Rodrigo Bentancur, la mejor venta en la historia de Boca

Cuando se anunció su traspaso a la Juventus, los detractores de Rodrigo Bentancur no dudaron en afirmar que se encaminaba directo hacia el fracaso. La lógica indicaba que un futbolista de 19 años no tendría lugar en el gigante italiano, pero los pronósticos fallaron.

Tras un nuevo acuerdo con los dirigentes de la “Juve”, el uruguayo se convirtió en la venta más cara en la historia de Boca, en un valor que ronda los 27 millones de euros. Consiguió logros envidiables para un jugador de 22 años, que vivió de todo en muy poco tiempo.

Pasó sus primeros años en Colonia Suiza, una pequeña localidad uruguaya de 10 mil habitantes. Tuvo una infancia muy tranquila en el medio del campo, y era vecino de una escuela que formaba a futuros productores agropecuarios.

Los estudiantes jugaban al fútbol en una cancha de la zona todas las tardes al salir de clases, y Rodrigo siempre estaba presente. Él tenía 11 años y algunos de sus rivales tenían 18, pero iba todos los días, sin falta, aunque recibiera duras patadas.

Los detractores de Bentancur afirmaron que se encaminaba directo hacia el fracaso, pero los pronósticos fallaron.

El hecho que marcó su infancia, aún así, no tuvo que ver con el deporte. Su mamá estaba muy enferma y desarrolló una relación muy especial con su hijo en el corto tiempo que les tocó compartir. Ella murió cuando él todavía era un nene, y desde entonces la homenajea con el número de su camiseta, el 30, día de su cumpleaños.

El fútbol, que hasta entonces era una pasión y su vía de escape, se convirtió en una oportunidad real cuando un captador de Boca lo descubrió casi de casualidad. Pasaron apenas unos minutos de partido para que el hombre se acercara al papá de Bentancur y le dijera que el pibito tenía todas las condiciones para ser un crack.

Rodrigo tenía 13 años y le daba miedo probarse en Boca, por el cambio que significaría pasar de su vida en el campo a la caótica ciudad de Buenos Aires. Emprendió la travesía alentado por su papá, se instaló en lo de unos familiares en Argentina y no tardó mucho en sentirse nuevamente como en casa.

Llamaba la atención por su figura larga y esbelta, pero lo más interesante era su visión de juego. Mantuvo la costumbre de jugar contra rivales mayores que él y un solo partido en la Reserva le alcanzó para dar el salto a Primera.

Rodolfo Arruabarrena había quedado encantado por sus cambios de frente y cabeza fría para distribuir la pelota desde la mitad de la cancha, y lo llevó a jugar con los más grandes. Debutó con apenas 17 años en el Torneo de Verano del 2015 y puso su nombre en boca de todos cuando selló con un cabezazo el recordado 5 a 0 contra River.

Llamaba la atención por su figura larga y esbelta, pero lo más interesante era su visión de juego. 

El “Vasco” le dio confianza y minutos, y celebraron juntos sus dos primeros títulos, el torneo de Primera División y la Copa Argentina contra Rosario Central. El volante se ubicó como una de las sorpresas de la temporada e incluso llamó la atención de los futboleros uruguayos, que hasta ese momento no sabían de su existencia.

Guillermo Barros Schelotto fue su gran mentor: reconocía que Bentancur tenía talento, pero le dejó claro desde el principio que con eso no alcanzaba. Le preparó un plan para que ganara masa muscular, lo puso a marcar a sus rivales y le dijo que tenía que animarse a llegar al área. En pocos partidos, mejoró todos los aspectos de su fútbol y el “Mellizo” lo compensó con la titularidad.

Ganó un nuevo campeonato en el 2016, pero también conoció el peso de las críticas. Su inexperiencia y algunos errores graves lo convirtieron en un blanco fácil para los hinchas, que sentían que la camiseta le quedaba grande. Su historia dio un giro ese mismo año, cuando Daniel Angelici inició las gestiones para el regreso de Carlos Tévez.

Incluso llamó la atención de los futboleros uruguayos, que no sabían de su existencia.

El “Apache” quería dejar Juventus para volver al club de toda la vida, pero la “Vecchia Signora” no pensaba entregarlo tan fácil. Tras una larga negociación, Bentancur partió hacia el fútbol italiano como parte del acuerdo. Había dado un gran salto cuando dejó su campo natal para ir a Buenos Aires, pero esto era otro nivel.

Llegó a Turín con tanta ilusión como incertidumbre, y temía que el club bianconeri lo enviara a préstamo a algún lugar indeseable, pero no fue así. Sin ser un titular indiscutido, participó en todas las conquistas del conjunto italiano en el último tiempo, y fue destacado como uno de los futbolistas más promisorios del fútbol europeo. Además, conquistó el Sudamericano Sub-20 con su Selección y disputó el Mundial de Rusia en el 2018.

Juventus, que compartía la propiedad del jugador con Boca en partes iguales, decidió quedarse con la totalidad de su pase y pagará una millonada por él. En el transcurso de cinco años, el uruguayo pasó de ser un jugador de la Reserva a convertirse en el mejor traspaso en la historia del “Xeneize”.

Es la venta más cara en la historia de Boca, en un valor que ronda los 27 millones de euros. 

Aunque hoy comparte plantel con estrellas como Ronaldo o Buffon y su vida esté rodeada de lujos, Rodrigo Bentancur hace lo posible por mantener los pies sobre la tierra. Cada vez que puede se hace una escapada al campo en el que creció, donde pasó las añoradas tardes con su mamá y forjó el juego que deslumbró a Europa y le sigue dando alegrías a las arcas boquenses.