Literatura y recuerdos
14/10/2024 | 12:41
Redacción Cadena 3
Este lunes a las 17, la Feria del Libro Córdoba se convierte en el escenario ideal para revivir recuerdos de las décadas del ‘70 y ‘80 en la ciudad mediterránea. En el marco de las actividades por los 120 años de La Voz del Interior, Archi Londero presenta su cuarto libro, titulado "Nostalgias Cordobesas".
El evento se llevará a cabo en la carpa Daniel Salzano de la Súper Manzana de la Intendencia. La presentación reunirá a periodistas y escritores que se embarcan en la misión de rescatar tesoros del pasado. Londero, autor de la obra, comparte una selección de columnas publicadas durante años en La Voz del Interior.
Entre los participantes se encuentran Florencia Ripoll y Guillermo Hemmerling, este último de Cadena 3, junto al escritor Jorge Kasparian, quien dirige el diálogo con Londero sobre las memorias de Córdoba.
Archi Londero, nacido en Córdoba en 1965, es reconocido por su saga "Las Historias de Don Boyero", publicadas durante más de 10 años en La Voz del Interior. Su nuevo libro, "Nostalgias Cordobesas", editado por Recovecos, representa su cuarto trabajo literario y compila columnas que celebran la historia del diario en su aniversario.
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"Nostalgias Cordobesas" se presenta como un mosaico de recuerdos que evocan una Córdoba que aspiraba a ser una de las capitales más importantes del mundo. La ciudad, que recibió a la Fórmula Uno, fue subsede de un Mundial de Fútbol y tuvo la visita de un Papa, se muestra en una luz nostálgica.
Los relatos del libro evocan momentos significativos, desde la llegada de equipos que llegaron a finales de campeonatos hasta la vida cotidiana de los cordobeses que soñaban con dominar el planeta. Estos textos capturan la esencia de una comunidad que ha sobrevivido a la crisis, aferrándose a ilusiones que aún perduran.
Con "Nostalgias Cordobesas", Archi Londero invita a los asistentes a un viaje emocional a través de la historia y los recuerdos de una ciudad que, a pesar de los cambios, sigue latiendo en el corazón de sus habitantes.
Cuando era niño, antes de que Galileo irrumpiera en nuestros manuales de estudio, la ciudad de Córdoba estaba en el centro del universo, ninguno de mis amiguitos lo discutía.
En esa ciudad mediterránea y tan bien llamada La Docta, en esa urbe que poseía los toques de fealdad justos como para ser la más linda, todos los personajes famosos del mundo eran cordobeses.
Nativos o por adopción, podían marcharse de gira, pero siempre volvían, al menos una vez al año, por lo general para festejar el Día de la Madre.
En esa Córdoba egocéntrica, Tita Merello vivía en el hotel Waldorf porque todas las noches cantaba hasta tarde en El Chantecler, donde Don Abraham y sus amigos la llenaron de aplausos cuando interpretaba Se dice de mí.
En esa Córdoba vertiginosa, Carlos Reutemann hacía picaditas con Niki Lauda en la ruta 20, desde el Banco del Interior y la Provincia de Buenos Aires hasta la entrada de IME.
En esa Córdoba infantil y divertida, el Capitán Piluso jugaba campeonatos de yo-yo con Carlitos Balá, mientras cantaban temas de Gaby, Fofo y Miliki, como La Gallina Turuleca o Mi barba tiene tres pelos.
Por entonces, los chicos íbamos de paseo en un auto feo junto a Pipo Pescador, que procuraba obtener mojarritas en La Cañada con una botella de sidra agujereada rellena de trocitos de pan.
En esa Córdoba fantasiosa, cualquier chico de mi edad podía tener un elefante en el patio, igualito al Dailan Kifki de María Elena Walsh, que podía convivir en la misma cucha con un E.T. o jugar a las escondidas con los Gremlins.
En esa Córdoba espectacular, los Titanes en el Ring peleaban jueves de por medio en el Sporting Club, donde Abbott y Costello divertían al público entre pelea y pelea para que el hombre de la barra de hielo pudiera pasar sin que los desubicados le invadan el pasillo principal.
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