Primera Nacional
12/10/2019 | 15:29 | Después de los 5 años de Zielinski, el club de Alberdi contrató a siete técnicos sin contar los interinatos. El "Celeste" no debe volver a equivocarse.
Gabriel Rodríguez
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Los DT de Belgrano post Zielinski
Que al proyecto lo sostienen los resultados no es noticia, claro que la pregunta sería: ¿Cuál proyecto?
En Primera División debe haberlo. Salir campeón, entrar a una copa internacional, terminar entre los diez primeros, promover juveniles, escaparle al descenso… eso es proyecto en la categoría de élite.
En el ascenso no lo hay. Y más, en un club como Belgrano cuyo único objetivo es volver a la Superliga. En el ascenso hay que dejar el lirismo de lado porque lo único importante es el resultado
Desde el 24 de mayo de 2016, día posterior a la salida de Ricardo Zielinski del banco Celeste, Belgrano deambula entre mediocridades deportivas y desaciertos dirigenciales -muy pronunciados por cierto- que terminaron con los proyectos y con Belgrano en la B.
Si hasta hace nada se codeaba con el plano internacional. Aquella eliminación por penales ante Coritiba, el 28 de septiembre de 2016 en Copa Sudamericana fue el principio del fin. Desde allí, Alberdi cae por un tobogán y al parecer todavía no tocó el piso.
Se acaba de ir por la puerta de atrás, distanciado de algunos dirigentes, de algunos jugadores y peleado con los hinchas un terco Alfredo Berti, el decimoséptimo entrenador de la era Pérez-Franceschi, sin contar los interinatos. Y el séptimo después de los cinco años, tres meses y 19 días que duró el mejor ciclo de la historia: el del Ruso Zielinski.
En ese interín de 214 partidos, con 79 triunfos, 75 empates y 65 derrotas; con una eficacia del 48.59%; con 19 fechas consecutivas sin perder como visitante, con tres clasificaciones a la Copa Sudamericana y dos segundos puestos (compartidos) en torneos cortos… ¿Sabe cuántos técnicos pasaron por Talleres?: 9 (Arzubialde, Gustavo Coleoni, Bianco, Sialle, Forestello, Ghiso, Sergio Coleoni, Hoyos y Kudelka).
Y mientras el rival de toda la vida apenas vio tres técnicos desde que se fue Zielinski, en Orgaz y Rioja le hicieron contrato a siete y buscaron apagar el incendio tres veces con los interinatos.
El 5 de julio de 2016, antes de conocerse al sucesor del Ruso, se anunciaba con bombos y platillos la vuelta de Matías Suárez. Y el 27 de julio de 2016, un entrenador "de la casa" se sentó en el banco para dirigir a Belgrano: Esteban González. La presentación de “Teté” fue con una victoria agónica, en el último minuto del tiempo adicionado, ante Brown de Adrogué, por los 32avos de final de Copa Argentina.
En ese certamen, Belgrano llegaría a las semifinales, instancia en la que quedaría eliminado por Rosario Central, ya sin “Teté” en el cargo. Y también generaría un buen suceso la performance en Copa Sudamericana, eliminando a Estudiantes y venciendo, en Brasil, a Coritiba.
A González se le pidió que hiciera una limpieza del plantel y no logró hacerlo. Es más, sumó uno de abajo al hacer debutar a Cuti Romero.
Teté dirigió al "Pirata" en 18 partidos, con seis victorias, cinco empates y siete derrotas, logrando una eficacia del 43 por ciento.
El sucesor de “Teté” fue Leonardo Carol Madelón. Le tocó la tarea de reemplazar a Olave quien se retiró, lo mismo que Obolo y hacer la limpieza del plantel, porque Bolatti, Picante Pereyra, Luján y Etevenaux debieron buscarse club. Su debut fue promisorio, ya que se vio un equipo ordenado y rescató un empate en Tucumán, donde igualó 0 a 0 con Atlético, el 26 de noviembre de 2016.
El ciclo fue muy breve con apenas nueve partidos, en los que sumó una victoria, tres empates y cinco derrotas (una de ellas en la semifinal de Copa Argentina ante Central), con 22% de efectividad.
