El mágico mundo de los estatales

El Indec publicó hace unos días la evolución de los salarios en todo el año pasado. Ninguna sorpresa: los salarios perdieron contra la inflación. Aumentaron 90,4 por ciento, mientras los precios subieron 94,8 por ciento. Año a año, vamos perdiendo poder de compra.

Ahora bien: la cosa no es para todos iguales. Porque hay un grupo de privilegiados, que son los empleados públicos, los empleados de la Nación, las provincias y los municipios. Los sueldos de ellos aumentaron 99,4%, es decir que terminaron el año casi 5 puntos por arriba de los precios.

En cambio, los salarios del sector privado en blanco aumentaron 93,8%, quedando casi un punto por debajo de la inflación. Y a los asalariados privados en negro les fue muchísimo peor: sus ingresos subieron apenas 65 por ciento, casi 30 puntos menos que la inflación. Son los que viven en el infierno.

La situación es tremendamente injusta y contradictoria. Hay que recordar que la inflación la genera el Estado, que emite dinero para poder pagar su gigantesco gasto público. Que en gran medida está compuesto por los sueldos de municipios, provincias, Nación y empresas estatales. Buena parte de la inflación es "culpa" de la enorme cantidad y los altos sueldos del sector estatal.

Bueno, a la inflación la sufrimos todos. Pero la paradoja es que los que más rápido se recuperan, como pasó el año pasado, son justamente los empleados públicos. 

Es lógico porque a ellos nadie los puede echar, entonces pueden hacer paro y protestar, y los políticos al frente del Estado pueden tener toda la vocación de contener el gasto pero, finalmente aflojan. 

Después de todo la plata no es de ellos y si no alcanza, tienen a mano la maquinita de imprimir billetes, que es lo que no tienen las empresas privadas. Es mágico: los que generaron el problema fueron los únicos que salieron del 2022 mejor de lo que entraron.

Es una profunda injusticia. Estoy seguro de que vamos a empezar a recibir mensajes de empleados estatales que dicen que ellos tienen sueldos muy bajos. Bueno, si en verdad es así, renuncien a ese trabajo y busquen un empleo privado. Nos van a hacer un favor a todos, dado que el déficit se va achicar un poquito dado que nos vamos a ahorrar su sueldo y entonces habrá que emitir un cachito menos y bajará una millonésima la inflación. 

Pero no creo que suceda. Yo no conozco a nadie que haya renunciado a un puesto estatal. Y acá vemos una de las razones por las que nadie renuncia al mágico mundo de los estatales.