La quinta pata del gato
28/02/2024 | 11:16
Redacción Cadena 3
Adrián Simioni
Audios
Milei desarma un ejército político privado financiado por el Estado
El presidente embistió contra una de las mayores extravagancias argentinas: el Plan Potenciar Trabajo, un programa social que sirvió para construir un gigantesco ejército político privado, financiado con fondos públicos.
¿Por qué decimos que era privado? Porque esos subsidios eran administrados, en su enorme mayoría, por un emporio de cooperativas, fundaciones y ongs vinculados a organizaciones piqueteras kirchneristas y trotskistas.
Los jefes piqueteros se sentaban de los dos lados del mostrador, como funcionarios y como demandantes, y repartían entre sus orgas fondos multimillonarios del Estado sin licitación. Nunca se supo cuáles eran los criterios que usaban.
Tan privado era que el Estado nunca tuvo las listas. Y si las tuvo no las pudo usar, por ejemplo, para controlar que entre los subsidiados, supuestamente marginados en la pobreza y el desempleo, no hubiese empleados públicos, atesoradores de dólares, viajeros con millas frecuentes al exterior o simplemente punteros que se quedaban con parte de los subsidios que repartían.
El objetivo no es sólo ahorrar parte del billón largo de pesos que costó el año pasado a pesos de diciembre. Una cantidad comparable al presupuesto anual de una provincia grande. A lo que hay que agregar los subsidios que por otro lado reciben miles de cooperativas y entidades, algunos meros sellos de goma, para comprar insumos, herramientas, vehículos y viáticos con los que supuestamente funcionaba esta llamada “economía popular”. Que no era muy exitosa: menos del 2% de los beneficiaros consiguieron un trabajo más o menos clásicos. La mayoría se eternizó en el plan, lo cual era lógico en un programa pensado para subsidiar el desempleo y no el empleo. A su modo el Potenciar Trabajo fue exitoso. Sus beneficiaros fueron siempre cada vez más y se quedaron en el subsidios durante años y años porque el plan ni siquiera planteaba un plazo.
Más allá del ahorro fiscal, el objetivo de Milei es claramente desarmar el poder de piqueteros K y troskos. Por eso, en primer lugar, dividirá el paquete en dos y lo desconectará de las cúpulas del Polo Obrero, el Movimiento Evita o el grupo de Grabois. El Potenciar se partirá en dos. A uno irán quienes aún tengan chances de conseguir un empleo. Y por eso seguirán cobrando un subsidio que se achicará con la inflación pero sólo a cambio de hacer cursos de capacitación. Ya no tendrán que ir a trabajar o hacer presencia en alguna entidad piquetera para recibir instrucción militante.
Otro grupo, menor, cuya reinserción laboral se considere menos probable, seguirá recibiendo la ayuda como un “acompañamiento”. Pero a esa ayuda la distribuirá el Estado, como hace con la AUH o la tarjeta Alimentar. No estará a cargo de ningún ejército militante privado sin votos financiado con plata de todos los argentinos.
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