Informes de La Previa
30/01/2021 | 13:32 |
Mauricio Coccolo
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¿La plata o la carrera?
La postal, de tan reiterativa, se transforma en un déjà vu en el fútbol argentino: jugadores que debutan, la rompen, pintan para estrellas y terminan perdidos en la amplia constelación que rodea a la redonda.
Las gruesas billeteras de jeques y empresarios del deporte o la comodidad de ligas con menor peso pero en países que aportan, a priori, una mejor calidad de vida, muchas veces terminan inclinando la balanza para que una promesa opte por ir a un fútbol de menor repercusión.
La influencia de representantes, la opinión de allegados y la idea de la salvación económica también entran a la cancha a la hora de barajar las cartas ante la llegada de distintas ofertas.
La situación no es nueva, pero en el último tiempo se potenció, por ejemplo, con la fuerte irrupción del mercado asiático o el crecimiento de la Major League Soccer de Estados Unidos.
Uno de los casos resonantes y recientes es el de Adolfo Gaich. El oriundo de Bengolea es una de las últimas grandes apariciones del fútbol argentino, y comenzó a ilusionar a todos con sus goles en los seleccionados juveniles de Argentina.
Antes de llegar a los 20 años, “El Tanque” debutó en San Lorenzo y generó una catarata de esperanza en los hinchas del “Ciclón”, que vieron como, inexorablemente, su continuidad en el club parecía una misión imposible.
Animal del área, fue transferido al CSKA de Moscú, uno de los clubes más tradicionales de Rusia. A pesar de sus condiciones, pasó, por una buena cifra, a una liga de segunda línea en Europa, en la que jugó poco.
Fue cedido a comienzos de este 2021 al Benevento de Italia, equipo que merodeaba la mitad de la tabla en el Calcio.
Córdoba tiene otro gran goleador que milita en un club menor en Europa: Nahuel Bustos. Tras romper redes en la Superliga y ser sondeado por River, el joven goleador optó por ir al Girona, de la segunda división de España.
El vínculo del Girona con Manchester City puede ilusionar a Nahuel, aunque, hoy por hoy, está “desaparecido” en el mapa del gran público.
Otro caso con raíces en la geografía cordobesa es el de Tomás Pochettino. El talentoso volante de Talleres fue una de las grandes figuras de la Copa Diego Maradona, y su habilidad fue captada por el radar de Marcelo Gallardo.
Pese al interés de River por contratarlo, el joven enganche tiene todo arreglado para dar el salto directo desde la “T” a la MLS: el Austin FC, que tiene entre sus accionistas al actor Matthew McConaughey, sería su próximo destino.
En los últimos años, la liga norteamericana se convirtió en reclutadora de grandes estrellas del fútbol mundial en la curva descendente de su carrera, y también, de perlas del fútbol argentino.
Ese camino siguió, por ejemplo, otro cordobés: Cristian Pavón. Tras debutar en Talleres en la B Nacional y pasar por Colón, la rompió en Boca, donde formó una letal dupla de ataque con Darío Benedetto.
En “El Xeneize” logró varios títulos y su ascendente nivel lo llevó a la Selección argentina, con la que disputó el Mundial de Rusia 2018.
Su nombre fue sondeado por gigantes de Europa y su futuro parecía estar ligado allí. Sin embargo, terminó yendo a Los Ángeles Galaxy, uno de los equipos protagonistas de la MLS.
Con su paso al fútbol norteamericano, quedó “perdido” en el mapa y dejó de ser citado a la Selección. Ahora, las idas y vueltas en la novela de su regreso a Boca hacen que su futuro sea una incógnita.
Un camino con ramificaciones comunes siguió Gonzalo Martínez. “El Pity”, surgido en Huracán, será eternamente recordado por el tercer gol a Boca en la final de la Libertadores en Madrid.
