2016 significó un puntal para el crecimiento, como supo contarlo en su momento Lucas Melano: fue el empujón que necesitaban para despegar definitivamente.

Un cambio considerable en las últimas incorporaciones de la MLS fue que dejaron de contratar grandes figuras en retirada para apostar por jugadores con proyección. José Luis Villarreal analiza ese viraje y dice que no es tan fácil para las estrellas marcar diferencias futbolísticas.

Federico Higuaín también aporta argumentos para justificar el cambio en la política deportiva de los dueños de los clubes, que provocó que la MLS deje de ser una liga donde los grandes del pasado iban de vacaciones para disfrutar los últimos años de su carrera.

Claro que la inclusión de futbolistas con chapa, aunque en el último tramo de sus trayectorias, dejó réditos económicos y deportivos. Favio Álvarez, por ejemplo, dice que le sirvió para aprender y crecer haber compartido vestuario con jugadores de jerarquía internacional.

El cambio de semillas de a poco empezó a dar los primeros resultados y Alphonso Davies es el mejor ejemplo. El liberiano se inició en una academia de Vancouver y después de tres temporadas en la MLS saltó al fútbol de Alemania para convertirse en una pieza clave del Bayern Múnich campeón de todo.

Sería una exageración decir que asistimos a un boom del fútbol estadounidense en el mundo, pero no se puede desconocer el crecimiento sostenido de una liga que arrancó literalmente desde cero en un país donde el deporte no existía. Diego Valeri cree que dentro de unos años la MLS será vista de otra manera.

En ese sentido, José Luis Villarreal cuenta que los dirigentes tienen un plan que apunta al Mundial del 2026, cuyo principal objetivo es convertir a la MLS en una de las diez ligas más importantes del mundo. Además, agrega que su sueño personal es transformar el soccer en fútbol.

La mayoría de las opiniones coinciden en destacar el crecimiento deportivo de la MLS. Favio Álvarez dice que en Estados Unidos hay menos presión y están mejorando. Federico Higuaín, en la misma línea, asegura que crecieron muchísimo. Lucas Zelarayán aclara que la presión es diferente, pero existe. Diego Valeri afirma que una de las claves del progreso es que no hay histeria. Y José Luis Villarreal cierra diciendo que no tienen techo, pero todavía les falta mejorar en la formación y la captación.

Hasta dónde podrá llegar el fútbol en los Estados Unidos es una pregunta que cada día deja menos dudas: hasta dónde se lo propongan.

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