Maravillas de este siglo
28/03/2022 | 10:34 | Por María Rosa Beltramo.
Redacción Cadena 3
María Rosa Beltramo
Figura emblemática de la vanguardia setentista bajo el paraguas del Instituto Di Tella, especie de versión femenina de Dorian Grey devenida jurado maldito de concursos conducidos por Tinelli, la mítica Nacha Guevara se ha convertido por estos días en flamante objeto de polémica al trascender que será indemnizada por su prolongado exilio, con 12 millones de pesos.
Igual que cuando sacaba a relucir su costado impiadoso para crucificar a alguna figura del Bailando, le saltaron a la yugular por aprovecharse de los beneficios que otorgan media docena de leyes reparatorias, concebidas para remediar los daños provocados por el terrorismo de estado.
El problema, según los que reaccionaron de mala manera al enterarse de la noticia, es que Nacha se marchó del país a mediados de 1974, durante el gobierno constitucional de María Estela Martínez de Perón.
Ella misma lo recordó recientemente como invitada del ciclo “Cómo llegamos aquí” de Infobae, donde contó que “con 350 dólares y 3 hijos nos fuimos, ¿a dónde? A Perú. ¿Por qué a Perú? Porque era para lo que alcanzaba el pasaje. Nada más lejano que Perú de la vida que estábamos viviendo, de la vanguardia del Di Tella, de la locura que teníamos".
Mencionó además un episodio singular que confirma la fecha de su partida.
“Fue una experiencia desastrosa, sumada a un terremoto que ocurrió a los dos días de llegar, el día de mi cumpleaños, un terremoto de 8.1, el más largo del siglo. No faltó nada. Estuvimos en una pensión espantosa, llena de cucarachas…” Ocurrió el 3 de octubre de 1974.
Norman Briski, ex pareja de la actriz y cantante dijo “no conozco esto que está reclamando, pero tendrá sus propias razones” después de recordar que Nacha y él partieron en el mismo avión.
“A ella le debe haber fallado la memoria y no recuerda cuándo la amenazaron de muerte. Fue en septiembre de 1974” afirma sin sombra de duda Luis Brandoni, quien, de paso, aclara que no recibió ningún tipo de remuneración “y tampoco le pedí dinero a mi sindicato”.
Briski, Brandoni y Guevara son algunos de los muchos artistas amenazados por la triple A, la organización paramilitar de extrema derecha que sembró el terror en los 70, comenzó a actuar durante el gobierno peronista y extendió su influencia y sus ataques tras la muerte de Perón, en julio de 1974.
Su peligrosidad estaba fuera de discusión, sobre todo porque era un secreto a voces que en sus niveles jerárquicos reinaba José López Rega, instalado a la diestra de la presidenta de la Nación. No obstante faltaba casi un año y medio para que el país ingresara en su noche más oscura con el golpe cívico militar que lideraron Videla, Massera y Agosti.
El tiempo del exilio y no los motivos es el que le discuten algunos de sus compañeros de infortunio pese a que muchos de los indemnizados han sido resarcidos por episodios que tuvieron lugar en la última parte del gobierno constitucional.
La Suprema Corte de Justicia interpretó que el exilio forzoso es una violación de derechos humanos comprendida dentro de la ley 24.043 y que lo fundamental es determinar si existió menoscabo efectivo a la vida y a la libertad de la víctima, forzándola al destierro como única alternativa para su protección.
Además la última vez que el más alto tribunal jurídico debió expedirse fue para rechazar el intento de reducir el monto que venía percibiendo María Cristina Fernández, una mujer que se había exiliado en México entre 1975 (antes del golpe) y 1983.
Alejar a una persona de su lugar de nacimiento siempre ha sido una de las condenas más severas, en cualquier época. No hay forma de devolver el tiempo del exilio pero si algún aditamento le faltaba al tema para agravarlo aún más, aparece ahora esta incipiente disputa por la legitimidad o no de la indemnización.
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