Maravillas de este siglo
25/07/2022 | 08:21 | Por María Rosa Beltramo.
Redacción Cadena 3
María Rosa Beltramo
"Este es un viaje penitencial, lo hacemos con este espíritu", dijo el Papa a los periodistas cuando el avión que lo trasladaba a Canadá estaba en medio del Atlántico y lo acercaba a una comunidad devastada por los abusos perpetrados por obispos, sacerdotes y otros representantes de la iglesia católica durante décadas.
Durante seis días visitará Edmonton, Quebec e Iqaluit para reunirse, sobre todo, con representantes de Metis e Inuit, grupos originarios, y víctimas de las agresiones del clero. Se calcula que unos 150 mil niños se matricularon desde finales del siglo XIX hasta la década de 1990 en 139 escuelas residenciales, donde pasaron meses o años aislados de sus familias, su idioma y su cultura.
Ahora se sabe que miles murieron por enfermedad, desnutrición o negligencia. Desde mayo de 2021 se han descubierto más de 1.300 tumbas anónimas en los sitios ubicados cerca de las antiguas escuelas.
Como lo viene haciendo en los últimos años cuando las denuncias de abusos tomaron estado público, la Iglesia opera en dos flancos. Su máxima jerarquía pide perdón y los abogados del Vaticano procuran llegar a acuerdos que les eviten pasar por tribunales.
Apenas 48 horas antes de que Francisco pisara tierra canadiense, La Corte Superior de la provincia de Terranova y Labrador autorizó la venta de 42 inmuebles pertenecientes a la arquidiócesis de San Juan de Terranova, entre ellos 12 templos.
El producto de la venta servirá para tratar de compensar con dinero a un centenar de víctimas de agresiones físicas y sexuales del antiguo orfanato católico de Mount Cashel. Según los cálculos que realizó la firma Ernst & Young, la venta reportaría algo más de 20 millones de dólares canadienses. El siguiente paso contemplado por la arquidiócesis es poner en el mercado otras 70 propiedades ubicadas en zonas rurales.
La llegada de Jorge Bergoglio al trono de Pedro coincidió con la difusión pública de antiguos abusos que, en algunos casos, fueron ocultados por siglos. En 2018 el Papa publicó en 7 idiomas una extensa carta en la que, además de admitir lo que hasta entonces permanecía escondido, pedía formalmente perdón.
Mencionaba en ella el “sufrimiento vivido por muchos menores a causa de abusos sexuales, de poder y de conciencia cometidos por un notable número de clérigos y personas consagradas”, y expresaba su tristeza por “un crimen que genera hondas heridas de dolor e impotencia; en primer lugar, en las víctimas, pero también en sus familiares y en toda la comunidad”.
Les hablaba en la misiva directamente a los niños. “Con vergüenza y arrepentimiento, como comunidad eclesial, asumimos que no supimos estar donde teníamos que estar, que no actuamos a tiempo reconociendo la magnitud y la gravedad del daño que se estaba causando en tantas vidas. Hemos descuidado y abandonado a los pequeños”.
Ahora se espera otro pedido de disculpas a un grupo doblemente vulnerable, porque sus integrantes eran menores y de pueblos originarios, arrancados a sus familias y forzados a cambiar de idioma y de creencias.
"Vengo entre ustedes para reunirme con los pueblos autóctonos. Espero que, con la gracia de Dios, mi peregrinación penitencial pueda contribuir al camino de reconciliación ya iniciado. Por favor, acompáñenme con la oración", dijo el Papa a través de su cuenta oficial de Twitter y antes de enfrentarse , cara a cara, con las víctimas.
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El Papa reiteró a los religiosos, además, que "no escondan esta realidad" ni trasladen a los abusadores de un continente o diócesis a otra para ocultarlos.