Maravillas de este siglo
30/05/2022 | 10:10 | Por María Rosa Beltramo.
Redacción Cadena 3
María Rosa Beltramo
La inquietud no es de ahora. Hace siglos que la gente se pregunta si es posible remediar una reputación dañada y aunque no hay una respuesta única, existe coincidencia acerca de lo difícil que resulta. Si históricamente ha sido complicado, con la potencia de los sistemas de comunicación actuales, una eventual calumnia tiene consecuencias insospechadas. Es sencillo entender de qué se trata con ejemplos concretos. En este caso la reputación cuestionada es la de Facundo Arana, un tipo con fama de bueno.
La entrevista languidecía sin que Romina Gaetani ofreciera algo digno de figurar en el título hasta que, después de un leve titubeo, trató de violento a su ex compañero de “Noche y Día” y contó un par de anécdotas para demostrarlo. Desde entonces han transcurrido dos semanas, algunos actores y actrices cerraron filas junto al protagonista de “Padre Coraje”, otros -los menos- respaldaron a la denunciante y la mayoría presencia lo ocurrido mientras se pregunta qué hay de cierto.
El acusado hizo lo que indica el manual: nombró a un abogado y se retiró de las redes sociales. Mientras tanto, observa cómo empieza a filtrarse la duda entre quienes lo consideraban la imagen perfecta de la bondad. Es que en este caso, la trayectoria televisiva está íntimamente ligada a su presunta condición de hombre bueno.
El actor ha aparecido en distinto tipo de campañas de bien público, alienta la donación de sangre, defiende la vida sana y la práctica de deportes y, antes que eso, ha pasado por distintos canales de televisión y compartido elenco con hombres y mujeres sin ninguna clase de problemas.
Hasta que en una entrevista de un programa en el que descorchan champagne cuando llegan a los 3 puntos su coprotagonista lo tilda de intemperante. A las 24 horas otra ex compañera recuerda que al menos una vez gritó y otra golpeó una mesa. Después de eso el nombre de Arana quedó en esa especie de vidriera irrespetuosa que es la pantalla de la tele, a expensas del humor y la memoria de la gente. Pasó del olimpo de los elegidos al infierno de los réprobos en cinco minutos. Entre ambos extremos, a algunos se les ocurrió descalificarlo por “buenudo”.
El interés por saber si es el hombre ejemplar de las buenas causas o el violento que aparece cuando se apaga la luz roja, se mantuvo mientras mediáticos, actores y actrices se encolumnaban detrás de la denunciante o del denunciado. Y cuando el interés comenzó a declinar Gaetani y Arana nombraron representantes legales, los abogados propiciaron una reunión y en ella los contendientes charlaron, se pusieron de acuerdo y retornó la normalidad.
Todo ocurrió en 15 días. Y ahora se puede decir aquí no ha pasado nada. ¿Nada? Hay un viejo cuento que compara el daño a la reputación de una persona con arrojar al aire las plumas de un almohadón. Si después resulta que las críticas quedan sin efecto será como tratar de recuperar las plumas para rearmar el almohadón. Y ya se sabe, eso es imposible. A muchas se las lleva el viento.
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"A partir de los hechos ocurridos en los últimos días, hemos tomado la decisión de pedir patrocinio del estudio del doctor Fernando Burlando. Gracias", escribió el actor en una historia de Instagram.
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