Influencers enredados

Extraordinaria creación de este siglo, las redes sociales no paran de crecer y multiplicarse y de transformar el mundo de la comunicación. También, y aunque tal vez se trate de un efecto no buscado, constituyen el vehículo elegido para la catarsis colectiva. Las redes están llenas de discursos malos, revanchistas e impiadosos capaces de hacerle la vida difícil a cualquiera.

Por ese motivo muchos de los que intentan brillar en ellas cultivan un perfil deliberadamente controversial. Ir al choque, con un mensaje polémico, suele garantizar la viralización.

Exactamente lo mismo ocurre con alguna expresión desconcertante. Nahir Lorenzetti es una influencer rosarina que dice cosas que miles de personas se sienten inclinadas a comentar.

Nadie sabe si es una actriz consumada o si está atravesando una etapa de sensibilidad extrema, lo cierto es que llorando desesperada difundió un breve mensaje que en su parte medular contiene la siguiente afirmación: “Necesito que alguien me mantenga porque no me gusta trabajar”.

En solo un día, el contenido de TikTok obtuvo 5 millones de reproducciones, más de 350 mil likes y más de 10 mil comentarios que abrieron un debate sobre el pedido.

Lo importante acá es señalar que las redes no son recomendables para usuarios nerviosos ni tienen mucho sentido para los que esperan mensajes cargados de sentidos.

Nahir Lorenzetti sabe exactamente qué decir para conmover. Por las dudas, esta vez acompañó sus palabras con llanto desconsolado. Y si todo esto no era suficiente para llamar la atención, advirtió: “Por favor, esto es un llamado a la solidaridad. Yo no haría esto si no fuera realmente urgente”.

Y remató. “Necesito que alguien me mantenga porque no me gusta trabajar. Yo siento que nací para otra cosa. Necesito una solución, es muy difícil todo esto”.

Difícil no acordar con la dificultad que genera la falta de empleo que suele ser una queja común en jóvenes veinteañeros como Nahir, pero ella le añade el dato cierto de que no le gusta trabajar y convoca a la solidaridad de sus seguidores para que la mantengan.

En la línea de la rosarina que nació para otra cosa, se encuentra Alex Caniggia, uno de los hijos del ex futbolista que en lugar de plantear que no le gusta el trabajo se inventó uno en el que es posible ganar muy bien con poco esfuerzo.

La mayor inversión que realizó es crearse un personaje que, por ejemplo, se ríe a carcajadas de los menos afortunados. Y la verdad es que todo le funciona de maravillas. Las redes sociales reproducen y amplifican sus expresiones.

Lo último fue mostrar el BMW que se acaba de comprar. "Este es mi auto, que vuela como un ave. Importado alemán. Obvio que es una nave. Que el barats no me mire que la envidia es grave".

Al menos en parte el coche fue adquirido con los 10 millones que obtuvo al ganar el reality “El hotel de los famosos”. El muchacho está pensando ahora en su próximo “trabajo”, de modo que agita el avispero y en el mensaje que empleó para presentar al auto y por si hacía falta aclara: "Al pobre no le alcanza ni para la llave".

Así funcionan las redes; una pizca de información y un montón de maltrato. Pero son eficaces. Lo importante es que quienes las consultan tengan la calma suficiente para no volverse locos cuando miles le ponen un “me gusta” a una chica que llora porque no le gusta trabajar o un experto en realitys trata de “barats” ( neologismo creado por él mismo) a sus seguidores que no están en condiciones de adquirir un auto importado.