Perfiles de La Previa
21/03/2020 | 13:12 | El delantero dejó atrás los escándalos que lo obligaron a abandonar Italia y brilla en el Paris Saint Germain. Su presente lo anima a soñar con una nueva oportunidad en la Selección. Escuchá.
Raúl Monti
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Mauro Icardi, figura del Paris Saint Germain (Por Raúl Monti)
Es uno de los delanteros más talentosos del momento, pero su trayectoria está marcada por el escándalo. Logró convertirse en un ídolo del Inter, pero se fue siendo repudiado por los hinchas.
Tiene 27 años y nunca ganó un título como profesional, pero su apellido suena constantemente para reforzar a los grandes clubes de Europa. Es una de las figuras del mundo del fútbol, pero también fue tapa en todas las revistas de chimentos.
En el último semestre, Icardi encontró su lugar en París y se reencontró con el nivel y los goles que lo llevaron a triunfar en Italia. Logró revertir su imagen como profesional, que tocó su punto más bajo hace apenas una temporada.
Mauro Icardi ni siquiera se inmutó cuando Lionel Scaloni dio la lista de convocados para la Copa América del 2019 en Brasil. Atravesaba el peor momento de su carrera como profesional, y sabía de antemano que no sería tenido en cuenta.
Una vez más, había perdido la oportunidad de vestir la camiseta albiceleste. Scaloni le había asegurado que lo tendría en cuenta para su proyecto al mando de la Selección Argentina, pero Icardi no estuvo a la altura de las circunstancias.
Una lesión de rodilla lo marginó de las canchas durante gran parte de la temporada, y su perfil mediático frustró una posible transferencia al Real Madrid. El rosarino no pudo evitar que sus escándalos extra futbolísticos se convirtieran en obstáculos dentro de la cancha.
Inter de Milán, el club en el que había pasado los mejores años de su vida, estaba harto de él. Sus compañeros, el cuerpo técnico, los dirigentes y la hinchada “nerazzurri” hicieron clara su postura: Icardi tenía que irse.
En apenas un año, pasó de ser el máximo artillero del campeonato italiano a recibir los insultos de las mismas personas que habían gritado sus goles. Las declaraciones de Wanda Nara, su esposa y representante, lograron agravar una situación que se hacía insostenible.
Sin lugar en el plantel, entendió que para reencontrarse con su fútbol no tenía más opción que armar las valijas. Mauro, que había llegado a ser capitán e ídolo del Inter, tuvo que abandonar Italia por la puerta chica.
Francia fue el destino elegido por el delantero para volver a empezar. Se sumó al poderoso Paris Saint Germain, que había ganado 6 de los últimos 7 campeonatos locales, y la “ciudad luz” lo recibió con los brazos abiertos.
Fue presentado como un fichaje estrella, y él agradeció la oportunidad que había recibido. Sabía que llegaba a una institución en la que tenía grandes chances de cumplir un sueño: gritar campeón por primera vez.
El PSG lo sumó a préstamo por una temporada para que sea el sustituto de Edinson Cavani, el goleador histórico de la institución. Se sumó a un plantel plagado de estrellas, armado con el objetivo de conquistar la Champions League de una vez por todas.
Icardi supo desde un principio que sería difícil ganarse un lugar en una delantera que salía de memoria, con Neymar, Cavani y Mbappé. El rosarino tuvo que demostrar que aún tenía lo necesario para ser uno de los mejores delanteros del mundo.
Trabajó duro en los entrenamientos y cayó bien en el grupo, en el que fue recibido por los argentinos Ángel Di María y Leandro Paredes. El cambio de aires le hizo bien, había dejado atrás los escándalos y estaba concentrado en su juego.
Convirtió su primer gol con el conjunto parisino en su segundo partido como titular, en una victoria contra Galatasaray por la fase de grupos de la Champions. Ese festejo fue un gran desahogo para él, que empezó a ganar confianza y recobró su olfato goleador.
Icardi se adaptó rápidamente al equipo y el fútbol francés presenció la reaparición de un delantero temible. Se convirtió en un jugador determinante dentro de la cancha, se sentía cómodo en el club y los arqueros rivales comenzaron a padecerlo.
Los dirigentes del PSG que habían apostado por él se acostumbraron a gritar sus goles. Mauro devolvió con creces ese voto de confianza con 13 tantos en sus primeros 16 partidos.
Los empresarios árabes que dirigen la institución se convencían poco a poco de que valía la pena ejecutar su opción de compra. El Inter, dueño de su pase, pedía 70 millones de euros para desprenderse completamente de él.
Icardi no frenó su racha goleadora, y el entrenador del equipo, Thomas Tuchel, lo eligió como su centrodelantero titular. El uruguayo Cavani, que llevaba varias temporadas como indiscutido, tuvo que acostumbrarse a ver los partidos desde el banco de suplentes.
El Paris Saint Germain inició el 2020 como líder absoluto del torneo local y con un lugar asegurado en octavos de final de la Champions. Mauro terminó el semestre como titular y sentía que había dejado atrás las situaciones que lo habían saboteado en el pasado.
Sin embargo, no pudo arrancar el año con el mismo nivel con el que había cerrado el 2019, y los goles se hicieron desear. Para colmo de males, Edinson Cavani convertía todas las oportunidades que él desperdiciaba, y la presión comenzó a jugar en su contra.
No pudo levantar su rendimiento y su lugar en el once inicial dejó de ser una certeza. Vio desde afuera como Cavani alcanzaba los 200 goles en el club, y supo que esa batalla estaba perdida.
Cuando se enteró de que sería suplente por los octavos de la Champions contra el Borussia Dortmund, Mauro estalló de furia y le recriminó la decisión a su entrenador. Como respuesta por su planteo, no jugó ni un minuto en el partido de ida.
El equipo parisino perdió el encuentro, pero se filtraron imágenes del plantel en una fiesta un par de días después de la derrota. Estaban celebrando el cumpleaños de tres jugadores entre los que estaba Icardi, lo que complicó aún más su vínculo con Tuchel, el director técnico.
En la semana, el francés respaldó públicamente a Cavani, dijo que era “su momento” y que había “recuperado la confianza”. El uruguayo volvió a asentarse como el referente de área del equipo, y Mauro se resignó a ser suplente.
El PSG remontó su duelo contra el Dortmund y llegó a la final de la Copa de Francia, pero el delantero argentino ya no aparece entre los titulares. Pasaron solo 6 meses desde su llegada al club, pero su mente ya apunta a otros grandes de Europa.
El nivel que demostró en París lo ubicó nuevamente en la órbita de gigantes como el Real Madrid y la Juventus. Los medios franceses no dudan al afirmar que el delantero abandonará la institución cuando surja la oportunidad.
Nadie puede negar su talento, pero su perfil mediático y temperamento se convirtieron en obstáculos que frenaron su propio ascenso. Mauro Icardi tiene una nueva oportunidad para demostrar de lo que es capaz: tendrá que abrirse paso con menos polémicas y muchos más goles.