Grandes del Deporte
25/01/2020 | 16:11 |
El máximo ídolo en la historia del Independiente, y uno de los más grandes jugadores argentinos de todos los tiempos, cumple 66 años este sábado.
Jorge Parodi
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Ricardo Enrique Bochini: "¡¡Bo-Bo-chini!!, ¡¡¡Bo-Bo-chini!!!
Los hinchas de Independiente tienen un himno que retumbó por años en el Estadio Libertadores de América.
Un ruego hecho canción, en el que miles de "Diablos" (todos Rojos) le piden a Dios:
“Sólo le pido a Dios, que Bochini juegue para siempre, siempre para Independiente, para toda la alegría de la gente”.
A modo de remate de aquella solicitud, los seguidores del "Rey de Copas" tienen un grito con puño cerrado, pleno de orgullo que los une y los identifica.
“¡¡¡¡¡Bo-Bo-chini, Bo-Bo- Chini!!!!!"
Ricardo Enrique Bochini es el ídolo grande de la historia de Independiente.
Durante casi dos década la 10 del "Rojo" y el "Bocha" sellaron un pacto de magia y talento lleno de gambetas y hazañas.
Bochini nunca vistió otra camiseta, la pelota nunca fue tan obediente ante los mandatos de un botín derecho y una casaca color sangre.
"El Bocha" fue un genio del fútbol en envase pequeño.
Fue ídolo sin quererlo, ya que siempre escapó a la demagogia.
Fue un futbolista inteligente, constructor de juego, profesor de geometría en la genialidad de cada pase.
Surgió en un comienzo, allá por año '72 como un gambeteador serial.
Con el paso de los años se convirtió en un estratega único, en un lúcido conductor.
El tiempo le robó pelo, pero le aclaró los conceptos futbolísticos.
Logró 14 títulos, 4 en Torneos de AFA, 4 Libertadores, 3 Interamericanas, 2 intercontinentales y una del mundo en México '86, donde jugó unos pocos minutos.
Su visión, su capacidad para asistir, para definir partidos con toques de primera, su gambeta siempre para adelante, sus caños productivos, sus goles decisivos, lo convirtieron en un MAESTRO del fútbol.
"El Bocha" creó sociedades inolvidables en Independiente.
Las más recordada fue con Ricardo Bertoni, con quien edificaron un gol histórico después de una milimétrica doble pared, que Bochini convirtió en gol tras un sombrerito a Dino Zoff en Turín, en 1973, cuando el "Rojo" venció a la Juventus por 1-0 y obtuvo su primera Copa Intecontinental.
Se cansó de darles pases gol entre miles de piernas a Bertoni, a Maglioni, a Outes, a Percy Rojas, a Morete, a Percudan…y la lista sigue.
Sin ser un goleador, se guardó esa aptitud para conversiones antológicas y llenas de belleza.
Más tarde, en enero de 1978, aquel dramático gol en la Boutique de Barrio Jardín. En Córdoba, la noche que Independiente fue campeón con 8 hombres, frente a Talleres.
Ningún hincha del "Rojo" olvidará el gol a Peñarol, por la Libertadores donde gambeteó a siete uruguayos en hilera con la velocidad de un rayo.
Hizo pocos goles, pero ninguno para maquillar resultados, fueron claves y en partidos difíciles.
Bochini fue ídolo de Independiente, sin haber dicho que era hincha del club, sólo mostrando su talento y vistiendo la camiseta durante TODA su carrera .
Ninguna oferta lo tentó para emigrar.
Tiene una calle con su nombre lindera al estadio, tal vez porque sólo transito la vida en un sólo sentido: el de la honestidad.
El "Bocha" siempre ofreció generosamente su talento, exhibiendo su fútbol ofensivo y carente de mezquindades.
El "Bocha" se convirtió en un ídolo gigante, que se hospeda en un cuerpo pequeño.
Fue el Genio que frotó la lámpara en los momentos más complicados.
Idolatrado en Independiente, respetado y querido por todas la hinchadas. Bochini es el hijo dilecto de cada hincha del "Rey de Copas".
Fue el símbolo de un tiempo que marcó la historia del fútbol argentino.
Bochini fue un 10 , DE 10.
Fue el REY, DEL REY DE COPAS.
El estratega de las grandes hazañas.
El que provocó la feliz disfonía de miles de hinchas de Independiente gritando sus goles.
El que invita a la nostalgia cuando en la Libertadores de América un himno de "Diablos" (todos Rojos) que le piden algo a Dios:
Sólo le pido a Dios, que Bochini juegue para siempre, siempre para Independiente, para toda la alegría de la gente
Y que tiene un remate que se canta con el corazón rojo de orgullo y agradecimiento:
¡¡¡Bo-Bo-Chini!!! ¡¡¡Bo-Bo-chini!!!