Los representantes del fútbol

Desempeñan un papel cada vez más importante en el fútbol. ¿Qué hacen? ¿Cuánto ganan? ¿Por qué a veces tienen tan mala prensa? ¿Son un mal necesario? Antes se llamaban “agentes”, ahora son “intermediarios”. No obstante, su trabajo no cambió ya que se ocupan de asesorar a los futbolistas en conseguir mejores contratos y para ello, mejores equipos. Y también los orientan en cuestiones extradeportivas porque cada vez son más los jugadores que quieren centrarse únicamente en el fútbol y dejar que su representante se ocupe de las cuestiones legales y financieras.

En abril de 2015, entró en vigencia un nuevo reglamento que quitó al agente, el carácter de sujeto FIFA, corriéndolo del sistema, situación que se va a retrotraer porque es necesario implementar una figura obligatoria de licencia de agentes que administra FIFA, condición “sine qua non” para ejercer la actividad. Así lo refleja Luis Grillo, titular en Córdoba de la empresa de asesoramiento y representación de futbolistas “Luis Grillo y Asociados”: “Hoy la figura es de intermediario, aunque a fin de año la FIFA lo va a cambiar. Los clubes no te pagan si no tenés la licencia y emitís la factura”.

Christian Bragarnik y su empresa “Score Fútbol SA” es su mayor exponente. Dejó de ser un intermediario en operaciones de compra y venta entre los clubes y se erigió como uno de los hombres más poderosos del fútbol nacional. Construyó un imperio, cimentado a fines de 2000 en Defensa y Justicia y Godoy Cruz, y extendido al exterior; hace muy poco se convirtió en el principal accionista del Elche español y la noticia es que se iría a vivir a España.

“La partida de Bragarnik va a dejar un vacío importante en Argentina, aunque su empresa siga trabajando. Sus empleados deberán ver cómo lo llenan”, opinó Grillo.

Christian Bragarnik.

Bragarnik siguió los pasos de los Settimio Aloisio, Gustavo Mascardi y Guillermo Cóppola pero supo entrometerse como ningún otro en el avance del negocio del fútbol, que es mucho más grande que en aquellos tiempos, aunque ahora tiene otros competidores.

Además de Grillo, en Córdoba existen otras dos empresas de agencias de representación, una llamada “Fútbol cracks” orientada por José Scozzari y la liderada por el dúo Horacio Rossi y Juan Pablo Rezzónico, denominada “Rossi Rezzónico” que en Madrid se llama “Capital Group Sport Management” y suma al agente español Aitor Montero. Rossi nos dice dónde sacó la licencia y cuánto había que pagar para poder trabajar: “Yo me saqué la licencia en el 2005 en la Real Federación Española de Fútbol, con unos exámenes que fueron muy complejos. En abril de 2015 FIFA creó la figura del intermediario, regido por las federaciones nacionales. La licencia para operar en todo el mundo costaba 1200 euros, más un seguro de responsabilidad civil que valía otros 800 euros”.

En el país hay entre 170 y 180 representantes, todos nucleados en la Cámara de Intermediarios y Agentes de Fútbol en Argentina (CIAFA), asociación que con licencia habilitante ordena la tarea. “El problema que tenemos es que para trabajar en distintos países tenés que estar habilitado en cada una de sus federaciones. Genera un costo muchísimo mayor a los agentes, pero ya no tiene la exigencia de antes, cuando tenías que aprobar un examen para obtener la licencia”, contó Rossi.

Un estudio de mercado realizado por “Rossi Rezzónico”, que lleva un año y medio en Córdoba, arroja que en el último tiempo los jugadores cordobeses o que actuaban en equipos de La Docta y pasaron al fútbol de élite, salvo Matías Suárez con Colazo en Bélgica, ninguno estuvo representado por una agencia local. La conclusión de ese estudio es que las agencias de Buenos Aires y Rosario se hicieron millonarias con jugadores de Córdoba. ¿Por qué? Porque Córdoba, salvo la de Grillo, careció de empresas con estructura. Paulo Dybala se fue a Italia con la inglesa Pencilhill Limited, representada por Mascardi; Javier Pastore se marchó con Dodici de Marcelo Simonian; Cristian Pavón es de Fernando Hidalgo quien junto a Gustavo Arribas tienen a Haz Football World Wide Limited; Emiliano Rigoni empezó con Juan Cruz Oller de Oller Group y hoy lo manejan los hermanos Pablo y Martín Sabbag.

Luis Grillo.

A Renzo Saravia lo llevó a Portugal primero y a Brasil luego la firma AIM, manejada por Arturo, Ignacio y Matías Jiménez, hijos del vicepresidente de Racing. El “Mudo” Vázquez es de Fernando Cosentino, ligado a Guillermo Fechenbach de FR Soccer Agency de Rosario que hoy maneja a Leonardo Godoy.

