Perfiles de La Previa
07/12/2019 | 14:46 | El delantero volvió de México y es la gran revelación de la Superliga. ¿Se queda en Córdoba?
Raúl Monti
Audios
Nahuel Bustos, la gran promesa de Talleres
El cuatro de julio de 1998 una ciudad convulsionada le dio la bienvenida. Pese al clima invernal, Córdoba era una caldera: se jugaba la final del siglo entre Talleres y Belgrano y no existía otro tema posible de conversación.
21 años más tarde, aquellos que vibraron con el triunfo albiazul, gritan sus goles y cruzan los dedos para que la joyita más preciada se quede un rato más en el club.
Hijo de Elba y Emilio, el pequeño Nahuel dio sus primeros pases de magia en Huracán del barrio La France. A los 12 años, Sergio Allende, histórico entrenador de Argentino Peñarol, lo invitó a sumarse a la “Peña” donde ya jugaban sus hermanos mayores.
A un par de años de su llegada, Allende lo mandó al campo de juego y Nahuel conquistó un récord impensado: se convirtió en el jugador más joven en debutar con gol en un torneo de AFA.
Aquel primer grito en el Federal B fue ante Racing de Valle Hermoso y aún permanece inalterable en su memoria.
Un año en la primera del equipo de Arguello fue suficiente para que se corriera la voz: en el Trampero jugaba un pibe guapo, talentoso y con mucho gol. Así fue que Talleres apareció en su camino para alegría de su familia de sangre matadora.
El otro gran debut de su carrera, el del fútbol de primera, llegó de la mano de Frank Darío Kudelka el 24 de abril de 2017 en el triunfo ante Godoy Cruz de Mendoza.
Desafortunadamente, Bustos sólo jugó un puñado de partidos antes de bajar nuevamente a la reserva.
Sin embargo, el goleador no se desanimó: siguió obsesionado con el gol y fue uno de los principales argumentos de la reserva para alcanzar el bicampeonato bajo las órdenes de Walter Lemma.
Sin demasiadas chances de volver al equipo de Primera, el club comenzó a buscar alternativas para ubicar al delantero en el exterior como ya había sucedido previamente con Catriel Sánchez.
Así, Nahuel estuvo a punto de dejar Barrio Jardín para sumarse al Everton de Chile, club del grupo Pachuca, pero como no hubo acuerdo con el contrato del jugador, el préstamo se cayó y el pibe, de entonces 19 años, siguió en el club con las esperanzas intactas.
La llegada de Juan Pablo Vojvoda, le dio la chance que había estado esperando. Poco a poco comenzó a sumar minutos y llegaron los goles: a River en un amistoso, a Vélez (el día de su debut como titular), Patronato y los dos que le hizo a Belgrano el día en que se metió en el historial de AFA y en el corazón de todos los albiazules.
Cuando parecía que las piezas al fin se estaban acomodando, Nahuel fue cedido a Pachuca en una maniobra para recuperar a Palacios.
Con la amargura de perderse la Libertadores, Bustos la luchó pero nunca pudo hacer pie en el fútbol mexicano.
El 2019 le cambió la vida por completo. En febrero recibió junto a su novia Aldana al pequeño Gino León y a mediados de año volvió a Córdoba decidido a encontrar su lugar y lo consiguió.
A fuerza de goles se ganó la confianza del Cacique Medina y también la convocatoria para jugar con la sub 23 de la Selección Argentina, un verdadero sueño cumplido.
Desde su regreso, marcó 8 goles pero recuerda especialmente el primero del semestre ante River en el Monumental.
Cada vez que la pelota traspasa la línea de cal y besa la red, Nahuel repite el mismo ritual: todos sus goles van con dedicatoria a su querida abuela Inés.
Las estadísticas muestran que Nahuel Bustos es el jugador con más remates al arco de la Superliga. Los fríos números nos enseñan una de sus principales características: siempre se tiene fe, siempre está dispuesto a seguir intentando.
Para el delantero matador, el año termina con un sabor dulce en los labios. Su nombre repiquetea entre titulares de diarios, locutores de radio y conductores de tv que lo llaman la revelación de la Superliga.
Mientras tanto, los hinchas de la T le piden al niño Jesús que les conceda un deseo de Navidad: que Nahuel se quede un ratito más.