El Pami queda en Narnia

¿Vieron que Alberto dice que los argentinos salimos de los barcos? Bueno, los estatales no: ellos salieron de Narnia. En realidad viven allí, en una realidad paralela, del otro lado del armario.

De ese otro lado tu empleo jamás está en riesgo, cobrás con puntualidad inglesa y, en la enorme mayoría de los casos, tu productividad depende de tu compromiso personal o de tu vocación. No se mide lo que hacés, no tenés que cumplir metas, no hay castigos. Es un paraíso. O al menos Narnia.

Hoy, esa vieja historia -que no entiendo por qué jamás la cambiamos- fue ratificada una vez más.

La interventora del Pami, Luana Volnovich, les va a dar a sus más de 13 mil empleados un aumento del 46% en 9 meses. Eso ya da por tierra con las precauciones antiinflacionarias del propio ministro de Economía del propio Gobierno, Martín Guzmán, que recomendó un tope de subas salariales de 32%.

Pero lo importante es que transforma al Pami en una burbuja aislada de la economía privada en quiebra que es la que tiene que poner los impuestos para bancar al Pami, porque Volnovich no está regalando plata de ella sino de todos los que pagamos impuestos.

¿Cómo es la vida fuera de Narnia, fuera del Pami, fuera de las burbujas estatales? Bueno, es muchísimo más difícil.

-Según Indec, el salario en blanco subió en el último año fue de 30%, bien lejos de un 46%.

-En 2020 se perdieron casi 800 mil empleos privados, sobre todo informales.

-En ciudades como Córdoba encuestas privadas, como la del Centro de Almaceneros, rebelan que en el último año 6 de cada 10 personas han perdido al menos la mitad de sus ingresos.

En Narnia, en el Pami, nada de eso. Porque Volnovich, además, les va a regalar a sus empleados un bono de 20 mil pesos. ¿Las razons? Una es en premio por trabajar en la pandemia, en realidad, trabajaron desde la casa, los que lo hicieron. La otra razón es insólita: que el Pami cumple 50 años. ¿Adónde se imagina Volnovich que las empresas privadas pueden revolear dinero así, en medio de la inflación y la pandemia, por una mera carambola del almanaque?

Si al Pami le sobrara la plata, cosa que no, podría usarla para pagarles mejor a los médicos y clínicas ahogadas o para bajarles el impuesto (o aporte) a los pocos trabajadores en blanco que quedan.

Pero eso no va a suceder. La casta estatal privilegiada que domina a la Argentina vive en Narnia y ni siquiera se da cuenta. Ni se anotician de sus privilegios. Y sus jefes te tratan con prepo si te quejás, como hizo la diputada ultraK Fernanda Vallejos, que apenas nos quejamos del aumento del 40% en el Congreso, sacó su fusta de capanga para retarnos. "Que un gerente de cualquier empresa gane más que un representante de la voluntad popular es una vergüenza", dijo.

Vallejos está convencida de que ella, en su inmensa generosidad, trabaja para nosotros. Alguien debería recomendarle que alguna vez abra la puertita del ropero, salga de Narnia y se busque un trabajo honesto en el sector privado. Ahí se va a dar cuenta de que es al revés, que nosotros, hoy, trabajamos para ella.