Decímelo cantando

Abonada permanente de las listas de Forbes que le ponen cifras a los más ricos del continente, Shakira ha construido una carrera fulgurante en la que destacan, en idéntico rango de importancia, el talento para interpretar hits y la habilidad para convertir estados de ánimo en canciones.

Sus seguidores están en condiciones de armar su biografía en base a los trabajos discográficos. La colombiana estuvo unida en el pasado al argentino Antonio de la Rúa.

Pero el amor se terminó más o menos contemporáneamente con el inicio del Mundial de Sudáfrica 2010, cuando conoció a Gerard Piqué durante la grabación del video clip del archiconocido Waka Waka, el tema oficial del certamen.

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Para decirle adiós al hijo del ex presidente Fernando de la Rúa escribió “Lo que más” y hasta hizo el esfuerzo de asegurar que la ruptura le estaba rompiendo el corazón.

"Sabe Dios cómo me cuesta dejarte, te miro mientras duermes, más no voy a despertarte. Es que hoy se me agotó la esperanza, porque con lo que nos queda de nosotros ya no alcanza".

Pero todo es historia. Este año se produjo la separación de la pareja que había formado con el jugador del Barcelona. La tristeza que los medios le atribuyeron a Shakira no llegó sola. Estuvo acompañada desde el primer minuto por “Te felicito” que, sobre todo en los primeros días de la disolución del vínculo amoroso, se escuchaba acá y en Europa mañana, tarde y noche, sin pausa.

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Para ir al grano sin demora, la canción arranca con una declaración: “por completarte me rompí en pedazos, me lo advirtieron pero no hice caso. Me di cuenta que lo tuyo es falso, fue la gota que rebasó el vaso”.

Como ocurre siempre, la rítmica melodía se apropió del aire. La letra fue analizada como si se tratara de uno de los crípticos pasajes de la biblia. La usaron ex amantes inflamados de despecho.

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Esta semana tuvo un giro impensado cuando sonó en el congreso paraguayo en la voz de la senadora Kattya Mabel González Villanueva, representante del partido Encuentro Nacional. También es abogada, autora de un par de libros sobre derecho constitucional, con una maestría en su país y otra en España.

Desde el inicio de su carrera como legisladora Kattya González ha tratado de buscar formas de que su mensaje trascienda la estrechez del recinto. No es la primera vez que apela a la música para argumentar y en función del éxito que la acompañó en esta ocasión, no será la última.

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Con elocuencia y respetando la coreografía original, la senadora cantó a todo pulmón “te felicito, que bien actúas, de eso no me cabe duda. Con tu papel continúa, te queda bien ese show”…. y remató con un creativo “de oficialismo y oposición”.

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Mucho antes, indignada por el alto nivel de ausentismo de sus colegas, Kattya tomó la palabra para entonar, con idéntica pasión, las estrofas de un clásico sesentista de nuestro Rodolfo Zapata, “No vamo´ a trabajar”.

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Y al igual que con “Te felicito” se las compuso para cantar de sentada usando los brazos para seguir el ritmo.

Cada vez más popular pero menos querida entre los parlamentarios, la actual senadora y ex diputada está resuelta a usar todos los recursos que le ayuden a vencer el espeso manto de indiferencia que suele rodear a los recoletos ámbitos legislativos.

El canto es lo que mejor le sale, pero cuando fue necesario usó una zapatilla para golpear acompasadamente la banca. Ese día se quejaba de la labor de sus colegas y en Asunción todos se enteraron de su enojo por la amplia cobertura mediática, pero los otros legisladores abandonaron la sala del congreso y la dejaron hablando sola.