Parece que la economía en Argentina se ha calmado

Parece que la economía global y la Argentina en particular se han calmado. No estamos tan ansiosos, se estabilizó el tipo de cambio, y la inflación se va a conocer esta semana. 

Algunas variables se han comenzado a estabilizar. A nivel global, hoy los mercados ya recuperaron todo lo perdido desde ese lunes negro, pero no tiraría manteca al techo. Ha comenzado otro debate a nivel global: la elección en noviembre en Estados Unidos entre Kamala Harris y Donald Trump. Las encuestas parecen indicar que los demócratas están ganando, pero aún falta mucho. Los mercados empiezan a evaluar qué tipo de economía tiene cada candidato y quién podría beneficiar más a los emergentes.

Trump, con una economía más proteccionista y defensiva a nivel global, puede generar menos conflictividad, mientras que Kamala Harris podría aumentar impuestos internos, lo que afectaría la productividad de las empresas tecnológicas. Aunque este tema nos queda grande, es importante señalar que esto marcará la agenda de los mercados globales. Además, no podemos olvidar que estamos en frentes bélicos, lo que puede cambiar el tablero de los mercados, especialmente de las materias primas.

El punto que siempre menciono es que el mejor corrector de los precios altos es un precio alto, y lo que más corrige un precio bajo es un precio bajo. Tomemos el ejemplo de la carne: cuando hay escasez, empieza a subir el precio. Entonces, todos los que se dedican al ganado comienzan a engordar ganado, utilizando el maíz para ello. Cuando todos hacen lo mismo, aparece un exceso de oferta y, en consecuencia, el precio comienza a bajar. El ganadero se encuentra en una situación complicada, ya que justo le baja el precio cuando tiene el stock listo. Este ciclo se repite, donde la producción se ajusta a los precios del mercado.

En términos financieros, me doy el lujo de hablar de estos temas porque se alejó la expectativa de una fuerte devaluación. Al perder esa expectativa, cae la posibilidad de un nuevo golpe inflacionario. En concreto, se habla de 10.000 millones de dólares que no entrarían a la Argentina debido al precio de la soja. ¿Cómo enfrenta el país eso, más allá de la tranquilidad en los ítems mencionados? Primero, esto afecta la cosecha y decidirá la siembra actual. Esto ya está impactando a los que retuvieron, quienes esperaban una devaluación y ahora enfrentan una caída de precios. El productor es el que finalmente pierde, ya que la rentabilidad se ve afectada.

Sin embargo, hay una contracara: el dólar también se calmó a pesar de la caída en el precio de la soja. Argentina, a partir del próximo mes, comenzará a exportar energía por primera vez desde 2010. Este año, se espera un superávit energético de aproximadamente 3.000 millones de dólares, cuando antes importábamos 7.000 millones. Esto cambia la ecuación. Antes faltaban dólares porque se utilizaban para importar y subsidiar energía. Ahora, no solo exportamos, sino que el subsidio es menor, aunque todos pagamos tarifas más altas por los componentes energéticos.

Además, hay anuncios en minería. Mendoza se suma al panel minero para producir minería sustentable, y hay 10.000 millones de dólares anunciados en Catamarca y La Rioja para extraer cobre. En este contexto, puedo optar por ver el vaso medio vacío, como muchos hacen, o intentar ver el vaso medio lleno en cuanto a lo que puede venir.