Un gobierno carapintada

El kirchnerismo se terminó de pintar la cara. Hay demasiadas señales. Juntas, parecen un golpe contra el Poder Judicial.

El kirchnerismo más radicalizado le exige a Alberto Fernández que viole la Constitución e indulte a Milagro Sala por una condena que decidió la Justicia de una provincia.

Dieciséis gobernadores peronistas y dependientes hacen de plafón para que el Presidente viole la Constitución, desobedezca el fallo de la Corte sobre la coparticipación y le siga quitando recursos a la Ciudad de Buenos Aires (cuyo monto puede discutirse) para regalárselos a Axel Kicillof con una arbitraridad de la que no duda nadie.

El Senado ya ignoró el fallo de la Corte que ordenaba incorporar al senador Luis Juez en el Consejo de la Magistratura.

El Poder Ejecutivo, a través del ministro del Interior, Wado de Pedro, dice que los opositores que hoy recurren a la Justicia están haciendo lo mismo que hacían sectores de todos los colores cuando golpeaban las puertas de los cuarteles militares, hace décadas. Es una paradoja cruel. Lo dice nadada menos que un hijo de desaparecidos a los que la dictadura asesinó tras negarles el derecho a la Justicia. Ya hubieran querido los padres de De Pedro haber podido presentarse ante un juez. En las palabras de De Pedro asoma el viejo montonerismo que atentó contra un gobierno democrático peronista y, después del golpe, se amparó en las garantías constitucionales y los derechos humanos en los que, como se ve, no cree. En el fondo, han heredado el golpismo.

Estos levantamientos contra un poder legítimo como el judicial son también un ensayo para el futuro: cuando las condenas contra Cristina Fernández comiencen a quedar firmes. Son prácticas de maniobra.

Y a la vez son una continuidad de la guerra contra la Justicia que declaró Cristina Fernández en su segundo mandato. Estaría bueno que Alberto, el presidente, releyera el tuit que él mismo escribió en 2013 contra la "Democratización de la Justicia" de Cristina.

Si CFK no entiende por qué la Corte es un "contrapoder", deberíamos averiguar quién la aprobó en Derecho Constitucional. ¡Basta de sofismas!. Lo dijo él. No yo.