La quinta pata del gato
22/01/2021 | 11:27 |
Adrián Simioni
Audios
De piqueteros a jeringueros: un poquito más cerca del fascismo
Hoy cuenta en Clarín el periodista Guido Carelli Lynch que el gobierno planea poner a miles de piqueteros rentados del Movimiento Evita y otras organizaciones kirchneristas a promover la vacunación en las villas y barrios más pobres del país. Si se concreta, pasarán de piqueteros a jeringueros. No picarán. Pincharán.
Estas orgas piqueteras manejan la mayoría de las 570 mil personas que cobran un subsidio al mes supuestamente para trabajar. Los piqueteros toman esos recursos públicos y se los reparten sin licitación ni nada. Es una la canillas más gruesa del país con la que se financia la política con fondos estatales. En nuestras narices. Desde hace años.
Ahora la excusa es la de siempre. Los piqueteros “conocen” los barrios y llegan adonde el Estado no llega, dicen los funcionarios de turno, asociados y/o extorsionados por el piqueterismo.
La decisión tiene un costado obviamente electoral, de movilización ideológica y partidaria. Los piqueteros no van a vacunar. Van a cobrar (tal vez incluso un plus de lo que ya cobran) para “convencer” a la gente de que se vacune. Es una gran excusa para entrar en los hogares y tomar mate, que es cuando los buenistas rentados con tu plata hacen propaganda disfrazados de redentores. También podrían hacer las listas para la vacunación. En las redes ya circulan chistes ultragorilas. Alguien preguntó si con la segunda dosis de la Sputnik harán como un exgobernador que, según la leyenda, te daba una zapatilla el domingo de elecciones y la otra el lunes, si el partido ganaba.
Todo esto sería para reírse si no fuera para llorar. Porque este plan es otro paso en la identificación del partido con el Estado que viene haciendo el kirchnerismo. Y que fue la raíz de los regímenes fascistas.
Hoy mismo el exyerno de Cristina, Camilo Vaca Narvaja, difundió con orgullo un video en el que la Anses reparte sus subsidios directamente en un local de La Cámpora del conurbano. Vaca Narvaja ni siquiera lo disimula. Lo festeja.
La apropiación del Estado por parte de un partido ya llega un punto tal que no se discute más de qué partido es sino a qué facción interna pertenece. Pasó esta semana en una oficina de la Anses en Munro, que no atendió porque quedó acéfala, envuelta en un conflicto entre la jefa actual, que responde al PJ local y el gremio, y el camporista nombrado para reemplazarla. Ya son una casta peleando abiertamente por la presa.
¿Cómo puede haber una competencia electoral limpia si el Estado, que reparte subsidios a media población, está al servicio de un partido, su propaganda y sus punteros rentados? Así ningún opositor tiene chances. Así se anula la alternancia y la pluralidad. Asi se deslizan las repúblicas hacia los sistemas de partido único.
El panorama se completa con lo que pasa en Formosa, transformada con la pandemia en la Guantánamo argentina, donde ya existe de hecho un régimen de partido único basado en el control completo del Estado provincial, única fuente de recursos. Allí, en estos mismos días hay detención arbitraria de opositores, incluidos opositores peronistas que rechazan el régimen policíaco que impuso Gildo Insfrán con la excusa de la peste.
Es viernes. En vacaciones. No quiero ser mala onda. Pero eso es lo que empezó a suceder en Venezuela una vez que Chávez quebró al Estado venezolano, luego de haberlo ordeñado hasta la quiebra, para perpetuar un poder absoluto y sin alternancia. Buen fin de semana para todos.
Te puede Interesar
Escándalo en Formosa
El diputado nacional por la UCR, Martín Hernández, dijo a Cadena 3 que buscarán evitar la Justicia Provincial porque “está sometida al poder político”.
Escándalo en Formosa
Gabriela Neme y Celeste Ruiz Díaz fueron detenidas durante varias horas. La gestión que encabeza Gildo Insfrán justificó los arrestos argumentando que provocaron disturbios.
Escándalo en Formosa
Gabriela Neme y Celeste Ruiz Díaz habían sido arrestadas por la Policía por manifestarse frente a una escuela. Culpan al gobernador por las condiciones "inhumanas" de los centros de aislamiento.