Messi vs. Real Madrid, el otro clásico

Real Madrid-Barcelona es uno de los partidos que mejor describen al fútbol actual: un clásico global, sin fronteras, seguido en vivo y en directo por millones de personas en todo el planeta.

Hace tiempo que las discusiones sobre el derbi español excedieron largamente a los bares de Madrid o Cataluña, y se trasladarona todos los rincones del mundo reproducidas en cientos de idiomas diferentes.

A la hora que sea, el partido generatanta expectativa en China, como en Islandia, en Jamaica o en Bolivia, y uno de los principales responsables de eso tiene nombre y apellido: Lionel Andrés Messi.

El argentino no solo es el mejor jugador del mundo, sino que además es el más conocido —y reconocido—, hasta el punto de que su presencia es uno de los principales atractivos del partido, ya sin la participación especial de Cristiano Ronaldo.

El final de la historia se encargará de darle a la figura de Messi la magnitud que se merece, mientras tanto el 10 del Barcelona ya puede decir, entre otras cosas, que es el máximo goleador de todos los tiempos del clásico español.

Como pasa siempre con Messi, los números hablan por sí solos: le hizo 26 goles en 42 partidos al Real Madrid, con el detalle de que 15 fueron jugando en el Santiago Bernabéu. Atrás, a 8 goles del rosarino, quedaron dos monstruos del madridismo: Alfredo Di Stéfano y Cristiano Ronaldo.

El primer gran impacto de Lionel Messi contra el Real Madrid fue en el 2007, cuando apenas tenía 19 años. Ya había jugado un par de clásicos, sin poder convertir, y en el tercero se despachó con un triplete que no estaba en los planes de nadie. El partido fue un partidazo que terminó 3 a 3, pero todas las miradas —de asombro— apuntaban a ese zurdito, de pelo largo, que acababa de presentarse ante el mundo futbolero y por primera vez en su vida se llevaba la pelota a casa.

El 2 de mayo del 2009 es una fecha patria para el barcelonismo porque ese día le ganaron 6 a 2 al Real Madrid en el mismísimo Bernabéu, ofreciendo uno de los conciertos que más se recuerda de aquella sinfónica que fue el Barcelona de Pep. Y Messi, por su puesto, aportó lo suyo, lo de siempre: dos goles.

Messi mezcla como nadie la eficacia con la estética, pero además lo hace con frecuencia en los partidos más difíciles. En el 2011, por las semifinales de la Champions contra el Madrid de Mourinho, en el Bernabéu, Leo se disfrazó de Maradona y después de recibir un pasecito de Busquets, que fue su Negro Enrique, dejó el tendal de camisetas blancas para meter un golazo de antología.

Para el 2014 tanto Messi como el Barcelona ya eran otros, pero algunas cosas seguían sin cambiar y los clásicos contra el Real Madrid eran un buen ejemplo. La voracidad goleadora del argentino seguía vigente como el primer día. Otro triplete de Leo, otra victoria del Barza y de nuevo el Bernabéu como testigo de un 3-4 inolvidable.

Después de más de una década de rivalidad, podría decirse que Lionel Messi las hizo a todas contra el Real Madrid. Y casi. De las poquitas que le faltaban había una que era meter un gol en tiempo de descuento, de visitante, para ganar un partido que significó más de media Liga y quedarse de frente a los hinchas merengues mostrándoles la camiseta. Lo hizo. Fue en el 2017.

A casi 15 años de su primer enfrentamiento contra el Real Madrid, no es una exageración decir que Lionel Andrés Messi cambió la historia del partido más importante del fútbol español. Basta con verlo, pero por las dudas un número lo refrenda: el Barcelona ganó casi la mitad de los clásicos desde que Leo se viste de blaugrana.

Las estadísticas son abrumadoras, y hay una más que vale la pena: en sus 42 duelos contra el Madrid, Messi participó en 39 goles, sumando tantos y asistencias. Una bestialidad: estuvo metido en casi un gol de su equipo por partido frente al eterno rival. Más grande no viene.

Los ojos futboleros del planeta están esperando con ansias una nueva edición del derbi español, que se transformó en un clásico del mundo, con un argentino como actor principal: Lionel Messi, contra el Real Madrid y en el Bernabéu. Un clásico dentro del clásico.