Por qué Messi no tiene que estar en ningún billete

Hablemos de la superficialidad de muchos de nuestros políticos, o de la nuestra, que también, a veces, somos una manga de frívolos. Ayer, la exministra de Economía, actual presidenta del Banco Nación, Silvina Batakis, dijo que está en análisis emitir billetes de 5000 y 10000. El tema derivó ahí nomás en quién debería estar en el papelito. Y Batakis se jugó con entusiasmo por Messi.

¿Debería estar Messi? Qué cosa que tenemos los argentinos con los ídolos. Exitismo, inmediatez; vivimos una vida fugaz, como los precios, como nuestros ingresos que no llegan a fin de mes.

¿Qué pasa si ponemos a Messi, que tiene apenas 35 años de edad? ¿Estamos seguro de que en las 5 décadas como mínimo que le quedan de vida Messi no va a cometer algún error? ¿Qué pasaría si alguien lo acusa de algo, incluso falsamente?

Casi nadie hace eso. Italia anunció que acuñará monedas con la imagen de Rafaella Carrá, casi una heroína nacional. Pero lo hizo después de que la cantante falleciera, en 2021.

Nosotros no podemos estar seguros ni siquiera de la honra de los que ya están muertos. El caso de Néstor Kirchner es claro. Apenas murió le pusieron su nombre a centenares de avenidas, plazas, aeropuertos y le construyeron monumentos y estatuas. ¿Qué va a pasar si queda firme por ejemplo el fallo en la causa Vialidad, como las demás causas, incluyendo los enriquecimientos multimillonarios en dólares de sus exsecretarios privados? Es casi obvio que el organizador de esa matriz corrupta para desviar dinero público a bolsillos privados y a campañas electorales fue él. ¿Le vamos a quitar su nombre al Centro Cultural Néstor Carlos Kirchner?

Menos en este país, donde constantemente se reescribe la historia. Da vueltas por ahí una campaña en Change.org para quitar del Ministerio de Desarrollo Social la imagen de Eva Duarte. ¿A quién proponen de reemplazo? Adivinaste: a Messi.

Dejémoslo en paz a Messi. Esperemos a que madure. Tiene 35 años. Primero tiene que resistir la prueba del tiempo. Además, si realmente lo consideramos un ídolo, ¿por qué mejor no resolvemos primero el problema de la inflación, antes de cometer el papelón de chantarlo en un billete mojado cuyo valor va a desaparecer a los meses de su emisión, como ha pasado en los últimos 70 años?