Julio Bufarini y “Bebelo” Reynoso son de MAG Global Sport de Martín Guastadisegno. Reynoso empezó con Grillo y cambió dos veces más hasta llegar a Guastadisegno. Y a “Wanchope” Abila lo tiene Adrián Ruocco, el mismo de Tevez.

Lucas Melano es de Silvio Villalba de Buenos Aires, Nahuel Bustos pasó a integrar las filas del italiano Ciro Palermo, quien ya tenía a “Cuti” Romero y Bruno Amione; y Lucas Zelarayan responde al peruano Ronald Baroni.

Pablo Chavarría se mudó de Jorge Berros a la firma francesa CLK Foot; a Pablo Ledesma lo manejó muchos años Daniel Bolotnicoff, representante de Riquelme y socio de Marcos Franchi en Back Sports SA; y Gonzalo Maroni dejó a Piero Foglia para irse con Hernán Berman.

Las comisiones de los agentes por transferencias de jugadores, alcanzaron en el mundo durante 2019, un récord de 654 millones de dólares el año pasado, equivalente a cuatro veces lo ganado en 2015 y casi un 20% más que en 2018. Si de números hablamos, Luis Grillo explica muy bien cuánto cuesta obtener y mantener la licencia para operar como agente: “Cambiaron los parámetros cuando los representantes y agentes fueron legalmente colocados en el medio. El lugar no fue para todos, los costos operativos para la licencia son altos, 7 mil u 8 mil dólares anuales. Yo creo que está bien, eso legalizó la actividad”; y Horacio Rossi habla de cuánto cobra un agente: “Lo que ganan los representantes viene a ser aproximadamente el 10 por ciento del salario bruto anual del jugador”.

La plataforma Transfermarkt es una de las más importantes en el sector digital en cuanto a estadísticas, noticias y comunidad de fútbol, con una base de datos de 473 mil jugadores a los que les calcula el valor de mercado en base al rendimiento. Luis Grillo explica que “estima las cotizaciones conforme a la calidad demostrada por tal o cual jugador, y los valores varían según la liga en la que compiten y su desempeño. Por ejemplo, Guido Herrera en Transfermarkt estaba en 2 millones y medio de dólares”.

En esa plataforma, “Luis Grillo y Asociados” tiene actualmente un valor de mercado promedio de 12 millones de euros con Mateo García cotizado en 2,2 millones, Javier Correa en 1,8 millones y Favio Alvarez en un millón; además de Carlos Bustos como su nave insignia en la dirección técnica y un plantel de unos 50 actores. Argentina, México, Ecuador y ahora con influencias en España, Grecia, Serbia, Bélgica y Turquía, es donde llega esta empresa.

Horacio Rossi.

“Rossi Rezzónico” acusa unos 20 millones de euros con Jonathan Silva a la cabeza, con un valor de 3,2 millones de euros; seguido de Tomás Guidara con 2,4 millones, Gabriel Carabajal con 1,6 millones y Claudio Yacob con 1,2 millones y una plantilla de entre 40 y 50 personas. Además dos entrenadores de renombre en el futbol, el argentino Mauricio Pellegrino con un valor de mercado de 3 millones de euros y el español Eloy Jiménez, con un valor de 500 mil.

Su grado de influencia alcanza Argentina, la Liga de España, la Premier League (allí tuvo a Becchio, Ulloa y Yacob), Grecia y Chile.

“Fútbol cracks” no tiene jugadores ni técnicos dados de alta en Transfermarkt pero bajo su ala están por ejemplo Pablo Vegetti, Wilfredo Olivera, Fernando Zampedri, Pablo Magnin, Mateo Bajamich (en sociedad con Lucas Rimoldi) y José Mauri.

Horacio Rossi destaca que su estructura cuesta unos 250 mil pesos mensuales, con once personas en Madrid y nueve en Argentina. Asegura que a cada juvenil se le paga entre 5 mil y 8 mil pesos dependiendo la edad, la línea de teléfono móvil, indumentaria y un coach: “Nosotros contamos con un equipo de profesionales en nuestra estructura como abogados, contadores, coachs que trabajan en lo emocional, captadores, ojeadores, analistas y los profesionales que ejercemos la representación”.

Grillo en tanto está al frente de una empresa familiar con una reconocida trayectoria de más de 20 años. “Mis hijos trabajan conmigo, todos sabemos un poco de qué se trata todo esto y le ponemos muchísimo empeño”.

A todo esto quedan dos preguntas. ¿Por qué el representante en términos generales está mal visto? “Estaba mal visto, porque en décadas anteriores han lucrado de manera brutal con los deportistas, aprovechándose de su ignorancia”, sostuvo Rossi.

Y la última. ¿Los representantes son un mal necesario? “Sí. ¿Sabés quiénes crearon los representantes? Los dirigentes, para justificar el choreo”, dijo Grillo.