Francia: con Macron, empieza a regir la ley de gravedad

Victoria de Emmanuel Macron: logró que, pese a las huelgas tremebundas, las protestas masivas y a que dos tercios de los franceses están en contra, el Senado aprobara elevar la edad jubilatoria de 62 a 64 años, sin distinción entre hombres y mujeres. Todavía falta que la aprueben los diputados. La reforma se hace gradual: cada año la edad de retiro se irá elevando en tres meses. Y también se sube la cantidad de años de aportes: de 42 a 43 años. En Argentina apenas se exigen 30 años de aportes.

El argumento de Macron es simple: cada vez nacen menos franceses y los franceses viven cada vez más. Si no se hace algo, el sistema va derecho al iceberg, ya no es capaz de financiar a tantos jubilados, tanto tiempo, con jubilaciones medianamente buenas. Si no cambian, ¿quiénes los van a mantener? ¿los alemanes? ¿los marcianos? ¿por qué no puede trabajar alguien de 64 años de edad si hoy se llega a esa edad en mucho mejor estado de salud que antes y si hoy los trabajos son mucho menos pesados que antes gracias a la tecnología?

Las protestas de los franceses, en realidad, no son contra Macron, sino contra la demografía. Es como protestar contra la ley de gravedad. A veces los políticos deben transformarse en líderes. Y en lugar de seguir lo que dicen las encuestas, tienen que señalar ellos un rumbo, arrancar, y convencer a los ciudadanos de que están equivocados. Y de que tienen que aceptar la ley de gravedad.