Grandes del Deporte
24/04/2021 | 13:22 | Es considerado uno de los grandes ídolos de la historia de River. Fue la alegría del fútbol en los años ‘60, cuando casi ni se sonreía y se jugaba con cara de pocos amigos. Nuestro homenaje.
Jorge Parodi
Audios
Oscar Más, el "Pinino" del póster (Por Jorge Parodi)
Oscar “Pinino” Más es el viejo póster pegado en la pared de la habitación, con una foto de El Gráfico o de la Goles, trepado al alambrado de alguna cancha, con la garganta explotando, y la cara llena de gol.
“Pinino” Más es la felicidad de un chico vecino al que los Reyes Magos, en una noche de enero del setenta y pico, le trajeron la camiseta de River con un número 11 negro de cuero pegado en la espalda de la camiseta blanca con la franja roja.
“Pinino”, (le decían así porque siempre jugaba con unas bolitas chiquitas llamadas pininas) era un payasito, chueco y saltarín de 1,66, subido a unos botines negros, que hacía goles de todos los colores y desde cualquier lugar de la cancha.
“Pinino” fue la alegría del fútbol en los años ‘60, cuando el fútbol casi ni se sonreía y se jugaba con cara de pocos amigos.
“Pinino” fue el mejor amigo del gol durante años.
“Pinino” fue el segundo goleador histórico de River con casi 200 goles, y el segundo en la historia de los River-Boca, después de “Su Ángel”, Labruna, con 12 gritos de gol.
“Pinino” fue un analfabeto de la geometría, que pateaba y hacía goles sin respeto a los ángulos, a las bisectrices, ni a las distancias.
Oscar “Pinino” Más era un oasis de locura en un fútbol demasiado cuerdo.
“Pinino” fue la sonrisa de un River que esperó 18 años para gritar campeón, y la esperanza de resurrección cuando regresó en 1975 para cumplir con su cuota de goles y cortar esa maldita racha.
“Pinino” es el que le hizo un gol a Banfield de palomita volando a 20 centímetros del suelo. Era un acróbata que parecía de goma. Un abonado a cualquier pirueta que terminara en gol.
Así le convirtió a Righi, arquero de Banfield en 1965, un golazo de chilena, de espaldas al arco y clavándola en un ángulo.
Oscar Más era, fundamentalmente, espectacularidad. De esos jugadores que, en verdad, “levantan a la tribuna, motivan, convulsionan, electrizan”, escribió Roberto Fontanarrosa en su libro “No te vayas campeón”.
En el corazón del hincha que lo amó, “Pinino” Más no es el adicto al juego, el que padecía de ludopatía y que estafó a decenas de chicos y padres prometiéndoles pruebas en River, que nunca se concretaron.
Ni el que irresponsablemente causó un gran daño al afirmar a la ligera que Rodrigo Mora padecía de cáncer, afirmación que no era verdad. Su pedido de disculpas fue extemporáneo.
Ni el que despectivamente comparó a Boca, por su estrategia en un clásico, con Sacachispas, provocando la respuesta indignada e irónica de esa querible institución.
No, no, ese no es “Pinino”. No debería serlo. Prefiero el del póster con la cara llena de gol. Estoy seguro que ese no es “Pinino”; es, simplemente, el señor Oscar Más.
“Pinino” Más nació el 29 de octubre de 1946 en Villa Ballester, en el Gran Buenos Aires. Fanático de River, se cuenta que a los 10 años cuando fue a probarse a Boca Juniors, estando el partido empatado, hubo un penal y Más lo erró. Pinino confesó años después: "Lo tiré afuera a propósito. ¿Cómo iba a hacer un gol para Boca?".
“Pinino” Más jugó en River durante doce temporadas. Carlos Palomino lo descubrió en los potreros, Ernesto Duchini lo llevó y Carlos Peucelle lo puso en Primera a los 17 años contra Chacarita. El partido terminó 1-0 con gol del chileno Eladio Rojas (el "Mono" hizo la jugada del gol), se jugó el 26 de abril de 1964 en San Martín.
“Pinino” Más fue titular los cuatro partidos que la Selección Argentina, dirigida por el “Toto” Juan Carlos Lorenzo, disputó en el Mundial de Inglaterra de 1966, donde llegó hasta los cuartos de final.
Su primer paso por River duró hasta 1973, convirtiendo 169 goles en 309 partidos. Fue el máximo goleador de River en seis temporadas y media. En 1973 fue vendido al Real Madrid, pese a irse mucho antes de terminar el torneo Metropolitano terminó siendo goleador del certamen.
En Real Madrid fue el goleador del equipo, pero terminó octavo en la Liga de España y decidió regresar a River, ante el llamado de Don Ángel Labruna que estaba armando un equipo para salir campeón después de 18 años.
