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21/09/2019 | 14:35 | El entrenador santafesino pasó por numerosos clubes y países, pero siempre mantuvo su estilo simple. Ahora volvió a San Lorenzo para tratar de ser campeón nuevamente con "el Ciclón". Escuchá.
Raúl Monti
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Pizzi, el entrenador que quiere volver a ser campeón en San Lorenzo
Hace seis años, se iba campeón de Boedo buscando una chance en la liga española. Después hubo un poco de todo: dirigió en varias latitudes, ganó una Copa América y lideró a Arabia Saudita en un Mundial. Todas esas experiencias lo nutrieron pero no cambiaron su esencia, sigue siendo un tipo simple a la hora de transmitir sus conceptos. Ahora, en su segunda etapa en San Lorenzo, Juan Antonio Pizzi busca repetir el final de una historia que ya conoce.
Nació en Santa Fe y desde chico, le tiraron los colores rojo y negro. Era fanático de Colón y cada vez que podía iba a la platea con su papá o a la tribuna con sus amigos. Mientras abrazaba su pasión por el Sabalero, daba sus primeros pasos como delantero en el equipo de su escuela La Salle, que participaba de la Liga Santafesina.
Cuando terminó el secundario, llegó el momento de decidir su futuro. Si se quedaba en Santa Fe, las chances de crecer eran escasas, entonces, el camino lo llevó para la ciudad de Rosario con el objetivo de empezar a estudiar Medicina y paralelamente jugarselá con el fútbol. Así se sumó a las inferiores de Central y poco a poco fue tomando un gran cariño por el club y el Patón Bauza, enorme símbolo canalla.
Antes de debutar en Primera, vivió una situación inesperada que lo marcó pero a la que supo reponerse. En un partido de inferiores, un choque con Tito Bonano le produjo una fractura de una costilla que le fisuró un riñon que los médicos tuvieron que extraerle. En ese momento, los especialistas le aconsejaron que buscara otro deporte pero él persistió en su deseo de jugar al fútbol a pesar de las dificultades. Los técnicos de Inferiores aceptaron su situación y él se acostumbró a vivir y a ser un deportista de elite con un solo riñón.
La única vez que tuvo inconvenientes fue al poco tiempo de la operación, todavía estaba en Central y vino un emisario de un club alemán para contratarlo. Cuando le dijeron que le faltaba un riñón, consultaron a una aseguradora y al final la operación se cayó.
A los 20 años, debutó en la Primera de Central en un partido por la Liguilla Pre-Libertadores que terminó en empate.Con 63 partidos y 30 goles en el currículum, Pizzi dejó Rosario para seguir su promisoria carrera en México. A continuación, se embarcó a su aventura europea para jugar en el Tenerife español. Los goles lo acompañaron desde su llegada a la isla, en su primera temporada marcó 15 y en la segunda repitió la cifra.
Luego de jugar una temporada en el Valencia, Pizzi volvió a Tenerife para la que fue su mejor campaña en el club. El goleador argentino se despachó con 31 tantos en 41 partidos jugados y se convirtió en el Pichichi de la Liga, galardón que le abrió las puertas del Camp Nou, ya que se sumó al Barsa de las estrellas y compartió el terreno de juego con tipos como Guardiola, Luis Enrique, Luis Figo y Ronaldo. No jugó demasiado en sus dos temporadas en el club, pero logró ganarse a la afición Culé y llenar de logros su palmarés: Liga, Supercopa de España, dos Copas del Rey, Supercopa y Recopa de la UEFA.
Su gran nivel en la Liga le valió el llamado de la Selección de España para representar sus colores, y llegó a jugar la Supercopa 96 y el Mundial de Francia 98 con la Furia.
Luego de la Copa del Mundo, Juan volvió a la Argentina para jugar en el River de Ramón Díaz, aunque no jugó demasiado y la relación con el entrenador estuvo lejos de ser la ideal.
Para el Apertura 99’, Juan volvió a Rosario, el lugar donde todo comenzó, aunque pronto viajó a Portugal para tener un breve paso por el Porto. Más tarde, inició su tercera etapa en Central con el sueño de jugar la Copa Libertadores. Desafortunadamente, el equipo Canalla sufrió la eliminación frente al Cruz Azul mexicano y se quedó a un paso de la final del torneo continental.
A los 33 años, recibió el llamado del Villarreal español que necesitaba urgente un reemplazo para Palermo que estaría varios meses fuera por lesión. Pizzi aceptó y jugó sus últimos partidos en el submarino amarillo, club donde finalmente cerró una larga y exitosa carrera futbolística.
Después de dejar el fútbol profesional hubo un paréntesis de un par de años de descanso de las canchas, pero finalmente decidió comenzar una carrera con el buzo de DT. Su primera experiencia profesional fue imposible de rechazar. Colón lo llamó para agarrar el timón y Pizzi dejó todo para volver a Santa Fe, aunque su paso no fue para nada bueno: dirigió tres partidos, no pudo sumar puntos y lo echaron sin demasiados preámbulos.
Para relanzarse como DT, Pizzi se fue a Perú y los buenos resultados le fueron haciendo ganar terreno. Posteriormente, siguió sumando experiencia en Chile donde dirigió a Santiago Morning y luego a la Universidad Católica, equipo con el que se consagró campeón de la liga en el 2010.
Luego de su primer gran logro como entrenador, decidió volver a la Argentina para darle una mano a Central que no la estaba pasando nada bien en la B Nacional, aunque no consiguió el ascenso.
Luego del trago amargo del ascenso perdido, Pizzi fue llamado de urgencia para socorrer a San Lorenzo que tampoco estaba en un gran momento. Luego de un par de temporadas, llegó a la última fecha del Inicial 2013 con chances de gritar campeón. El Ciclón se coronó sin ganar, empató con Vélez sin goles en el estadio José Amalfitani y la igualdad en Rosario entre Newell’s y Lanús le permitió gritar campeón a ese equipo de Torrico, Ortigoza, Romagnoli, y "Angelito" Correa.
A comienzos del 2016, a Juan Antonio le ofrecieron dirigir a la Selección chilena que venía de ganar la Copa América y el santafecino logró llevar a esa brillante generación a otra final. En la Copa Centenario, como si se tratara de un deja vu, Argentina y Chile fueron a los penales y la alegría fue chilena por segunda vez.
Desafortunadamente, el equipo no pudo sostener el nivel en las Eliminatorias para el Mundial de Rusia y Chile se quedó afuera de los equipos clasificados.
Tras el estrepitoso fracaso, Pizzi renunció a su cargo como entrenador y cuando parecía que el sueño mundialista estaba terminado, Arabia Saudita lo contrató para dirigir a su selección que ya estaba clasificada.
Hace seis años, se iba campeón de Boedo buscando una chance en la liga española. Después hubo un poco de todo: dirigió en varias latitudes, ganó una Copa América y lideró a Arabia Saudita en un Mundial. Todas esas experiencias lo nutrieron pero no cambiaron su esencia, sigue siendo un tipo simple a la hora de transmitir sus conceptos. Ahora, en su segunda etapa en San Lorenzo, Juan Antonio Pizzi busca repetir el final de una historia que ya conoce.