Grandes del Deporte
24/05/2020 | 15:01 | "Chiche" se transformó en una figura en Belgrano por su juego estratégico y cerebral, tanto por mérito propio como porque lograba resultados en sus compañeros. Repasá la carrera del ídolo pirata.
Jorge Parodi
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Luis Ernesto Sosa: “Un crack que entendió el juego”
Luis Ernesto Sosa fue un futbolista que entendió el juego.
"El Chiche" le puso las notas musicales más afinadas a la partitura del juego más apasionante del mundo y ofreció grandes recitales.
Exquisito, cerebral, inteligente, estratega, tenía el GPS de la cancha incorporado. Siempre encontraba las calles menos transitadas de la cancha, tenía un detector de espacios, era un arquitecto del juego simple y efectivo.
Chiche Sosa jugaba y hacía jugar. Mientras todos corrían y se tiraban de cabeza, Chiche pensaba, construía y creaba.
Luis Ernesto Sosa parece el autor del tema de Los Caligaris “Que corran todos los demás, nosotros vamos caminado, para llegar no hay que correr, tan sólo hay que seguir andando”.
En Belgrano, conquistó a una hinchada que valora el sudor, pero que debió rendirse ante el refinado perfume de su juego y su notable calidad.
Por muchos años, el Gigante de Alberdi, al grito de: “¡Uruguayo, uruguayo, uruguayo!” le otorgó el certificado de ídolo.
Futbolísticamente, Belgrano fue su lugar en mundo.
Es considerado una leyenda celeste, siendo el cuarto con mayores presencias en el club con 252 partidos y el séptimo más goleador (34 anotaciones).
Chiche se ganó el corazón Pirata por su toque distinto, por su clase y por sus goles imborrables.
Sus pasos por Belgrano estuvieron enmarcados por una década difícil. Lo económico estaba por encima de lo deportivo. El plantel entrenaba en la Isla de los Patos, en el Parque Sarmiento, alrededor de El Dante, los jugadores no sabían cuando cobraban, si es que cobraban…
Luis Ernesto Sosa Tieri nació en Montevideo, Uruguay, el 19 de marzo de 1964. Sí, en la misma fecha en que Belgrano cumple años.
De botija, aprendió a jugar en los potreros de Montevideo y en las inferiores de Nacional. Cuando Chiche tenía quince años su familia se mudó a la Argentina por razones económicas.
Su primer club en nuestro país fue Dock Sud, entre 1984 y 1986, donde exhibió su clase entre los campos pelados y las piernas fuertes del ascenso.
En Dock Sud comenzó su fama de “Rey de los Ascensos”.
Subió a primera división en 5 oportunidades, 2 con Belgrano, 1 con Chaco For Ever, 1 con Estudiantes de La Plata y 1 con Huracán de Corrientes.
En 1984 ascendió de la D a la C con Dock Sud, y en 1986 con la creación de la B Nacional, logró dejar la C para jugar en la B Metro.
Luego un año en Chacarita, en la temporada 1988-89 logró un nuevo ascenso con Chaco For Ever.
Luego de un paso por Quilmes, finalmente llegó a Belgrano.
En la temporada 1990-91, en una recordaba final ante Banfield, Belgrano logró un añorado e inolvidable ascenso, ante una multitud en Córdoba, tras golear en la revancha al Taladro por 4 a 0.
Antes, en la semifinal ante San Martín de Tucuman, Belgrano había perdido de visitante, en la ida por 1 a 0. En la revancha en Córdoba perdía 1 a 0, hasta que el Tano Spallina colocó el 1 a 1. El partido moría y Belgrano quedaba afuera. Sobre la hora, Chiche Sosa de cabeza, le dio la clasificación a la final, en uno de los goles más gritados de la historia por el pueblo Pirata.
Chiche se metió de “cabeza” en el corazón de la hinchada celeste. Allí nació el romance.