Luego de una temporada en el club merengue, "Pinino" volvió a River. Pudo cumplir su sueño de salir campeón (dos veces) en 1975. En su segundo paso por River marcó 29 goles en 73 partidos. En sus etapas en River, fue subcampeón de la Copa Libertadores en 1966 y 1976.
Se fue de River en 1977 para jugar para el América de Cali, donde tuvo un recordado paso, jugando 68 partidos y convirtiendo 38 goles. En 1979 regresó a Argentina para jugar en Quilmes, donde participó en la Copa Libertadores. En Quilmes jugó 7 partidos, marcando 3 goles. Uno de ellos, contra River, fue el gol más triste, el que no gritó, el que lloró por dentro, el que ovacionaron desde la tribuna miles de hinchas “millonarios”, como un tributo al ídolo.
En 1980, firmó para Defensores de Belgrano, de la Primera B argentina. En el “Defe” participó en 57 partidos y marcó 40 goles entre 1980 y 1981, convirtiéndose en la sensación del torneo.
En 1982 pasó a Sarmiento de Junín, jugó 18 partidos y convirtió 6 goles. En sus últimos años deambuló por Mariano Moreno, El Porvenir, Huracán Las Heras y Talleres de Remedios de Escalada, entre otros clubes.
Paradójicamente, pisando los 40 años, sobre el final de su carrera, “Pinino” Más vistió la camiseta azul y oro, pero no de Boca Juniors, sino la de Boca de Bariloche y de Boca de Coronel Suárez.
Según contó, se ponía la camiseta de River debajo de la de Boca cada vez que salía a la cancha en Coronel Suarez o en Bariloche.
Oscar “Pinino” Más siempre usó la casaca número 11, fue un wing izquierdo, pero jamás murió contra una línea de cal ni se entregó al marcador de punta de ocasión.
El gol fue su obsesión, "Pinino" pateaba al arco desde cualquier lado, con ángulo, sin ángulo, desde la raya, tapado, exigido, después de correr 30 metros con la pelota.
En 1970 le pateó a Navarro desde el costado a unos 35 metros, y se la clavó cuando el arquero de Huracán se acomodaba para esperar un centro.
Le gustaba meterla desde ángulos imposibles: si era de lejos, mejor; si podía hacer que diera en los palos antes de atravesar la línea, mucho mejor aún.
En un clásico frente a Boca en 1969 le metió a Roma un zurdazo que pegó en los tres postes del arco y no entró, pero poco después hizo lo mismo contra Racing: el tiro dio en el primer palo, en el travesaño, en el palo izquierdo y fue adentro.
Pese a su escasa altura, “Pinino” era pura potencia y picardía.
“Pinino” es considerado uno de los grandes ídolos de la historia de River Plate.
“Pinino” le sacaba carcajadas a la pelota cuando se sentaba sobre ella antes de patear un corner a esperar que los jugadores se acomodaran, o salía a la cancha con un paraguas abierto una noche de diluvio.
El “Pinino” está vigente en las banderas que flamean en Monumental con su cara. Es el mismo “Pinino” del póster colgado en la pieza.
Lejos del que estafó la ilusión de los chicos que querían probarse en River, del que le faltó el respeto al humilde Sacachispas, del que anunció irresponsablemente la grave enfermedad de un jugador sin la más mínima seguridad de que fuera cierto.
Tal vez ese no era el “Pinino” que queremos recordar, tal vez haya sido sólo el Sr. Oscar Más. Es que a veces ser Más, no significa ser mejor.
“Pinino” fue el otro. “Pinino” Más fue el Chaplin de River
La alegría de un fútbol que, en ese entonces, derrochaba tristeza. El payasito gracioso que brilló en los circos muy especiales, con arcos y tribunas.
El que siempre le hacía goles importantes a Boca. El que volvió del Real Madrid, para que River fuera campeón después de 18 años.
“Pinino” es el recuerdo de niñez, de mi vecino feliz cuando recibió de Los Reyes Magos la 11 que lucía él. “Pinino” Más fue el abanderado de los goles espectaculares.
Oscar “Pinino” Más fue un inolvidable ídolo del fútbol argentino.
También el mío.
Te puede Interesar
Tensión en San Lorenzo
El presidente del club hizo público que tanto él como su familia recibieron agresiones. Aseguró que ya presentó una denuncia formal.
Copa Libertadores
El equipo de periodistas deportivos de Cadena 3 analizó el rendimiento de los jugadores de Fluminense y River. Entrá y mirá.
Grandes del Deporte
Griguol fue mucho más que un buen ex jugador y un prestigioso técnico. “Timo” es uno de los más admirables y entrañables personajes que nos regaló el fútbol. Nuestro homenaje.
Grandes del Deporte
Un homenaje al histórico relator de Cadena 3, que cada fin de semana emociona a los hinchas de los clubes de Córdoba. Un 12 de abril de 1991, en un partido de Racing de Córdoba, nacía el romance entre él y la gente.