Benja y "Kun" Agüero.

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Ilusión de chicos, ¿presión de grandes?

17/02/2024 | 16:22

  

Redacción Cadena 3

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Ilusión de chicos, ¿presión de grandes?

Desde que llegó al mundo el 19 de febrero de 2009, Benjamín Agüero cargó con una mochila difícil de llevar: ser el hijo del “Kun” Agüero y el nieto de Diego Maradona. Ya en aquel entonces, cuando su abuelo era el técnico de la Selección y su papá una de las figuras, se hablaba de él como si estuviera predestinado a ser futbolista.

Hace un par de años, y casi como un juego, Benjamín empezó a jugar en las inferiores de Tigre y los videos de sus primeras jugadas se hicieron virales al instante. Ahora que está por cumplir 15 años y fichó por Independiente, club del que es hincha su papá, los comentarios sobre su andar tomaron un tono mucho más serio.

Consultado por los primeros pasos de su hijo, el “Kun” fue contundente sobre su exigencia y expectativas: “Tiene que amar el fútbol. Si es un hobby, a mí no me va”. Las palabras de Agüero llaman la atención por su contundencia, pero cobran sentido si se tiene en cuenta que, prácticamente a la misma edad que hoy tiene Benjamín, ya había debutado en Primera División.

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Fue el 5 de julio de 2003, en una derrota de Independiente contra San Lorenzo. Con apenas 15 años, un mes y tres días, Sergio Leonel Agüero se convirtió en el jugador más joven de la historia en debutar en la máxima categoría del fútbol argentino. El sueño del pibe se hizo realidad luego de jugar varios años en las juveniles del “Rojo” y superando muchas adversidades en el camino. Tiempo después, el “Kun” contó que su papá tuvo un rol fundamental en aquella etapa por la dureza con la que lo acompañó.

La relación de Agüero y su papá no es rara en nuestro fútbol. Los que llegan al alto nivel suelen compartir un origen humilde y un camino plagado de sacrificios. Marcelo Gallardo, que debutó en la primera de River con 17 años en una noche de Copa Libertadores, señaló que las expectativas de las familias son una carga difícil de llevar para chicos tan jóvenes.

Ricardo Geysell es un histórico productor del torneo de fútbol infantil de Canal Doce, que se disputa en Córdoba hace casi 40 años y por el que pasaron alrededor de 14 mil chicos, y apenas un puñado de ellos llegaron a ser profesionales. Consultado por Cadena 3 sobre la actitud de las familias hacia los jugadores, Geysell marcó que el contexto del país tiene mucha importancia: “La economía es tan mala que un chico hace tres jueguitos seguidos y el padre cree que tiene al próximo Messi en su casa”.

El fenómeno no es exclusivo de Argentina ni de familias con pocos recursos: el propio David Beckham contó que su papá lo criticaba hasta hacerlo llorar. Ser futbolista era el sueño frustrado de Ted Beckham, por lo que depositó toda esa ilusión en su hijo, que llegó a ser una figura del Manchester United, Real Madrid y la selección de Inglaterra. Aunque su talento lo hacía sobresalir desde una edad muy temprana, su padre siempre le decía que había jugado mal: “Si le decía lo bueno que era, no iba a trabajar”.

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La proyección de los sueños frustrados de los padres es una amenaza frecuente para el desarrollo de los chicos. Emanuel Jaime, que trabaja como formador en Instituto y aparte es profesor de educación física en colegios, explicó a Cadena 3 que ese tipo de dinámicas suele provocar un abandono del deporte a edad temprana: “A la larga termina generando una gran frustración”.

Aunque muchos profesionales agradecen haber sido acompañados desde el rigor, hay casos exitosos con modelos distintos. “El Muñeco” Gallardo, por ejemplo, agradeció alguna vez que sus padres lo apoyaron “en silencio”. Marcelo “Chiqui” Abecasis, integrante de Cadena 3 y papá de Luciano Abecasis, lateral derecho que llegó a jugar en River, también piensa de esa manera: “Nunca le exigí nada, siempre dejé que él se manejara con su intuición. Exigirle a un hijo mucho más de lo que él mismo se exige es contraproducente”.

Más allá de las exigencias del entorno, hay otros riesgos latentes para las jóvenes promesas que sueñan con hacer una carrera en el fútbol. Para Emanuel Jaime, formador de “La Gloria”, es un error cuando el deporte se convierte en la prioridad de las familias, dejando de lado la educación. Ricardo Geysell, organizador del torneo de fútbol infantil más importante de Córdoba, dice que la aparición cada vez más temprana de los representantes está causando mucho daño en los chicos.

Vale la pena sumar al debate la opinión de un técnico campeón del mundo: Carlos Salvador Bilardo. El “Narigón”, conocido por su obsesión con ganar, tenía una filosofía muy distinta con respecto a las categorías inferiores. Para él, los resultados no tenían ninguna trascendencia en esa etapa, y lo más importante era el aprendizaje.

En ese sentido, Jaime recomienda que el apoyo de los padres a los hijos sea desde un lugar positivo, valorando más el esfuerzo que los resultados. Abecasis coincide con esa postura, y agrega que el disfrute es fundamental: “Yo sé que Luciano sigue disfrutando el fútbol y para él es un juego, aunque sea muy responsable y profesional”.

Ahora que Benjamín Agüero cumple 15 años y el mundo del fútbol sigue con curiosidad los primeros pasos del hijo del Kun y el nieto de Maradona, las palabras de Bilardo toman otra dimensión. Para “el Doctor”, el dilema de la presión en los chicos se resuelve muy fácil: “Hay que educar a los grandes”.

Informe de Agustín González 

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