Su gran presente en River, que lo llevó a ser considerado por Scaloni para el seleccionado nacional, hacía presagiar que cruzaría el charco para ir al Viejo Continente. A pesar de ello, también miró para el norte, y fue transferido al Atlanta United.
Tras su estadía en Estados Unidos, Martínez fue a un destino más exótico, aunque también signado por jugosas cuentas bancarias: Arabia Saudita, para jugar en el Al-Nassr.
Una de las últimas grandes joyas de Independiente, Ezequiel Barco, también eligió ir a jugar al país norteamericano. Con solo 17 años, el juvenil se llevaba todos los flashes en “El Rojo” por su habilidad y desparpajo en la cancha.
Pronto se afianzó en el equipo titular, era un habitué en las convocatorias de las selecciones juveniles y fue una pieza clave de la recordada Copa Sudamericana 2017, que Independiente obtuvo en el Maracaná ante el poderoso Flamengo.
Y era, otra vez, la misma historia: todo indicaba que tendría un futuro cercano en algún equipo importante de Europa, pero pasó, por una cifra millonaria, al Atlanta United. Allí logró consagrarse campeón y sumar rodaje, pero en una liga poco seguida en Argentina.
Un caso emblemático en lo que respecta al fútbol de Estados Unidos es el de Diego Valeri. Figura y símbolo de Lanús, con el que dio la vuelta olímpica en el Apertura 2007, parecía que podía explotar en algún club grande, algo que no ocurrió.
Boca tuvo interés en contratarlo y tuvo un efímero paso por Europa, pero se consolidó en Portland Timbers, donde está hace varios años y es un ícono.
Otra de las perlas nacidas en el fútbol argentino que optó por ir a la MLS es Alejandro Romero Gamarra. El mediocampista surgió en Huracán y se convirtió en figura en un “Quemero” que se coronó en la Copa Argentina 2013/2014 y en la Supercopa Argentina posterior.
Lo quisieron Boca y River, pero lo sedujo más la gran ciudad y fue al New York Red Bulls.
Otro del “Globo” que pintaba para crack y se terminó desinflando es Matías Defederico. Fue fundamental en el inolvidable equipo de Ángel Cappa que quedó a las puertas de ser campeón, y muchos hablaban de él como “el nuevo Messi”.
Después de ese torneo, pasó a Corinthians, volvió a Independiente, tuvo un segundo ciclo en Huracán e inició un periplo por exóticos destinos, como Emiratos Árabes Unidos, Turquía, India, Arabia Saudita y Grecia. Su nombre, mientras, era más noticia por su vida privada que por lo que ocurría en la cancha.
Walter Montillo es otro talentoso que, en su momento, se vio tentado por el dinero que ofrecía el fútbol….de China. Surgido de San Lorenzo y con muy buenos pasos por Chile y Brasil, “La Ardilla”, que tenía para trepar al fútbol grande, fue al país asiático.
Montillo, que jugó en la Selección, volvió al tiempo a Argentina y fue campeón en el Tigre de “Pipo” Gorosito. Después, regresó a la “U” de Chile, donde es un referente.
Con un camino distinto a los anteriores, pero con un eje en común, también hubo mucho ruido y pocas nueces con Brian Sarmiento. Tras rumbear en el ascenso español y no obtener continuidad en Argentina, la rompió en Banfield y pasó a Newell’s, equipo de sus amores, donde llegó con muchas expectativas que no pudo cumplir.
El mediático futbolista terminó viajando al fútbol griego y se fue envuelto en escándalo, para fichar más tarde en Aurora de Bolivia. Sarmiento prometía mucho, pero terminó siendo más recordado por una canción.
La lista es interminable, y abarca a muchos otros futbolistas argentinos que tienen, tuvieron y tendrán una situación similar. Lo citado es una muestra de un déjà vu que pone en juego las mismas preguntas: ¿Qué vale más, la plata o la carrera? ¿Es más ir a Estados Unidos que a uno de los grandes de Argentina? ¿Qué busca hoy un futbolista joven para su futuro?
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