Luis Escobedo, otro de los “chicos” de la Guerra

Luis Escobedo es uno de los tantos "chicos" de la Guerra que estuvo en Malvinas. Jugó al fútbol en primera división de AFA. Remarca que la pelota lo ayudó mucho a ser lo que es. Es otra de tantas historias que merecen conocerse, a 38 años de aquel momento que siempre recordamos cuando abril nos abre sus puertas. 

Escobedo fue un lateral derecho clásico, aguerrido en la marca y con determinación para pasar al ataque. Fue poco el tiempo que estuvo en Córdoba, entre Racing y Belgrano, pero tiempo que le bastó para ser bien recordado por su entrega.

"Convivo con los veteranos de guerra todo el año, así que el 2 de abril no me cambia demasiado", dijo.

"Esta fecha es para insistir que los únicos Héroes de la Guerra son los chicos que quedaron en la isla y que hoy tienen nombre y apellido", remarcó.

Muy pocos conocían su historia, de un pasado vestido de soldado, de un pasado cargado de armas, muertes y trincheras. Recuerda que en Racing sí pudo hablar de la Guerra porque había gente mayor como Obulgen, Chaparro y Amuchástegui pero en Belgrano no, porque esos seis meses en Alberdi fueron una vorágine.

Cuando volvió de la guerra tenía 19 años y no quería jugar más, al punto de que iba perfilar su vida profesional en Obras Sanitarias de la Nación.

Hasta que apareció Pedro Marchetta como técnico de Los Andes. Allí le pidió que siguiera y vaya si lo hizo, extendiendo su carrera hasta el año 2000.

Marchetta fue un hombre clave, porque a partir de él firmó contrato en Lomas de Zamora, lo trajo a Racing y posteriormente se lo llevó a Belgrano, a un Belgrano plagado de figuras para jugar el primer Nacional B de la historia y con la base de aquel equipo histórico que ganó el Regional.

Aquel Belgrano habrá sido el mejor equipo del torneo, pero no ascendió por esas cosas del fútbol, perdiendo en el Sur bonaerense un partido increíble ante Banfield faltando menos de 10 minutos.

Luego de la Guerra, Escobedo encontró en el fútbol el lugar que lo contuvo desde lo emocional, desde lo personal, desde lo afectivo y como bien lo dijo en su momento, el fútbol para él fue como una terapia. Claro, aún sabiendo de compañeros que pasaron al olvido porque la vida después de Malvinas no fue la misma ante una sociedad que juzgó a los ex combatientes con la misma vara que acusó a los militares.

Hace poco Escobedo, junto a otros camaradas, volvió a las Islas para rendir homenaje a los Caídos y, al llegar al cementerio, desplegaron una bandera que rezaba “Territorio Argentino”, entonando además el Himno Nacional. Lo que parecía un acto normal, se convirtió en una pesadilla.

"Nos hacemos problemas por pequeñas cosas y los que estuvimos en la guerra sabemos lo que es padecer el hambre, el frío y el miedo", finalizó.