Maravillas de este siglo
03/03/2020 | 06:26 |
María Rosa Beltramo
Chile dio un paso importante con la sanción de la llamada “Ley Gabriela” que extiende y profundiza las penas para los casos de femicidio, pero en el preciso instante en que se anunciaba la puesta en vigencia de la norma, su presidente, Sebastián Piñera lanzó una reflexión sobre la trascendencia del acto y dejó una sentencia de esas que prueban que la estructura mental que posibilita los crímenes de odio contra las mujeres es capaz de sobrevivir a la modernización de las leyes.
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“A veces no es solamente la voluntad de los hombres de abusar, sino que también la posición de las mujeres de ser abusadas” sostuvo el mandatario trasandino, igualando en una oración la responsabilidad del victimario y la víctima, revelador de una creencia lo bastante arraigada como para proclamarla en un escenario impensado.
Aunque hubo intentos oficiales por explicar y reducir el impacto de la frase durante toda la jornada , el modo perfecto de evaluar su repercusión es tomarse el trabajo de observar las expresiones de la primera dama, Cecilia Morel, y la ministra de la Mujer y la Equidad de Género, Isabel Cecilia Plá Jarufe en el momento en que Piñera la pronuncia. Ambas lo miran con una mezcla de estupor, desesperación y enojo. Y eso que la esposa del mandatario tiene experiencia en bloopers de antología , como aquello de referirse a las manifestaciones que empezaron en octubre, diciendo “son alienígenas”.
Pese a la temible equiparación entre abusador y abusada y la confusión que el plexo legal no ha conseguido despejar para el presidente, la Ley Gabriela permitirá castigar los crímenes cometidos contra mujeres durante una vinculación amorosa; una relación de tipo sexual; un noviazgo o por parte de una ex pareja, así como el asesinato de mujeres que ejercen la prostitución. El nombre se debe a dos mujeres , Gabriela Alcaíno y su madre, que fueron asesinadas en junio de 2018 por el ex novio de la joven.
El proyecto fue impulsado por Camila Vallejo y Karol Cariola y castiga con prisión de 15 años y un día a 40 años a los culpables de crímenes por razones de género, hayan o no tenido algún tipo de relación con la víctima. La actual legislación chilena sólo contemplaba aquellos homicidios cometidos durante el matrimonio o la convivencia, y excluía todas las demás relaciones de pareja.
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Sebastián Piñera tiene antecedentes en eso de decir cosas inconvenientes. A veces hasta las deja escritas. Como cuando visitó en 2010 Berlín y quiso impresionar estampando en el libro de visitas una frase que había aprendido cuando iba a un colegio alemán de Santiago: "Deutschland über Alles" (Alemania por encima de todo).
Recién cuando vio la cara de espanto de algunos integrantes de su propia comitiva se enteró de que así comenzaba el himno alemán durante el nazismo. Se disculpó entonces afirmando que ignoraba las connotaciones de lo que había anotado .
Esta vez lo que debía ser un acto aplaudido por casi todos terminó mal porque hasta la propia autora de la ley sancionada, Camilo Vallejo, opinó que la declaración presidencial era “impresentable y una ofensa para las familias de las víctimas”, al tiempo que condenó que hubiera “justificado la violencia machista”.