La quinta pata del gato
19/06/2024 | 11:21
Redacción Cadena 3
Adrián Simioni
Audios
Subte porteño: el país inviable
Esta tarde los porteños se van a quedar sin subte por cuatro horas. Justo en el horario pico. Cuando más daño hace. ¿El motivo? Es alucinante. Escuchá esta historia.
En 2021 el Subte quiso hacer unas refacciones. Y contrató a una empresa privada porque era más rápido y ágil que hacerlo con sus empleados pagando horas extras y negociando con la burocracia sindical. No es que por eso hubo despidos ni nada. Igual, el sindicato de los metrodelegados se opuso y exigió que lo hicieran la gente de planta permanente. Al final, como siempre, ganó el gremio. El subte no pudo contratar a la empresa privada y debió hacer todo con sus propios empleados.
Pero, entre tanto, hubo un conflicto. Y ahí, uno de los más de 100 sindicalistas del gremio, Claudio Dellacarbonara, liberó por su cuenta los molinetes de dos estaciones, arengó a cientos de pasajeros para que pasaran sin pagar y desobedeció órdenes de jerárquicos de dejar de hacer ese daño a la empresa.
Dellacarbonara también es político. Fue diputado bonaerense por el FIT, uno de los partidos de izquierda que controlan el sindicato y que lo usan como base de acción partidaria. Muchos conflictos del subte tuvieron razones partidarias. Por ejemplo, fue uno de los que en una ocasión metió un amparo para impedir una suba de tarifas. Pese a que se supone que de ahí deberían cobrar su sueldo.
Como Dellacarbonara era sindicalista, la empresa no lo pudo sancionar. Recién ahora, después de tres años y largos trámites para obtener el aval de la Justicia laboral, pudo aplicarle una sanción: 15 días de suspensión. Nada. Ni siquiera estamos hablando de un despido.
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Entonces hoy los metrodelegados van a dejar sin transporte a 850 mil personas sólo por 15 días de suspensión a un empleado. Ningún sentido de la proporción. Inadmisible. El jefe de Gobierno de Buenos Aires, Jorge Macri, prometió denunciar penalmente a los que paran. Veremos.
Lo interesante son las lecciones que deja esto. En Argentina las empresas estatales o las concesionarias privadas de servicios estatales, en realidad no conducen esos servicios. No pueden contratar a otras empresas. No pueden despedir a empleados a empleados que no necesitan. Ni siquiera a los que les causan un daño. Es más, no lo pueden despedir ni siquiera con el respaldo de un fallo judicial. Las corporaciones sindicales están por arriba de la Justicia. Sus sindicalistas, además, no sólo están motivados gremialmente sino que ponen las empresas al servicio de un partido.
Así inviable hacer nada, lograr que el Estado brinde servicios razonables a precios lógicos. El subte es un buen ejemplo: tiene más de 4.000 empleados. Si se toman todos los kilómetros de vías del subte y el premetro de Buenos Aires podría ponerse un empleado cada 17 metros.
Lo mejor sería, tal vez, admitir la realidad: entregarles el subte a los metrodelegados con moño y todo, pero sin subsidios. Y vamos a ver si están en contra de ahorrar costos, si pueden mantener 4.000 empleados y más de 100 delegados, si van a rechazar aumentos de tarifas y si van a liberar molinetes para que los pasajeros viajen gratis. Mientras tanto, el país extravagante será también inviable.
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