46 años de impostura: de Formosa a Río Negro

Hoy se cumplen 46 años desde que, en plena democracia, un comando de Montoneros secuestró un avión y atacó un cuartel militar en Formosa. En el ataque mataron a 13 militares, policías y soldados. También murieron 9 terroristas. Aunque murieron cometiendo un crimen, los familiares de los 9 montoneros fueron indemnizados.

Para el gobierno K el aniversario es muy incómodo. No sólo por semejante impostura. El padre del actual secretario de Derechos Humanos de la Nación, Horacio Pietragalla, asesinado en 1975 en Córdoba, integraba la conducción de Montoneros en el noreste del país. Y el actual ministro de Defensa, Jorge Taiana, era en esos años una figura de alto perfil de Montoneros y jefe de gabinete del Ministerio de Educación.

¿Qué hará Taiana hoy como ministro de Defensa? Conmemorará a los soldados muertos en defensa de la Constitución o recordará a sus ex compañeros que atentaron contra ella? Por lo pronto, en la página del Ministerio de Defensa no hay mención alguna al aniversario.

La de Formosa no es sólo una efeméride. El kirchnerismo reivindica a las organizaciones armadas de los 70 idealizando sus delirios y silenciando sus crímenes. Y la sociedad argentina le permite que lo haga. Así que, entonces, sigue ejerciendo ese oportunismo cínico.

Como está haciendo ahora. Ayer, la gobernadora de Río Negro, Arabela Carreras, propuso que los ataques a personas, los incendios y usurpaciones que desde hace años se atribuyen a presuntos activistas mapuches en tres provincias comiencen a encuadrarse como acciones terroristas. Y le pidió gendarmes al ministro de Seguridad de la Nación, Aníbal Fernández.

El ministro se negó a enviar gendarmes. Pero, además, su respuesta fue insólita: le recomendó a Carreras “dialogar”. ¿Cómo se dialoga con encapuchados, que incendian inmuebles públicos, secuestran personas y dejan amenazas a las autoridades provinciales? ¿Cómo se dialoga con criminales desconocidos?

El encuadre de terrorismo y muchas otras cosas seguramente se podrá discutir. Pero hay un paso previo que el gobierno nacional tiene que dar: tiene que decir si está con los que cumplen la ley o si va a seguir haciéndole el aguante político y discursivo a los que la violan.

Es la misma materia pendiente que hay con hechos terribles, como los sucedidos en Formosa hace 46 años.