La letra con sangre entra

La Asociación de Periodistas de la Televisión y la Radiofonía Argentinas dictaminó que la cuenta más influyente en X es la del santiagueño Daniel Parisini, el libertario que desmenuza, subraya, elogia o condena la realidad nacional con trazo grueso y a golpes de insultos.

Conocido por su alias de "Gordo Dan", el propagandista de Milei no necesitaba el reconocimiento de un premio formal pero no le vino mal el Martín Fierro Digital para normalizar definitivamente su presencia en el universo de las redes sociales.

Antes de que Aptra se fijara en él, ya figuraba al tope del ranking de influencers no tanto por sus módicos 187 mil seguidores sino por las más de 3 millones de interacciones que generó en un mes.

El Gordo Dan se las ingenia para no dejar a nadie indiferente. A manera de declaración de principios exhibe una pequeña muestra de su verborrea cotidiana.

"Todo aquel que cuestione el más mínimo detalle de lo que hace o no hace Javier Milei es un pelotudo y fundamentalmente un hijo de remil puta". No deja margen para la duda.

El Martín Fierro lo puso contento pero no le hizo variar un ápice su estilo. A la hora de agradecer reivindicó a quienes lo acompañan "en la red social más tóxica, en la peor cloaca de Argentina"

Y también destinó una mención "al doctor Alberto Ángel Fernández por destruir al kirchnerismo", al Foro del Periodismo Argentino (Fopea) y los kukas (sic), "porque sin ellos esto no hubiera sido posible".

El despliegue libertario en las redes sociales tiene la impronta del ahora premiado tuitero oficial. Según el mismo registro del rating digital de junio, los primeros 5 lugares están ocupados por seguidores del actual presidente de la Nación, algunos de ellos con cargos en el Estado.

Detrás del Gordo Dan se ubican Juan Doe, Mariano Pérez, Nicolás Márquez y Agustín Laje. No todos tienen los mismos merecimientos pero el primero de ellos puede jactarse hasta de echar a funcionarios usando nada más que su cuenta de X.

En julio, el GD se cargó al secretario de Bioeconomía, Fernando Vilella. Se la tenían jurada desde marzo cuando había osado deslizar un “like” en un mensaje de Martín Losteau que fustigaba la nula reacción oficial ante la epidemia de dengue.

También le cuestionaban al funcionario su defensa de la denominada agenda 2030, un respaldo intolerable para la militancia de Milei, pero lo cierto es que fueron casi brutales para pedirle la renuncia.

Y como temen que los destinatarios de sus mensajes no entiendan la indirecta se lo dijeron con absoluta claridad. “Che, a partir de mañana no formas más parte del gobierno. Nos vemos”

Y si lo dice el más influyente, eso no es una amenaza, sino una sentencia.

Mariano Pérez, otro de los que figura en el podio, resistió el ataque de manifestantes que, según él, también intentaron robarle el celular cuando en julio se encontraba en las inmediaciones del Congreso para cubrir las alternativas de la sesión en la que terminaría aprobándose la Ley Bases.

Y aunque a algunos les llame la atención que los libertarios insulten y maltraten a través de las redes, lo cierto es que el líder de todos ellos, el presidente de la Nación, aventaja aún a los más furibundos.

Milei escribe todos los días en X, realiza cientos de reposteos, bendice algunas opiniones con likes, intercambia impresiones con algunos usuarios y hasta tiene tiempo para publicar memes.

Nadie ha empleado con tanta eficacia el llamado espacio 2.0 y está claro que ni a él ni a los suyos les importa cuidar las expresiones y reducir el nivel de conflictividad. Lo que les funciona es el insulto y la pelea constante.

Si se les reclama otra cosa, en cualquier momento reproducen una cita que le encantaba a Menem -referencia política del presidente- y concluyen que “a los tibios los vomita Dios”.