El impuestazo de Guzmán a viviendas podría ser pura sarasa

Para no bajar el gasto público, el ministro de Economía, Martín Guzmán, le prometió al FMI recaudar más. Y en el acuerdo dejó escrito que va a subir la recaudación del impuesto a los Bienes Personales, algo que se aplica sobre todo el patrimonio pero sobre todo sobre los bienes inmuebles, las viviendas.

Para aumentar la recaudación, Guzmán ya había subido algunas de las alícuotas a fin de año. Pero ahora quiere subir la valuación fiscal de los inmuebles. O sea, cobrar el mismo porcentaje, pero sobre un monto, el supuesto valor de una vivienda, mucho mayor. Así espera cobrarles, groso modo, unos 200 mil pesos más al año a unos 400 mil contribuyentes, muchos de los cuales hoy no pagan Bienes Personales. De ellos, unos 40 mil podrían estar en Córdoba.

Pero Guzmán tiene un problema. Son las provincias las que establecen el valor fiscal de los inmuebles y determinan quién es el propietario, es decir, a quién hay que cobrarle. Sobre esa base cobran el impuesto inmobiliario provincial. Y sobre esa misma base la Nación cobra Bienes Personales.

Desde hace tiempo, las provincias dejaron de subir las bases imponibles. Preferían subir el inmobiliario por otras vías. Así que las bases imponibles tienen atrasos del orden de 150%.

Por ejemplo, Córdoba dejó que los valores fiscales se atrasaran y en cambio empezó a aplicar un coeficiente. El efecto es que la Provincia podía ir aumentando el impuesto inmobiliario de acuerdo a la inflación, pero la Nación no cobraba más por Bienes Personales. ¿Por qué hacían esto? Porque de Bienes Personales no ven un peso. Por ejemplo, de cada 100 pesos en Bienes Personales pagados en Córdoba, 50 quedan para la Nación y los otros 50 se reparten con privilegio a las provincias de siempre. A Córdoba "vuelven" por coparticipación menos de 4 pesos. Se van de la economía provincial 96 pesos. Lo mismo que pasa con todos los tributos.

Guzmán quiere cortar con eso. ¿Podrá? Funcionarios cordobeses recuerdan que Macri ya había querido hacer lo mismo. Ya está creada la oficina para hacerlo. Pero nunca lograron hacerlo. Las provincias no tienen incentivos para blanquear la situación. Y muchas no tienen ni la capacidad técnica para acercar correctamente los valores a los precios de mercado.

Ese antecedente es el que lleva a algunos entendidos en el tema a pensar que esta vez tampoco va a pasar nada. Y que incluso Guzmán lo sabe, pero que, obligado a cerrar con el FMI, lo que quedó en el acuerdo es un poco más de sarasa y podría no cumplirse jamás.