¿Por qué no duran los presidentes en Perú?

La quinta pata del gato

¿Por qué no duran los presidentes en Perú?

08/12/2022 | 12:45 |  

Adrián Simioni

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Ayer se vivió un día insólito en Perú. El presidente Pedro Castillo estaba a punto de ser destituido por el Congreso. Entonces emitió un decreto cerrando el Congreso. Pero ni sus propios ministros lo acompañaron en ese autogolpe. 

Militares y policías le dieron una señal al Congreso de que obedecerían a los legisladores y no a Castillo. Entonces el Congreso aceleró la destitución -pero no por los motivos originales sino por violar la Constitución-. 

A las horas, Castillo no era más presidente. La nueva presidenta es la vice que acompañó en la fórmula a Castillo, Dina Boluarte.

Esto, que en la mayoría de los países es insólito, no lo es en Perú. Desde 2006 ha habido 8 presidentes, todos enjuiciados por corrupción. Uno se suicidó. Ninguno de los últimos 5 terminó su mandato (hubo uno por año). Uno renunció, los otros 4 fueron destituidos por el Congreso. 

En ese marco hay una enorme inestabilidad. Castillo por ejemplo cambió 80 ministros en un año y medio de gobierno. Más de un ministro por semana.

¿Por qué esto es así? Los politólogos dicen que en Perú se desvanecieron los partidos políticos, hundidos en el descrédito, y gana la anti política. Por eso, hay una enorme fragmentación de los partidos.

Así que el arma política principal que hay en Perú para ese cardumen de partidos políticos chiquitos y débiles, que sólo podrían llegar al poder por carambola, se asocien todo el tiempo para hacer caer al que de casualidad le tocó la Presidencia.

En paralelo, la economía, al revés de la política, muestra una total estabilidad. Casi no hay inflación desde que en 2006 los peruanos pusieron en el Banco Central a Julio Velarde, un ortodoxo total. 

Por eso, como pasó en las últimas crisis políticas, ayer los mercados ni se mosquearon. El dólar subió apenas 1%, las acciones terminaron arriba y el riesgo país está en 165 puntos, contra 2.300 de la Argentina, por ejemplo. 

Es que con Belarde el Banco Central no imprime billetes para financiar al gobierno. Entonces no hay inflación. Si quiere gastar de más, al gobierno sólo le queda pedir prestado. Y el endeudamiento está limitado legalmente.

Así que los gobiernos tienen las manos atadas para gastar. Castillo, sin ir más lejos, ganó la Presidencia con la promesa de subir el gasto y dar planes sociales. Pero al final lo que tuvo que hacer fue reducir el gasto en 5%. Claro: así, los presidentes, no pueden "comprar" con promesas y gasto público a los partidos opositores en el Congreso ni pueden hacer demagogia para comprar respaldo popular.

Tal vez, Perú esté en las antípodas argentinas. Es sólo una hipótesis. Acá los gobiernos tienen más estabilidad política, porque la compran con gasto público y emisión, lo que lamentablemente genera inflación e inestabilidad económica.

En Perú, hay estabilidad económica, pero eso ata las manos a una clase política que no puede imprimir dinero para comprar a opositores y a franjas enteras de votantes, y sin eso es incapaz de asegurar un mínimo de estabilidad política.