Las Claves de Zucho
14/10/2024 | 12:43
Redacción Cadena 3
Claudio Zuchovicki
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Los conflictos globales y una oportunidad para la economía argentina
En estos tiempos de incertidumbre global, es muy importante analizar cómo el contexto internacional impacta en la economía argentina. Las tensiones geopolíticas, como el conflicto entre China y Taiwán y la inestabilidad en Medio Oriente, pueden generar un efecto dominó que puede beneficiar a nuestro país.
Todo conflicto bélico es, sin duda, un dolor de cabeza para el mundo, pero también puede potenciar el valor de nuestras materias primas. Cuando las monedas se deprecian, los inversores prefieren refugiarse en bienes tangibles, y Argentina es un productor destacado de estos recursos.
La debilidad del dólar, que se traduce en un aumento del valor de las materias primas, es un fenómeno que se observa con frecuencia. Cuando se escucha que "sube la soja", "sube el trigo" o "sube el maíz", en realidad se está hablando de una devaluación del dólar.
Es como si en Argentina dijéramos que "sube la leche" o "sube la carne", mientras que el peso pierde valor. Este es el verdadero rostro de la inflación. En este contexto, el incremento en el precio de las materias primas no es más que una respuesta a la debilidad de la moneda estadounidense.
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Además, el conflicto global también afecta el costo de importación. Con las barreras arancelarias que se imponen en Europa y el aumento de los fletes, muchas industrias locales enfrentan un dilema. Mientras que algunos sectores pueden beneficiarse de productos más baratos, otros verán cómo la competencia extranjera se intensifica. Es un juego de ganadores y perdedores, donde las industrias locales deben adaptarse a un entorno cambiante.
En cuanto al petróleo, este año Argentina es un exportador. La producción interna de gas, que es más económica, nos permite aprovechar el mercado internacional, garantizando así un superávit comercial.
La disminución de las tasas de interés también juega un papel importante en este escenario. Con rendimientos de bonos del tesoro americano que bajan, los inversores buscan nuevas alternativas. Este fenómeno no solo se observa en Argentina, sino en toda América Latina.
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Entonces, ¿Debemos quedarnos de brazos cruzados esperando que el escenario global nos beneficie? No. Desde el Estado nacional y en lo que respecta a las decisiones económicas, se puede fomentar un entorno propicio para que el sector privado actúe. Sin embargo, esta es una cuestión ideológica. Mi postura es clara: el Estado debe permitir que el sector privado opere sin interferencias. La intervención estatal, más que ayudar, puede convertirse en un obstáculo para la producción.
La burocracia y la cantidad de trámites que deben realizarse son factores que afectan la competitividad de Argentina. Si el mundo está ofreciendo oportunidades, lo mejor que puede hacer el Estado es no poner obstáculos. En este sentido, es fundamental que el Gobierno se enfoque en aspectos sociales y de distribución, asegurando que ningún argentino quede por debajo del umbral de la indigencia. Es vital contar con un sistema educativo accesible y de calidad, pero al mismo tiempo, se debe permitir que el sector privado trabaje con libertad.
El contexto internacional puede jugar a favor de Argentina, pero depende de cada uno aprovechar esas oportunidades. La clave radica en permitir que el sector privado opere sin las ataduras de una intervención estatal excesiva para construir un futuro más próspero para todos.
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