Un golcito, por favor

Lo más buscado en cada mercado de pases es siempre lo mismo: goles. Jugadores que hagan goles. Como si los goles se pudieran comprar por kilos. La mayoría de los equipos contratan ilusiones, posibilidades, estadísticas previas, expectativas de goles.

Una de las transferencias más resonantes del fútbol argentino es la vuelta de Darío Benedetto a Boca. Justamente, lo que buscan los dirigentes y el cuerpo técnico, y lo que esperan los hinchas, son los goles del Pipa. Nada importa más que los gritos que traiga en la valija.

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La apuesta de Riquelme y Battaglia es clara: quieren un delantero de área, una referencia, un típico 9. El titular, en los papeles previos, es Benedetto con Luis Vázquez como primer suplente. Además, apuntan a que el pibe crezca siguiendo los pasos del Pipa.

Cada club busca su propio camino para llegar al gol; Riverva por un rumbo distinto a Boca. Marcelo Gallardo seguirá con Julián Álvarez como centro delantero y redobló su intento con Jorge Carrascal, probándolo de falso 9 y dándole una oportunidad más.

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El técnico Millonario tiene una idea y busca a los interpretes que mejor se adapten. Por eso dejó ir a Federico Girotti, una promesa de las inferiores, que tuvo sus buenos minutos en el primer equipo, pero no encaja en lo que pretende Gallardo.

Si no es Julián Álvarez, el 9 de River puede ser Braian Romero, o los dos juntos. La elección de Romero, en una línea más cercana al delantero percherón, define el perfil de equipo que busca Gallardo porque el ex Defensa y Justicia no está solo para empujar la pelotita en el final de la jugada.

En el único amistoso que se pudo ver hasta el momento, la gran novedad del nuevo River, además de la constelación de volantes ofensivos, fue la posición de Jorge Carrascal. El colombiano se movió de punta, entre los centrales rivales, entrando y saliendo, jugando de 9 sin ser 9.

Es muy notoria la diferencia de estilos, en este aspecto puntual, entre Boca y River. Lejos de su par Millonario, Battaglia tiene en la cabeza un equipo con el tradicional punta de lanza (Benedetto o Vázquez) acompañado por uno o dos delanteros por afuera.

Las segundas guitarras de Boca tendrán una incidencia clave para completar el perfil de juego. Pueden ser Salvio y Zeballos o Villa y Molinas. Orsini y Briasco son otras opciones que podrían aportarle variantes al equipo en la zona ofensiva.

Boca y River tienen para elegir, mientras el resto hace malabares para encontrar goles. Independiente dejó ir a Silvio Romero y vendió a Alan Velasco, dos de las vías más directas a las redes rivales que tenía, y ahora busca desesperadamente delanteros.

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Eduardo Domínguez cuenta con Leandro Fernández como principal alternativa, un jugador probado, con experiencia, que tendrá la mochila de volver a ganarse el cariño de los hinchas, que se sintieron decepcionados por su última salida del club.

El gran problema para Independiente es que atrás de Fernández por ahora solo tiene dos pibes como Ángel Sayago y Julián Romero. Por eso la dirigencia quiere delanteros: será Gaich, Wanchope o algún otro, el que sea, porque lo necesita con urgencia.

San Lorenzo está en una situación parecida a la del Rojo. Apostó por la vuelta de Adam Bareiro, que tuvo un paso flojo por el club con apenas 4 goles en 16 partidos, y la gran carta ofensiva es Ricardo Centurión, que no se destaca por su faceta como goleador.

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Con poca plata y mucha necesidad, San Lorenzo sueña con la vuelta de Adolfo Gaich, el pibe que se fue rápido, después de una ráfaga, y también podría volver rápido. La otra alternativa es Nicolás Blandi, que casi no jugó en Unión, pero su nivel actual es un interrogante.

Otro club que quiere rearmar su ataque es Racing. Después de la salida de Lisandro, se quedó con Javier Correa y Enzo Copetti, sumó a Gabriel Hauche y deposita todas las esperanzas futbolísticas en los pies de Edwin Cardona.

Se supone que para el estilo de juego que quiere Gago, los más aptos son Correa y Hauche. Javier no es un delantero estático, le gusta jugar por todo el frente de ataque y puede complementarse con el Demonio, aprovechando los pases de Cardona.

En el contexto de un mercado flaco, Talleres rompió el chanchito y puso 2 millones de dólares para comprar la mitad de la ficha de Federico Girotti. El pibe llega con 49 partidos, la mayoría entrando como suplente, 8 goles, 1 a Boca y la ilusión de encontrar una plataforma de lanzamiento.

Las características de Girotti son las del histórico 9 corpulento, pero con las habilidades de los tiempos que corren. Es capaz de retroceder algunos metros para asociarse, tiene buenos movimientos con la pelota en los pies y olfato para generarse chances de gol.

Con Santos y Girotti, Hoyos cubre uno de los puestos del ataque, además tiene aValoyes, los dos Esquivel, Garro y Fértoli como laderos de diferentes características. El gran desafío para el técnico de la T será imprimirle rápido su estilo al equipo.

Entre los clubes de la clase media del campeonato hubo dos incorporaciones interesantes. La del uruguayo Sosa Sánchez a Vélez y la de Mauro Boselli a Estudiantes. Los casos son diferentes por las historias previas de cada uno en esos clubes, pero ambos asoman como apuestas interesantes.

En una línea parecida, hay tres delanteros que estarán en su lugar en el mundo: Marco Ruben en Central, Darío Cvitanich en Banfield y Walter Bou en Defensa y Justicia. Todos tienen como respaldo lo que ya hicieron y el gran desafío de ir por más.

Entre los equipos que correrán desde atrás en la tabla hubo cuatro movimientos para seguir, las llegadas de Santiago Silva a Aldosivi, Gonzalo Bergessio a Platense, Lucas Barrios a Patronato y Lisandro López a Sarmiento. Promesas de goles para quedarse en Primera.

En el parejo fútbol argentino cada cual atiende su juego, pero todos buscan más o menos lo mismo: goles. Un golcito, por favor, mendigan los hinchas. Un golcito, aunque sea uno, que con eso basta y sobra porque los goles son amores.