Maravillas de este siglo
03/04/2023 | 10:09
Redacción Cadena 3
María Rosa Beltramo
Hay que tomarlo con calma porque la indignación hace subir los niveles del colesterol malo, pero también es cierto que es conveniente estar informado y alerta por si alguna vez nos consultan y podemos firmar un petitorio para evitar que sigan destruyendo los libros que amamos. Y también los que no nos gustan o no conocemos.
A fines del año pasado, una comisión de expertos rebosantes de buenas intenciones advirtió que la novela de misterio más vendida de la historia, "Diez negritos" de Agatha Christie, no pasaría una inspección de un organismo como el Instituto Contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo.
No les gustó lo de "negritos" y se creyeron con derecho a "deconstruir" la novela modificando aquí y allá las expresiones discriminatorias. Lo pensaron un rato y transformaron a "Diez negritos" en "Y no quedó ninguno". Los "negros" pasaron a ser "soldados" y los "negritos", "soldaditos". La autora no pudo evitarlo porque murió en 1976, pero la firma que administra su legado, Agatha Christie Limited, dio el visto bueno para los cambios.
Eso ocurrió a fines del año pasado, pero es evidente que debe ser una gran tentación retocar su obra porque siguieron leyendo y encontraron más pruebas de incorrección política.
Ahora la editorial HarperCollins reeditará otras novelas luego de despojarlas de lenguaje potencialmente ofensivo, incluidos insultos y referencias étnicas como "judío", "negro", "gitano", "indio" u "oriental".
A nadie parece importarle que, con la excusa de la "adecuación", están alterando la obra. Cuando advirtieron que algunos personajes eran irrecuperables desde la perspectiva de la corrección, directamente los eliminaron.
"Muerte en el Nilo" fue publicada en 1937 y en la edición de 2023 no figurará la señora Allerton, una turista británica, que se refiere a las narices y los ojos "repugnantes" de un grupo de niños egipcios.
No hay nada que impida analizar todas y cada una de las novelas de Agatha Christie, advertir a los lectores que los personajes desnudan determinado pensamiento político y suscribir o rechazar el andamiaje ideológico que sostiene el relato.
Se puede desmenuzar una obra para conocer su estructura dramática o para establecer las ideas que la sustentan, pero nunca debió autorizarse que tomaran la que está completa y finalizada, para adaptarla a lo que en determinado momento se percibe como adecuado.
Esos cambios son un camino de ida. No hay forma de frenar lo que se viene. No deberían alterar libros para "mejorarlos", ni para hacerlos menos ofensivos o más modernos. Lo menos que cualquier lector debe exigir es respeto por el autor.
No se pueden perfeccionar las historias ni los personajes de AC. Los cambios las alteran y los destruyen, respectivamente. Hay que proteger el legado de los escritores porque la voracidad de los "correctores" es insaciable. Empiezan por transformar a negros en soldados, después eliminan a un personaje y en cualquier momento cancelan al autor.
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