Fotoilustración: Juan Pérez Gaudio.

La quinta pata del gato

La piquetera Repetto y los angelitos trabajadores

30/01/2024 | 11:48

 

Redacción Cadena 3

Adrián Simioni

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La piquetera Repetto y los angelitos trabajadores

¿En qué se parecen la influencer Juana Repetto y los piqueteros que pasado mañana van a salir a apretar a supermercados y fabricantes de alimentos? En todo.

La Repetto logró copar el centro de la escena. Luego fue acomodando el relato, pero la verdad está en lo que contó en su posteo inicial de Instagram. Alquiló con su grupo una carpa en un parador que tiene un doble negocio: las carpas en sí y el servicio de comidas y bebidas. Para no pagar, se llevaron sus propias bebidas y luego le pidieron varias veces hielo al mozo (al “chico”, dice Repetto) porque “nuestras bebidas estaban calientes”. Nunca pidieron bebidas en el parador. Sólo “algunas cosas para picar”. Y luego mostró su indignación porque le cobraron mil pesos por llevarle y servirle hielo 8 veces durante todo un día.

Típico de malcriados. De gente que cree tener derecho a que los demás los sirvan gratis. Si nos atenemos a su lógica, Repetto debe creer alguien –el Espíritu Santo, el Estado, o algún empresario codicioso- está obligado a montar a lo largo de toda la costa atlántica un servicio de provisión gratis de hielo. Debe pensar que el hielo se hace solo, que los mozos no cobran un sueldo o que los empresarios deben renunciar a todo. O, mejor, que no tienen necesidades porque son ángeles nacidos para servirla a ella. ¿Qué hará gratis la Repetto? ¿Será que ella no cobra por sus trabajos?

¿Por qué se parece tanto a los piqueteros? Porque este jueves los piqueteros K –que también salieron de su letargo de cuatro años, como la CGT- van a salir a apretar, a intimidar a supermercadistas y fabricantes de alimentos. Van a ir con sus huestes mantenidas con los impuestos que esos mismos supermercadistas y fabricantes pagan, a “pedirles” comida. El más famoso de los piqueteros que encabezarán el apriete será el piquetero papal Juan Grabois. Van a exigir que quienes producen tomates, los enlatan, los trasladan y los ponen en una góndola, se los den a ellos. A cambio de nada.

Y a todos nos parece normal. ¿Con qué derecho va Grabois a apretar a quienes producen tomates y ya le dan a Grabois la plata con la que Grabois mantiene a su tropa de apretadores a exigir que, además, entreguen gratis sus tomates? ¿Nos parecería normal que Grabois vaya a hacer lo mismo a un almacén de barrio atendido por una familia o a una fábrica de pastas de barrio de 5 empleados que no podrían cobrar sus sueldos si a los ravioles hay que repartirlos gratis? Si fuera el caso, ¿con qué dinero la fábrica de pastas podría volver a comprar la harina, los insumos, la electricidad y el gas que usa en su proceso?

De tanto disfrazarse de Jesús los Grabois de este mundo terminan creyéndose que las cosas se hacen solas, que no tienen costo, que se hacen sin esfuerzo. Como Repetto con el hielo. Deben pensar que es el Espíritu Santo. Hace tanto tiempo que Grabois y los suyos no trabajan que creen que los tomates crecen, se enlatan y se suben a la góndola solos. Como Repetto con el mozo al que trata de “chico”. Claro, porque si es un “chico” está más cerca de ser un ángel etéreo que flota con sus alitas, en lugar de una persona con cuerpo y necesidades.

Si los capos piqueteros quieren dejar de ser profesionales en sufrir con la pobreza ajena y en simular que hacen algo apropiándose de tomates ajenos podrían probar de transformarse en personas reales, con dejar de hacerse los ángeles, sacarse las alas de utilería, y poner el cuerpo para cultivar tomates. Eso podría hacer Grabois: cultivar tomates, cosecharlos, enlatarlos y luego, si encuentra la forma de seguir haciéndolo sin cobrarlos, regalarlos. Es la única forma en que haya más tomates, que seamos menos pobres en términos de tomates o de cualquier otra cosa.

Porque es hermoso ser un buen sanmaritano. Peor hay que animarse. Los profesionales del piquete podrían bajar de una buena vez a la tierra, en lugar de creer, como Repetto, que viven en un paraíso donde pueden amenazar a los angelitos para que vivan al servicio de ellos.

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