Retenciones: siga siga, no importa lo que digan los jueces

Ya van dos juzgados federales que declaran inconstitucionales las retenciones a las exportaciones de granos. El argumento es claro: no hay norma legal en la cual basar ese impuesto. El primer juzgado federal en hacerlo es de Córdoba, hace unos meses. El martes lo hizo otro juez de Junín, provincia de Buenos Aires.

Las retenciones, un impuesto pésimo por muchas razones, eran al menos formalmente legítimas hasta el año pasado. Porque el Congreso había autorizado al Ejecutivo a cobrarlas. Pero para este año el Congreso no logró aprobar el presupuesto 2022. Fue, si se acuerdan, porque en esa sesión, a fin del año pasado, Máximo Kirchner se dedicó a chicanear y a mojarle la oreja a la oposición, por lo cual la oposición se levantó y lo dejó sin votos. Fue un fracaso, que obligó al gobierno a “repetir” el presupuesto 2021.

Qué dicen los jueces: que el gobierno puede repetir el presupuesto 2021, pero no un artículo que justamente le daba permiso sólo por un año para cobrar retenciones. Ese año terminó. No hay más facultad.

Sin embargo, las retenciones se siguen cobrando, en un esquema brutal: además de las retenciones, a los exportadores les liquidan los dólares que traen a un precio ridículamente bajo. Conclusión: en soja, por ejemplo, los productores reciben apenas 90 pesos por cada dólar que traen.

Claro, no hay sentencia firme, todavía. Por eso los fallos no son operativos. Pero no es la única razón. Otra razón es que los productores están solos. A las empresas exportadoras no les importa. Para ellas da lo mismo si venden la soja a 100 pesos o a 200 pesos, total ellas siempre se quedan con 15 pesos. Su negocio está asegurado. De hecho, están en pleno romance con el gobierno, al que le prometieron liquidarle más dólares desde esta semana dado que ahora el Banco Central les va a pagar extra sólo por depositar los dólares, aunque nadie los toque, sólo para que figuren como reservas.

Así que el dinero que podría quedar en los pueblos y reinvertirse se lo sigue quedando el Estado para quemarlo en gastos improductivos sobre todo en el Gran Buenos Aires. Lo más golpeado es el interior profundo, porque la soja tiene el mismo precio deprimido para todos los productores, pero a los primeros que deja fuera de carrera es a los productores santiagueños, chaqueños, puntanos, del oeste cordobés, que deben gastar mucho más en transportar los granos hacia los pueblos y cuyas tierras rinden menos que las de Pergamino. Mientras, las alquimias no funcionan. La soja cotizó ayer 2% menos –en pesos, no en dólares- que hace una semana en Rosario.

Los gobernadores de todas esas provincias, excepto Schiaretti en Córdoba, también se callan la boquita. Todos muditos, harán cualquier cosa mientras la Nación les mande los pesos para pagar los sueldos. La Justicia da órdenes. Por ahora, en el vacío.