Luego el técnico elegido fue Sebastián Méndez, quien tomó al equipo en el último puesto de la tabla y debutó el 9 de abril de 2017, en el estadio Florencio Sola, con derrota 0-2 ante Banfield, con un gol en contra de Cristian Romero.
Jorge Franceschi en una histórica elección se impuso con el 81% de los sufragios para suceder a Armando Pérez y Olave volvía al ruedo, pero ahora de pantalones largos al conformar la secretaría técnica y cuyo primer foco de conflicto se dio con Guillermo Farré, quien tomó la determinación de dejar el club que lo había invitado a retirarse.
Con Méndez el equipo no mostró mejoría alguna ni en el cierre de una temporada y menos en el inicio de la otra. Y entre gallos y medianoche -después de empatar con Talleres en Alberdi 0 a 0- tomó la determinación de irse. Estuvo bien que eso haya pasado porque un club no puede ser rehén de los humores y/o los estados de ánimo de nadie.
En poco más de seis meses, el Gallego dirigió 21 partidos, en los que consiguió apenas cinco triunfos, nueve empates (por Copa Argentina le ganó por penales a Estudiantes de Buenos Aires y a Defensores de Belgrano de Villa Ramallo) y siete derrotas, sacando el 38% de los puntos.
Un debut difícil tuvo Pablo Lavallén, ya que asumió unos días antes del 0-4 en la Bombonera frente a Boca. Después de un arduo trabajo físico para poner en condiciones a Belgrano, ese ciclo revirtió los peores momentos y el equipo entendió el mensaje al punto de que en 21 partidos, ganó ocho, empató siete y perdió 6, con un 49% de eficacia.
Imprevistamente cuando nada lo hacía suponer pasaron dos cosas: el equipo pierde el invicto en Alberdi ante el descendido Temperley con muchos errores defensivos y en conferencia de prensa, Lavallén anuncia su salida, culpando y apuntando a la gente.
Los malos manejos dirigenciales y cortocircuitos con el plantel, llevaron a que Belgrano se presente ante Copa Argentina con Platense, remendado y no quedando claro si a ese equipo lo dirigió Darío Cavallo u Olave.
Lucas Bernardi fue un viejo anhelo de Armando Pérez, quien ya no estaba en la comisión pero su voz era escuchada y respetada. Bernardi no llegaba con buenos antecedentes y su presentación fue un empate sin goles en el Gigante ante San Martín de San Juan.
Su paso fue efímero, apenas si se rescatan un empate en cero con River en el Monumental con un tremendo Rigamonti y la victoria sobre Estudiantes con un magistral Suárez.
Dejó el cargo tras caer 3-0 ante Talleres, consiguiendo un pobrísimo 29% de eficacia con 1 victoria, 4 empates y 3 derrotas.
Lejos del estilo bielsista, aquel que no tiene un plan B y cuyos técnicos hablan muy lindo pero en cancha sus equipos dicen otra cosa, llegó Diego Osella, con fama de sacador de puntos y una línea parecida a la de Zielinski.
Su debut se dio el 22 de octubre de 2018 con un empate ante Banfield 1-1, la noche del fatídico error de Rigamonti.
Con Osella arribaron nueve refuerzos en enero de este año, momento en el que se terminaron yendo siete de los 10 que vinieron con Bernardi.
Muchos empates, dos refuerzos de calidad cero como Mendoza y Herrera y un técnico miedoso a dar el paso, fueron condicionantes para un descenso anunciado. Un 33% de eficacia en 17 partidos, con apenas 3 victorias.
Julio Constantin agarró para los dos partidos de la Copa de la Superliga ante Lanús y la victoria en Copa Argentina ante Riestra.
Había que barajar y dar de nuevo pero ahora en el ascenso. Después de coquetear con Zielinski, Troglio, Delfino y De Felippe, se trajo un técnico conocedor y con experiencia como Berti y detrás de él, nombres y calidad en base a un presupuesto generoso para la categoría.
No obstante, Berti quedó atrapado en su laberinto, no consiguió mejorar al equipo que tampoco supo a qué jugar y la terquedad lo dejó sin trabajo.
Hoy es el turno de Julio César Constantin, un hombre de la casa, del riñón del club… alguna vez los clubes de Córdoba dejarán de pensar en técnicos caros o de renombre y apostar por los propios.