La quinta pata del gato
22/04/2024 | 11:09
Redacción Cadena 3
Adrián Simioni
Audios
La Universidad corporativa se defiende… en día y horario de trabajo
La educación pública es de esas banderas que son casi absolutamente de todos. Hasta los privatistas más acérrimos están de acuerdo en que la educación es o debería ser la base de igualdad mínima de la que todos deberíamos partir para garantizar un mínimo de equidad en el punto de partida de la competencia, de la meritocracia, del esfuerzo como vehículos de la movilidad social.
Pero la marcha en defensa de la Universidad de mañana no parece estar pensada para que vayamos todos. Por empezar, es un día hábil. Y encima a las 11 de la mañana. ¿Quién puede ir? Los que no tienen nada que hacer a esa hora o los que pueden dejar su trabajo para ir a protestar sin ninguna consecuencia. O sea, básicamente podrá ir a la marcha la militancia tradicional de lo que acá llamamos el Partido del Estado: burócratas estatales, empleados públicos, militantes a sueldo, las cúpulas sindicales y otros sectores que viven de algún modo del Estado. Los demás van a estar trabajando para generar la riqueza que mantiene a la Universidad y a los que mañana van a estar marchando. Es decir, la marcha excluye al Partido de la Sociedad, al partido de los que trabajan de verdad. La podrían haber convocado para un sábado. Pero no.
No es inocente la exclusión. Porque no hay una sola forma de defender la Universidad. Una forma es conservadora, corporativa e ineficiente. Consiste en exigir que a la Universidad se le siga dando la misma cantidad de dinero de siempre para que quienes manejan la universidad la sigan gastando como siempre y sin rendir cuentas. Es una cantidad de dinero que no podemos dar más sin generar este estado inflacionario que hemos generado.
La otra forma de defender la universidad pública sería reclamar que quienes manejan la universidad lo hagan con mayor austeridad y, sobre todo, racionalidad y eficiencia. Para que podamos bancar la universidad pública sin tener que emitir dinero y generar inflación. Hay mucho para hacer. Miren sólo la UNC en Córdoba. Según su anuario 2022, tiene 12 estudiantes por empleado (docente y no docente). Pero tiene apenas un egresado cada 2,5 empleados. Entran muchos, salen pocos. Tiene una carrera con apenas dos estudiantes en total. Tiene 10 carreras en las que hubo un solo egresado en todo el año. Tiene 20 carreras en las que no hubo un solo ingresante en 2022. ¿Qué esperan para cerrar todas esas carreras y ahorrar un fangote de dinero? Y eso es con la UNC, ni imaginar lo que pasa en otras universidades muchísimo más opacas, de las que no se sabe nada.
Claro, esta forma de defender la universidad pública, de exigirle eficiencia y ahorro, no es la que le gusta a los empleados/dueños de la universidad pública, acostumbrados a que la sociedad les firme cada año un cheque en blanco sin chistar. Si lo hicieran así, imagínense si mañana irían a defender la universidad pública los docentes de todas esas carreras sin alumnos.
Por eso, tal vez, la marcha se convoca un día hábil a las 11. Para que todos los que estén allí puedan darse manija entre sí, muy solidarios, muy generosos, pero entre ellos. Para poder pedir más, sin tener que responderle a nadie en qué piensan gastar eso que piden. Los demás van a estar trabajando de verdad, la idea es que lo sigan haciendo, paguen impuestos, sigan pagando el impuesto inflacionario y no pregunten nada. Como ha sido siempre.
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