El oligopolio del pan de la CTA

Esta mañana la CTA, Central de los Trabajadores Argentinos, ha realizado en el microcentro de Córdoba una acción de propaganda contra lo que el kirchnerismo llama el oligopolio de los grandes molinos harineros. Los acusan de subir el precio de la harina para lograr ganancias abusivas.

La acción consiste en vender el kilo de pan muy por debajo de los 250 pesos que cuesta en las panaderías. "Es posible tener el pan a 150 pesos" dice la CTA.

En realidad, no es así. Primero, la harina que usa el Frente Barrial de la CTA a cargo de producir el pan proviene de los mismos molinos trigueros "malignos" que les venden a los panaderos. Sólo que una parte la harina que usan en sus comedores la reciben gratis del Ministerio de Desarrollo Social, que antes la compró a los molineros. Otra parte de la harina la CTA la compra a los mismos molinos al mismo precio que los panaderos. Aún así, los bajos costos del pan de la CTA no se explican por eso, porque la harina apenas representa 17% del costo del pan de las panaderías, según la fundación Fada.

En realidad, el ahorro viene de que la CTA no paga lo que pagan los panaderos. Por empezar, no paga sueldos ni cargas sociales como cualquier panadería. El trabajo es de personas que cobran planes estatales como el Potenciar Trabajo o incluso que luego venden parte del pan que hacen en la calle como una changa. Tampoco tienen que amortizar maquinarias ni, en general, pagar alquileres.

Es raro que la CTA, una central obrera, diga que es posible vender más barato el pan pero, claro, sin pagar salarios con todas las de la ley ¿Qué dirá el sindicato de Panaderos? ¿Los acusarán de carneros a los ceteaístas?

El pan de la CTA también está libre de los impuestos a partir de la molienda, que se llevan hasta el 23% del precio del pan, mucho más de lo que cuesta la harina. Y esa sí es una paradoja: los impuestos que sí tienen que pagar los panaderos se usan para pagar los sueldos que cobran muchísimos de los afiliados a la CTA, que en general son empleados públicos.

Así cualquiera vende pan a 150 pesos.

Los organizadores de la movida en Córdoba admiten que en realidad el precio es simbólico. Pero entonces no deberían hacerle creer a la gente que "es posible tener el pan a 150 pesos". Sobre todo porque a partir de esta mentira demonizan a los molineros o fingen que una Empresa Estatal de Alimentos -que es lo que en verdad quieren- produciría bienes muy baratos.

La verdad es que la que parece abusarse con los precios es la CTA: 150 pesos por kilo son un abuso teniendo en cuenta todos los costos que la CTA no paga. En cualquier momento viene un inspector del secretario de Comercio, Roberto Feletti, y los clausura.

¡Paren de fantasear!

Todas estas "campañas simbólicas" son, en realidad, mentiras, que alimentan en la sociedad la fantasía de que la inflación, por ejemplo la del pan, es culpa de un par de empresas malditas. Y en ese caldo no paran de prosperar iniciativas de todo tipo. Ya no saben qué inventar, pero los precios no paran de subir.

Ahora el secretario de Comercio, Roberto Feletti, promete bajar el precio con un Fondo del Trigo para subsidiar la harina. Con eso en Argentina ya habrá al menos 9 mecanismos para frenar precios de los productos de harina: hay retenciones del 12% al trigo, cupo para exportar trigo, acuerdo de Precios Cuidados, acuerdos específicos para panificados, comedores populares que abastece el Estado, hay bolsones que reparten municipios, tarjetas de consumo que subsidian las provincias y la tarjeta Alimentar de la Nación.

Termina siendo un caos de intervenciones, ninguna de las cuales parece satisfacer del todo a nadie y distorsiona los precios de mercado. ¿No sería mejor terminar con la creatividad desaforada y unificar todos los esfuerzos? Por ejemplo, tal vez lo mejor sería dedicar todos los recursos en financiar la Tarjeta Alimentar, que la reciba quien la necesita, con más fondos y que cada quien compre con esa ayuda lo que mejor le venga.