Ahora los "K" te dicen que la baja de la inflación es "un fracaso"

Hay gente que no sabemos en qué planeta vive. El ministro de Gobierno de Axel Kicillof, por ejemplo. Se llama Carlos Bianco. Y el miércoles no tuvo mejor idea que decir que la inflación del 2,7% lograda en octubre es "un fracaso absoluto". Ajá.

Su razonamiento es que, dado que se está haciendo "el ajuste más grande de la historia de la humanidad", usando la exageración del propio Javier Milei, entonces la inflación tendría que caer aún más. "Con la recesión que estamos viviendo, con el aumento del desempleo, con la caída de ingresos, es un fracaso; tendría que ser cero la inflación", dijo.

Es curioso. Porque este señor ha sido parte del kicillofismo desde su origen. Desde hace mucho es su mano derecha. Y por lo tanto formó parte de las gestiones que reinstalaron la inflación perenne y creciente de la Argentina.

Kicillof fue ministro de Economía desde noviembre de 2013 a diciembre de 2015. Dos años completos. Durante su gestión la inflación oficial fue de 23,9% en 2014 y de 11,9% en los primeros 10 meses de 2015. Los últimos dos meses no están porque el Indec mentía en forma tan flagrante que finalmente la dejó de medir y dejó un bache.

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Las mediciones privadas y de institutos provinciales dieron en realidad 38,5% para 2014 y 31,6% para 2015. Por eso el propio Indec, el Banco Mundial, el FMI o el BID tienen las estadísticas de Argentina vacías en ese rubro, donde aparecen todos los demás países.

Vamos por el lado del crecimiento de la economía. El Indec dice que la economía en 2014 cayó 2,5% y que en 2015 creció 2,7%. O sea que a cambio de la inflación, no es que el PBI crecía. Peor: al mentir para abajo la inflación, el Indec también exageraba el PBI. El Indec mide el PBI en pesos, pero para quitar el efecto inflación hay que restarle la inflación para saber el cambio real. Como la inflación estaba minimizada, al PBI en pesos se le descontaba menos, con lo que aparece exagerado. Si se hace eso, el PBI se achicó en la gestión Kicillof-Bianco.

Vamos a la pobreza. Pasa lo mismo que con el PBI. Al mentir la inflación, se mentía la canasta básica, que aparecía cada vez más barata de lo que era en realidad. Y eso se usa para medir la pobreza. 

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Entonces la pobreza también aparecía menor a lo que era. Figuraba un montón de gente con ingreso que podían comprar esa canasta ficticiamente barata que en realidad no la podían comprar. Era vergonzoso. Al punto que el propio Kicillof ordenó dejar de medir la pobreza con la excusa de que dar un número meramente estadístico era "estigmatizante" para los pobres.

Vamos al empleo. Cuando asumió Kicillof había 6.15 millones de asalariados en blanco aportantes a la Anses. Cuando se fue, eran 6,21. Estancamiento. Como ha sido desde 2011 hasta diciembre del año pasado.

Así que es muy difícil saber si Bianco tiene razón o no, si el 2,7 de octubre es un fracaso o no. Porque ellos de entrada mentían los datos de inflación, PBI y pobreza. De entrada, podría darles un cachito de vergüenza y dejar que la sociedad argentina intente terminar con el modelo inflacionario que instaló el kirchnerismo para eternizarse en el poder repartiendo papelitos sin valor a cambio de eternizarse en el poder y reinar en la miseria.

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