En Primera, ese equipo Pirata hizo una gran campaña: le ganó a Boca por primera vez en la Bombonera, y con un gol de Sosa a Navarro Montoya. Y jugó un partidazo contra el River que empató 2 a 2.
En el año 92, jugó un par de temporadas en Colombia, donde vistió las camisetas del Pereyra y el Bucaramanga.
En 1995 integró una gran formación de Estudiantes de la Plata con brillantes figuras, que logró el ascenso a primera con varias fechas de anticipación, con un record de puntos, aún no superados en la categoría.
En la siguiente temporada volvió a ascender, esta vez con Huracán de Corrientes, un equipo que hizo historia y logró el pasaporte a primera, con una goleada por 4 a 1 a Talleres en Córdoba, en el viejo Chateau Carreras, ante 45 mil hinchas de albiazules.
En el 97 comenzó una nueva etapa en Belgrano, donde logró el ascenso en 1998 ante Aldosivi.
Belgrano venía de perder la primera chance de ascenso por penales ante Talleres. En la ida, Cosme Zaccanti hizo un golazo en Mar del Plata en el 1 a 1. Belgrano ganó la revancha bastante fácil por 3 a 1, con un gol del Chiche Sosa, en el Chateau, en lo que fue su segundo ascenso con el club de Alberdi.
Luis Ernesto Sosa marcó otro hito en la primera reválida contra Quilmes, en 2000, En la ida Belgrano había perdido por dos goles, 3 a 1.
En la revancha, “el Celeste” arrancó ganando, pero Quilmes lo empató y los Piratas quedaron con uno menos por la expulsión a Javier Villarreal. El descenso era inminente. Se puso 2 a 1 y la magnífica ejecución de un tiro libre de Luis Ernesto Sosa le dio el 3 a 1, que le permitió al equipo cordobés, quedarse en primera por ventaja deportiva. Fue un gol casi milagroso, que hasta el día de hoy los hinchas de Belgrano le agradecen al Chiche.
En Belgrano jugó hasta 2001 y luego cerró su carrera en Racing de Córdoba en 2002, con 38 años.
Jugó 205 partidos en la Primera División de Argentina anotando en ellos 28 goles. De esos encuentros, un total de 166 los disputó con la camiseta de Belgrano, En la Primera B Nacional estuvo en cancha en 274 oportunidades, anotando en 51 ocasiones. De ese total de partidos, 87 fueron jugando para la B.
Después de su retiro, Chiche Sosa eligió quedarse a vivir en Córdoba junto a su familia, su esposa Laura y sus hijos Lucas y Noelia, ambos hinchas de Belgrano.
Luego de algunas experiencias como DT junto a su gran amigo Cosme Zacanti, se dedicó al fútbol de los juveniles.
Con singular éxito fue coordinador de inferiores en Belgrano, en Las Palmas y desde hace algunos años en Lasallano.
Luis Ernesto Sosa fue un crack que entendió el juego.
Chiche lo interpretó y lo jugó como pocos.
Sosa disfrutó e hizo disfrutar durante sus 18 años como profesional del juego más hermoso del mundo.
Hoy lo enseña y lo cuenta con la misma pasión y claridad con que lo jugaba.
Chiche es Belgrano, hasta en las coincidentes fechas de ambos nacimientos.
En Belgrano lo adoran, el resto de los hinchas cordobeses lo respetan.
Ese afecto inoxidable convirtió al uruguayo en un cordobés por adopción.
Sosa fue un 10, que nunca te dejó con 10, siempre apareció en los momentos más difíciles, más complicados.
Luis Ernesto Sosa fue un auténtico crack, un arquitecto del fútbol.
Su clase, su calidad, su lectura del juego se impuso sobre el sudor de la mayoría.
Mientras todos corrían, él jugaba al juego que mejor juega y que más le gusta.
Mientras todos metían, el Chiche dibujaba, con el pincel en el botín derecho.
Luis Ernesto Sosa fue un artista del fútbol, que hasta pudo haberse animado a cantar junto a Los Caligaris : Que corran todos los demás…..
Por Jorge Parodi.
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