Mandiyú, éxito y ocaso

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Mandiyú, éxito y ocaso

29/08/2020 | 14:38 | Un repaso por la historia del club más popular de Corrientes. Su incursión en el fútbol grande, su desaparición y la vuelta contada por Pablo Sixto Suárez, su jugador y técnico más emblemático.

Gabriel Rodríguez

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Mandiyú, éxito y ocaso

Hay equipos que perduran para siempre en el imaginario popular de los hinchas. Podrán pasar días, semanas, años, décadas y cuando se escucha el nombre de aquel club los recuerdos brotan por sí solos. Este equipo quedó en la historia, tanto que si mencionamos a la provincia de Corrientes lo primero que se nos viene a la mente no es Huracán Corrientes, ni Boca Unidos, nos acordamos permanentemente de Deportivo Mandiyú. 

Mandiyú, en guaraní, significa algodón. Y no es un nombre caprichoso. El 14 de diciembre de 1952, Eduardo Seferián, propietario de la Algodonera Tipoití, una de las empresas textiles más grandes de Sudamérica, fundó la Empresa Deportiva Tipoití pero al no aceptarse nombres con firmas comerciales, el nuevo club fue bautizado como Deportivo Mandiyú.

Jugó en primera siete años, entre 1988 año en el que empató con Quilmes en Buenos Aires para ascender, en un partido de locos que tuvo seis expulsados y con Juan Manuel Guerra en el banco de suplentes; y el 26 de junio de 1995, fecha del último partido oficial de Mandiyú en Primera y en AFA cuando cayó ante Platense 4 a 2 .

Fue el club del noreste con más tiempo en la categoría de elite, con algunos resultados resonantes y hasta el debut como entrenador de Diego Maradona. El domingo 9 de octubre de 1994, en dupla con Carlos Fren, Maradona –quien no podía sentarse en el banco de suplentes por no tener el título- arrancaba su corta pero no menos intensa carrera de entrenador.

Cómo olvidar que en su paso por Primera, hubo nombres destacados que vistieron esa camiseta como Adolfino Cañete, Julio Olarticoechea, Pedro Barrios, José “Pepe” Basualdo, Félix Torres, Sergio Goycochea, Rubén Cousillas, Carlos Tapia, Horacio Attadía, José Blanchart y Guido Alvarenga entre muchos otros. Fue desde su incursión en AFA el equipo de los uruguayos y paraguayos, ya que al no haber límites para el cupo de extranjeros jugaban todos y entre los pocos argentinos hubo siempre un correntino que es la leyenda viviente de Mandiyú: Pablo Sixto Suárez.

"Si los responsables de este torneo son Roberto Cruz que Seferián lo vende. Vino Pedro Gonzáles y muchos nos fuimos. También vino Maradona pero hubo un problema institucional, no pagaban a los jugadores y ahí también desapareció Mandiyú", dijo Suárez.

Es así, lo que cuenta Suárez –gloria y leyenda de ese club- no es precisamente un cuento. Mandiyú estuvo inactivo entre 1995 y 2010. En 1993, Seferián, su fundador lo vendió y el club cayó en manos del entonces diputado menemista Roberto Cruz, quien adquirió la institución en dos millones de dólares. El proyecto con Maradona y Goycochea fracasó rápidamente. Descendido al Nacional B 95/96, no pudo ocupar su plaza por una monstruosa deuda (lo reemplazó Huracán Corrientes), fue desafiliado y desapareció, así, literalmente.

"Roberto Cruz fue lo peor que pasó por acá porque hizo un desastre para que descendiera y desapareciera. Maradona también fue usado por Cruz porque no le pagaban un peso", agregó Suárez.

Un grupo de hinchas fundó, en 1998, a Textil Mandiyú para no perder el arraigo popular del club con mayor cantidad de hinchas en Corrientes. Sin embargo, las malas campañas no permitieron darle impulso a Textil, por celos, peleas, recuerdos, el nombre y las diferencias entre los propios dirigentes. Así, una parte de aquella comisión directiva encabezada por Bruno Carlino, decidió darle impulso a la vuelta de Deportivo Mandiyú, el original y 15 años después, el equipo de camiseta verde, resurgió.

