Maravillas de este siglo
26/02/2020 | 10:43 |
María Rosa Beltramo
Tuvieron que rozar el prestigio de dos instituciones estadounidenses para que denuncias que suelen quedar en una sombría zona de dudas, fueran investigadas, verificadas y ofrecieran ahora a las víctimas la posibilidad de obtener la credibilidad y justicia que se les negaba. Plácido Domingo admitió los cargos de acoso sexual, aceptó toda la responsabilidad por sus acciones y pidió perdón por el dolor causado a las mujeres que lo acusaron.
Antes había negado todo con el apoyo incondicional de admiradores, algunos colegas y buena parte de la prensa que, como suele hacerlo, siembra sutiles interrogantes sobre las denunciantes y enfatiza las buenas certezas sobre el sospechoso. Decían que era virtualmente imposible que un auténtico caballero como el tenor madrileño tuviera el comportamiento de un patán; que las mujeres habían dejado pasar un período demasiado prolongado entre los supuestos episodios y su pública exposición y que era probable que estuvieran afectadas por el MeToo o deseosas de conseguir 15 minutos de fama o una jugosa indemnización.
Fueron 20 denuncias entre mediados de agosto y principios de septiembre de 2019. Ademàs de aludir al cantante español afectaron a las óperas de Washington y Los Ángeles porque al frente de ambas instituciones había estado Domingo. Y ya se sabe, en el caso de eventuales demandas en búsqueda de algún tipo de resarcimiento, serían consideradas solidariamente responsables.
Era impensable, entonces, que no se dispusieran acciones concretas para averiguar si PD era el personaje exquisito que describía el diario ABC o el depredador capaz de sacar de la cama a las 3 de la mañana a una estrella en ascenso para hacerla pasar por su cuarto con la excusa menos creíble.
A solo una semana de las declaraciones que una de esas mujeres formuló a la agencia Associated Press, la American Guild of Musical Artistas, contrató los servicios del estudio Cozen O'Connor y dejó que fueran sus investigadores los encargados de seguir las huellas ya frías del tenor en territorio norteamericano.
El bufete aclara en su página web que cuenta con 750 abogados en 28 ciudades y tiene entre su clientela a 500 compañías líderes. No es raro entonces que haya dispuesto del personal y los recursos necesarios para reunir evidencias sobre la conducta de uno de los tenores más célebres del siglo XX, desde los años ochenta hasta la actualidad.
Después de obtener 55 testimonios los pesquisas entregaron un informe en el que señalan que reunieron declaraciones de 27 personas que vieron o padecieron situaciones de acoso sexual o abuso de poder de Plácido Domingo mientras que otras 12 ,y esto resulta igualmente significativo, dijeron que todo el mundo lo sabía y lo dejaba hacer.
El informe tiene tal contundencia que a pocos minutos de que se anticiparan sus conclusiones, el artista español admitió los cargos a través de un comunicado en el que, por supuesto, sostiene que no tuvo la intención de causar daño. Han pasado apenas dos meses de que protestara con la excusa preferida de los negacionistas, lamentándose de que “en algunos sitios ya no se puede decir nada a una mujer.”