El muerto que dejan Cristina y Massa

Vamos a hacer un panorama de la herencia que deja el gobierno armado por Cristina Kirchner, presidido por el prestanombres Alberto Fernández y conducido hacia su fracaso final por Sergio Massa. Nos vamos a apoyar para esta síntesis en los economistas Esteban Domecq, Sebastián Lacunza y Guido Sandleris.

Primero lo primero, lo más importante: este gobierno déficits gemelos. No es viable. Tiene un Estado que gasta 5 puntos de todo lo que produce el país más que los recursos que puede juntar. Es porque hay millones de personas que viven sin trabajar de verdad de ese gasto público. Y tiene un país que no exporta lo suficiente para poder comprar las importaciones más elementales que necesita para funcionar.

Dejan un país con deuda récord: 400 mil millones de dólares. Es el máximo histórico. Y nadie cree que vayamos a pagar ni los intereses. Así que nadie quiere renovar sus préstamos. Por eso tenemos que pagar una tasa de interés en dólares 24 puntos superior a la que paga un país desarrollado. Inviable.

La única forma que hay de financiar a los millones de personas que no trabajan de verdad es emitiendo dinero sin respaldo. Por eso hay inflación. La tercera más alta del mundo. La más alta de todo el hemisferio occidental: 140% anual. Pero la inflación de los últimos tres meses, proyectada a un año, da 233%.

Esto ya sería una híper sino fuera porque el Banco Central pide prestados pesos en el mercado. El problema es que para que se los presten tiene que darles a los depositantes un interés de 250% anual. Entonces es peor el remedio que la enfermedad, porque para pagar esos intereses tiene que emitir más dinero sin respaldo.

El Banco Central está quebrado. Tiene reservas negativas en 12.000 mil millones de dólares. Dependemos de un acuerdo con China que presta yuanes a cambio de cosas que no conocemos bien. Y ese acuerdo podría ser puesto en suspenso por China. El dólar oficial es una ficción, porque hay una devaluación constante no blanqueada.

La pobreza supera el 40%, más del 60% de los niños son pobres y el salario en dólares está en los niveles más bajos de la historia. Es el peor entre los países de la región.

Los dos sectores más dinámicos y eficientes de su economía, el agro y la energía, que son los que podrían exportar y traer dólares, están destruidos y sin capacidad de inversión luego de demasiados años de que el kirchnerismo les quitara todos sus recursos y, por ende, su capacidad para invertir y crecer con el fin de alimentar su gigantesco aparato clientelar, de subsidios irracionales y de provincias feudales que ahora ya no se pueden mantener.