Medio ambiente
08/02/2022 | 11:05 | Por Cynthia Zak.
Cynthia Zak
La pérdida y desperdicio de alimentos a nivel mundial es extremadamente alarmante, por razones morales y de conciencia ya sabemos que tirar comida es negativo, pero además de ese punto fundamental hay otras implicancias más profundas todavía: cada cosa que se produce y no se consume tiene un impacto terrible en el medio ambiente.
Les comparto estos datos para que cada uno de nosotros tomemos conciencia de lo que compramos, consumimos, comemos y tiramos y eso implica no sólo el alimento, sino todos los envoltorios, paquetes y plásticos asociados.
Otra vez insisto en que nuestras acciones individuales SÍ hacen una diferencia y que mientras más conciencia tengamos de lo que ocurre con los temas ambientales y las crisis que vivimos más vamos a poder hacer para ofrecer nuestro aporte positivo que cambia el mundo.
Vuelvo a la fuente directa y confiable en todos estos análisis de desperdicios y su impacto en el calentamiento global, el sitio de Naciones Unidas para el medio ambiente, ellos hacen esta pregunta para que todos tomemos responsabilidad.
¿Por qué es importante reducir la pérdida y el desperdicio de alimentos?
Atención a estos datos: a nivel mundial, alrededor de 14% de los alimentos producidos se pierde entre la cosecha y la venta al por menor, y se estima que se desperdicia 17% del total de la producción global de alimentos (11% en los hogares, 5% en el servicio de alimentos y 2% en el comercio minorista).
La pérdida y el desperdicio de alimentos socavan la sostenibilidad de nuestros sistemas alimentarios. Cuando los alimentos se pierden o se desperdician, todos los recursos que se utilizaron para producirlos, incluidos el agua, la tierra, la energía, la mano de obra y el capital, se desperdician. Además, los alimentos desperdiciados que llegan a los vertederos generan emisiones de gases de efecto invernadero, lo que contribuye al cambio climático. La pérdida y el desperdicio de alimentos también pueden tener un impacto negativo en la seguridad alimentaria y la disponibilidad de alimentos, y contribuir a aumentar el costo de los alimentos.
Nuestros sistemas alimentarios no pueden ser resilientes si no son sostenibles y por eso, las Naciones Unidas piden una acción más enérgica para poner fin a la cultura de desperdicio de alimentos con el fin de ayudar a abordar la triple crisis planetaria del cambio climático, pérdida de biodiversidad y la contaminación.
En 2019, se desperdiciaron 931 millones de toneladas en hogares, minoristas, restaurantes y otros servicios alimentarios y se estima que 17% de los alimentos disponibles para los consumidores en los mercados, hogares y restaurantes, van directamente al cesto de basura y 60% de ese desperdicio ocurre en los hogares.
Además, los datos muestran que el desperdicio de alimentos por parte de los consumidores es verdaderamente un problema global, significativo en casi todos los países que han realizado mediciones.
Una investigación de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) concluyó que cada año aproximadamente 14% de los alimentos producidos para el consumo a nivel mundial se pierde entre la cosecha y el mercado mayorista.
La directora ejecutiva de este programa medio ambiental de Naciones Unidas, Inger Andersen, explica que "la pérdida y el desperdicio de alimentos son el origen del 10 % de las emisiones de gases de efecto invernadero". "Esto significa, fundamentalmente, que se utilizan valiosos recursos de tierras y aguas para nada", dijo.
Medidas a tomar por parte de cada uno de nosotros
Hay que actuar urgentemente.
Ralentizar el cambio climático.
Proteger a la naturaleza.
El objetivo es reducir a la mitad el desperdicio de alimentos en el mundo y reducir las pérdidas de alimentos en las cadenas de producción y suministro, incluidas las pérdidas posteriores a la cosecha.
La acción global colaborativa para reducir la pérdida y el desperdicio de alimentos es esencial. 811 millones de personas estuvieron afectadas por el hambre en 2020, un número que aumentó debido a la COVID-19, y 3.000 millones de personas no pueden costear una dieta saludable.
-La pérdida y el desperdicio de alimentos es inaceptable.
-Reducir la pérdida y el desperdicio de alimentos constituye un instrumento poderoso para reconstruir sistemas alimentarios más sostenibles, reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y mejorar la salud planetaria.
-La recuperación y la redistribución de alimentos hacen un buen uso de los excedentes y contribuyen a mejorar el acceso a los alimentos para las personas que padecen inseguridad alimentaria, evitando el desperdicio y asegurando beneficios económicos, ambientales y sociales.
-El desperdicio de alimentos en el hogar es un desafío global, que ocurre a niveles per cápita similares entre personas de diferentes niveles de ingresos, regiones o países. Cambios en los comportamiento pueden ayudar a reducir el desperdicio a nivel del consumidor.
-Medir la pérdida y el desperdicio de alimentos ayuda a los países y las empresas a comprender la escala del problema, identificar los puntos críticos y realizar un seguimiento del progreso en el Objetivo de Desarrollo Sostenible 12.3, que llama a reducir a la mitad el desperdicio de alimentos y reducir la pérdida de alimentos en las cadenas de suministro para 2030.
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