Maravillas de este siglo
24/10/2022 | 10:27 |
Redacción Cadena 3
María Rosa Beltramo
El factor común de las historias de narcos es el poder ilimitado de los líderes, las fortunas que manejan y el ascendiente que ejercen sobre el ejército de colaboradores encargado de hacer funcionar el negocio. La norma es el exceso, la discrecionalidad y la exuberancia.
Tal vez una de las razones del éxito de “Breaking Bad”, la serie que se ubicó en lo más alto del podio de ese subgénero, es que en lugar de esos rostros fieros y despiadados, acostumbrados a borrar a tiros cualquier diferencia, la mayor parte de la acción reposaba sobre los hombros de un hombre gris, algo retraído y educado, honesto a carta cabal, que por una circunstancia extraordinaria abandonaba su lugar en el aula para convertirse en un excepcional “cocinero” de drogas.
La serie tuvo 62 episodios divididos en 5 temporadas, acumuló una cantidad impresionante de premios -incluidos 16 Emmy- lanzó al estrellato a Bryan Cranston, un soberbio actor que hasta entonces no había tenido grandes oportunidades, y permitió alumbrar una spin off, “Better call Saul”, de la misma calidad.
El mundo acaba de enterarse también que la creación de Vince Gilligan inspiró a los jefes del cartel de Sinaloa que, preocupados por la eventual discontinuidad de las importaciones de fentanilo, salieron a convocar a profesores de química para que se hagan cargo de producir drogas de diseño.
En el programa televisivo que convirtió en lugar turístico al extendido y árido territorio de Albuquerque, era la desesperación la que llevaba a un docente de secundaria a poner sus conocimientos al servicio de una organización dedicada al narcotráfico.
Walter White recibía un diagnóstico de cáncer. En su casa el clima no era el mejor; se acumulaban las facturas y él veía cercana su muerte y abandonados a su suerte a su mujer y a su hijo discapacitado.
La prensa mexicana acaba de informar que la Secretaría de la Defensa Nacional accedió a documentos del cartel de Sinaloa que revelan que está reclutando a profesores de química para que fabriquen fentanilo.
La organización, en manos de los hijos de Joaquín “El Chapo” Guzmán e Ismael “El Mayo” Zambada,busca no depender de los envíos procedentes de Asia y, a la vez, lograr una mezcla de calidad que le permita convertirse de importador en exportador.
En “Breaking bad” Walter White se transformaba rápidamente en el rey de la metanfetamina. La idea de los herederos del Chapo Guzmán es apelar a los conocimientos de los que han estudiado para manipular un opioide sintético que es hasta 50 veces más fuerte que la heroína y 100 veces más poderoso que la morfina.
El diario “El Universal” publicó recientemente una investigación según la cual “los laboratorios clandestinos donde se está produciendo en México el fentanilo, la droga más mortal que circula hoy en el mercado, están ubicados en fincas cercanas a pueblos donde la vida aparenta estar en calma”.
Antes de que se conociera que ya hay químicos graduados imitando a Walter White, el informe del periódico estimaba que cada laboratorio ilegal produce en promedio cada semana unas 20 mil dosis de fentanilo, exclusivamente para el mercado estadounidense.
La idea que tienen los narcos, según los documentos interceptados por la Secretaría de la Defensa Nacional, es abastecer a un mercado en crecimiento. Para eso tendrán que disciplinar a sus “cocineros” y, en la medida de las posibilidades, evitarles un final como el de Walter White, el profe que es su fuente de inspiración.
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