"El Deportivo vuelve por el presidente del club, Gustavo Carlino, y con el apoyo de él volvió a surgir. Como no se podía usar Deportivo Mandiyú se puso Textil Mandiyú. Todos quedamos fuera", dijo.

En 2012 ante la disputa del mencionado Carlino, titular de Deportivo; y Jorge Abib, presidente de Textil por la marca; apareció Cruz en escena ratificando que el club era de su propiedad, que nadie se lo pidió y que lo dejó sin deudas. Es decir, todos se atribuían la representatividad del “Albo”.

"Algunos que eran fanáticos usaron ese nombre. pero era para confusión de la gente porque el que llego al máximo era el Deportivo Mandiyú. Hubo cruces entre presidentes, pero agarro mas poder Mandiyú", expresó Suárez.

Todo se hizo más confuso cuando Deportivo y Textil comenzaron a enfrentarse en la cancha, primero en la Liga correntina y después jugando el clásico por Copa Argentina. Las diferencias eran tan grandes, que el Deportivo se despegó de Textil en un tuit cuando éste último quiso formar un equipo competitivo con “Cachín” Blanco, la “Chanchita” Albornos, Matías Villavicencio, Rodrigo Mannara y Marcos Argüello; y todo terminó en una absoluta nada y denuncias de apriete al presidente. “Utilizan nuestro nombre para fines espurios”, escribió la cuenta del “Albo” original.

Si entre hermanos se pelean, los devoran los de afuera. El 24 de junio de 2016, ambos se fusionaron en el Club Deportivo Mandiyú y el técnico elegido no fue otro que Pablo Sixto Suárez quien en 1988 subió al plantel superior desde las inferiores, a la vez que trabajaba en la fábrica Tipoití y además, es el segundo jugador con más presencias en el historial de los “algodoneros” en primera: 144 partidos, contra 227 de Pedro Barrios.

"La fusión se hizo porque el presidente había dejado. La Comisión le sacó el poder de ser presidente y cuando cambió, se reunieron y conversaron para jugar el Argentino B", completó.

Fusionado, el club participó del Torneo Federal “B” complementario y en otra historia de ensueño, con Suárez en el banco de suplentes, Deportivo Mandiyú venció a Ben Hur de Rafaela 1 a 0 y logró el ascenso al Federal “A”. El logro cobra más valor cuando se explica que disputó esa temporada con el presupuesto más bajo entre los 61 equipos del extinto Federal “B”.

"Cuando se fusionaron, jugamos el Argentino B con jugadores locales y se logró el ascenso pero el club no teníamos para mantener la categoría y el directivo tratar de mantener esa categoría, pero no se pudo", recordó.

Pablo Sixto Suárez, nuestro invitado en este informe ha sido una de las figuras correntinas en Primera, profesionalmente jugó 12 años como lateral derecho, por cuatro años dirigió al “algodonero” y es un pintoresco personaje de la capital de Corrientes. Es colectivero. Maneja la línea 104 D. Y en el momento de aquel ascenso de 2016, dividía su vida entre el colectivo y la dirección técnica, todos los días, prácticamente sin descanso y utilizando ese franco semanal para dedicarse ese único día y de lleno a su amado Mandiyú.

"Soy colectivo manejo el 104 D y justo da la causalidad que cuando jugamos la final para el Argentino A y tuve que trabajar de las 5 a las 13 y a las 17 jugábamos. Termino el trabajo, almuerzo y después estoy trabajando para el fúbtol", comentó

“Dirige, direcciona, piensa, decide y ejecuta. En él confiamos, con él vamos”, escribió sobre Suárez, en Twitter, Deportivo Mandiyú, que hoy transita los destinos de su liga de origen, tratando de volver a ser el que fue. Mandiyú tiene tiempo de sobra para planificar, formar y sustentar un verdadero proyecto de regreso al fútbol grande, ese lugar al que entró para siempre en el imaginario de todos los hinchas del fútbol. Pero para eso primero deberá aprender a caminar antes de correr.

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