De villano a héroe: los tres destinos posibles de Sergio Massa

Con su flamante candidatura bajo el brazo a Sergio Massa se le abren varios destinos posibles, entre los que sobresalen tres.

La desaparición de Cristina Fernández (o de un delegado suyo) de cualquier fórmula presidencial implicará, de por sí, un cambio de clima positivo. Los mercados festejarán su salida de escena. Y eso cambiará el tono financiero de los próximos días.

Puede ser todo ganancia para Massa. Porque ese optimismo puede coincidir con una merma de la inflación a base de la tremenda caída del consumo, del brutal ajuste que el Estado descargó sobre el sector privado. Faltan un mes y medio para las Paso y 4 meses para la presidencial. En las Paso, Massa puede llegar a obtener más votos que Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich por separado (que dividirán el voto de Juntos por el Cambio) y, como en las Paso disputará el voto moderado con Larreta, si Bullrich gana la interna de Juntos, en la general Massa puede llegar a ser el único "moderado" frente a Bullrich y Milei.

Destino 1: presidente exitoso. Si Massa cree que por estas volteretas puede llegar a ser Presidente, estará en una posición única: hacerle hacer a este gobierno -con un ministro de Economía muleto, un Erman González, un Remes Lenicov que lo reemplace- el trabajo sucio para su propio beneficio. Eso implica demoler todas las regulaciones, cepos y desmadres fiscales y financieros que dejaron las dos décadas K y que ni Macri logró desmontar del todo. En esta hipótesis Massa asumiría en diciembre con el campo orégano. Se heredaría a sí mismo un ajuste ya hecho, pero cargado a la cuenta del gobierno ya desvanecido y fuera de control de Alberto y Cristina.

Destino 2: político mezquino estándar. Ahora, supongamos que se impone el sentido común y Massa, el ministro del 115 por ciento de inflación anual, pierde por paliza las Paso y ni siquiera logra colarse en el balotaje. ¿Qué incentivo podría tener Massa para dejarle hecho a un opositor el mismo trabajo sucio que le convendría hacer para él mismo? Ningún incentivo. La lógica indica que nadie hace un ajuste por un opositor. Al contrario: a Massa le convendría en tal caso hacer lo que en general haría cualquier político: tratar de llegar como sea al fin del mandato y dejar que la bomba le estalle al sucesor.

Destino 3: héroe. A menos que Massa decida comportarse como un patriota generoso en lugar de ser un villano egoísta. No es lo que se espera de la imagen que Massa tiene en la opinión pública. Pero quién te dice. Nadie es un prócer hasta que llega el día en que alguien le susurra al oído: "Hoy te convertís en héroe".