Schiaretti arregló con los estatales, pero ¿se podrá pagar?

El gobierno de Juan Schiaretti prácticamente terminó de acordar los aumentos salariales de los empleados públicos provinciales. Ahora la pregunta es si el resto de los cordobeses, los que pagan impuestos, van a poder pagar esos sueldos.

Schiaretti trató de resistir la presión de la UEPC, el SEP, el sindicalismo atomizado en la Salud y demás gremios estatales. Lo ayudaron incluso los opositores: Luis Juez y Rodrigo De Loredo no hicieron demagogia irresponsable sumándose al coro de los aumentadores seriales de sueldos estatales.

Pero resistir la presión sindical nunca es fácil y menos en un año electoral. Y menos cuando no hay certeza de ganar la elección. Y menos cuando el propio Schiaretti es candidato. Así que los acuerdos terminaron saliendo, un mes antes de las elecciones.

Básicamente, como dicen los propios sindicatos, implican un aumento de bolsillo de 60% entre febrero y julio -mayor aún en los sueldos más bajos-. Eso implica un aumento superior a la inflación que se ha dado en estos meses. Por ejemplo, para el SEP significa un aumento de 30% sólo entre enero y abril, por encima de la inflación. Pero, por las dudas de que haya una disparada mayor de los precios hay cláusulas gatillo por todas partes. Por ejemplo, el acuerdo del SEP tiene una en mayo y otra en julio.

O sea que, en general, los estatales cordobeses, al menos en la primera mitad del año, le ganarán o le empatarán a la inflación. Está buenísimo. Ojalá en el sector privado que paga los impuestos para solventar los sueldos públicos, sobre todo el 40% de laburantes en negro, pasara lo mismo.

La pregunta es si la economía provincial va a poder pagar esos aumentos. Los ingresos provinciales vienen de perder contra la inflación el año pasado. Por ejemplo, la coparticipación -el mayor ingreso de la Provincia, subió 83 % el año pasado, contra una inflación de 95%. Y este año la cosa viene tal vez peor: entre enero y abril la coparticipación creció 102% contra una inflación interanual de 104% en marzo. Todo esto agravado porque la Nación retacea fondos para la Caja de Jubilaciones.

Pero fundamentalmente agravado porque las señales de estancamiento y recesión económica ya están por todas partes. Estamos en el momento en que la inflación deja de ser nafta para la actividad económica y se transforma en arena dentro del cárter del motor. Sequía, licuación del poder de compra, empresas sin insumos, tasas de interés por las nubes que imposibilitan el consumo... todo conspira contra una economía vital capaz de pagar los salarios que acaba de acordar Schiaretti.

Es una mochila que quedará para el gobierno que venga, sea del color que sea. El próximo va a tener que negar aumentos, recortar obra pública. O sea, sentarse sobre la caja. Lo que más odia hacer cualquier político.